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Vitillo Ábalos: “No solo lo extraño, sino que sueño que camino por Santiago del Estero”

El folclorista cumple mañana 95 años y es el único integrante vivo del mítico grupo de los hermanos Ábalos. Por Silvia Guzmán Coraita para Radio Nacional. 
Sabado, 29 de abril de 2017 18:31
Vitillo Ábalos a sus casi 95 años. Foto gentileza Silvia Guzmán Coraita.

El folclorista, compositor y bailarín, que nació en una familia de músicos el 30 de abril de 1922, aunque su nacimiento fue asentado en el Registro Civil el 8 de mayo de ese año, festeja a lo grande sus 95 años, con un concierto en el Torcuato Tasso en San Telmo, ciudad de Buenos Aires.
¿Cómo es sacar un disco a los 95 años, que sea disco doble y estar con músicos jóvenes?
Para empezar debo nombrar a mi nieto, Juan Manuel Gigena Ábalos, guitarrista de Ciro y los Persas, que fue quien me eligió para hacer juntos este disco. Él aprendió con el abuelo Machingo todo lo del cancionero criollo. Los artistas que participaron lo hicieron sin cobrar nada. La idea nació en el 2011 y nos llevó 4 años darle vida a este proyecto. Fue hecho a pulmón. Y quedé muy satisfecho de la calidad sonora y humana. Tenemos que saber algo fundamental dice Vitillo “la música es el arte de combinar los sonidos. El que se arrime al género de música, cualquiera que sea, debe prepararse y recién ahí, pedir escenario”.
¿Cómo fue grabar una canción con Jimmy Rip?
Mi nieto lo conocía, es un gran guitarrista. Nosotros solo nos sonreímos, porque no hablo nada de inglés y el muy poco español y así de golpe: acción, silencio y grabación. Y bueno yo arranqué a tocar con un tamborín, (una caja coplera) canté una vidala, luego una baguala, y el empezó a improvisar con la guitarra. Increíble lo que salió. Mi nieto lo tituló “Vidala del Universo”.
¿Qué es el malambo?
El gato, la chacarera, el escondido la huella la firmeza son danzas de pareja y el malambo es una danza varonil de zapateo, creada por el campesino criollo, no es machista es simplemente varonil. Yo fui alumno a los 11 años de Enzo Chazarreta, un hombre bondadoso y apasionado por el arte popular argentino, y nos enseñó el malabo. Lo que sí recuerdo es que nunca nos enseñó a poner cara fuerte, de enojo, nunca cara de “si no me aplaudes te pego”. Y ahora si hacemos memoria visual, vemos que hay grupos que bailan y ponen cara de malos, caras desafiantes. Eso no es malambo para mí. Hay que poner cara de alegría, de tranquilidad y si ponen esa cara yo no los voy a aplaudir.
Como decían sus hermanos en los shows: ¿Cómo estas de las tabas?
Éramos 5 hermanos, 5 músicos, 5 cantantes. Hacíamos malambo y Machingo decía pare la música, empezaba a zapatear, taco, punta y palmas, de ahí seguía yo, terminaba y retrocedía, continuaba Machaco, terminaba él, aparecía Roberto y luego Adolfo se arrimaba y zapateaba y volvía Machingo y decía: “Paren las palmas, nosotros no le hacíamos caso y zapateábamos a capella, luego decía: “Bueno que no es por plata”, y ahí terminaba el malambo.
¿Que recuerda de Santiago del Estero?
No solo lo extraño sino que sueño que camino por Santiago del Estero. En la distancia se agrandó mi amor a Santiago, tenía 17 años, no era ni grande ni chico, cuando llegué a Buenos Aires. En 1939, dejamos mi provincia, fue muy duro, eran unos lagrimones los que se me caían, estuve tres días sin salir a la calle, del miedo a que me pise el tren o el tranvía y de a poco comencé a salir muerto de miedo y me fui acostumbrando. Fue una conmoción. Hasta que me terminé quedando. Vinimos porque mi provincia no tenía estudios superiores. 
¿Como nace el conjunto?
Mi hermano hace un contacto con el Consejo de mujeres y nos prestan el teatro El Globo, para hacer nuestro show “Patios provincianos”, y recibimos un aplauso tan importante, que le pedimos permiso al papá por 5 años y nos dijo: “No muchachos, no es el momento. Está terminando la segunda guerra mundial. Le pedimos permiso a la mamá y nos dijo: “Bueno, pero solo por 5 años”. Lo que no sabía es que iba a ser por 60 años.
Y así viajaron por el mundo entero, ¿como fue esa experiencia?
Sí, estuvimos por Tailandia, Japón, India y también Pakistán. En 1964 Makiko nos contrata para actuar en todos los coliseos después del show de ella. Esa fue una experiencia extraordinaria. Lo más importante para nosotros es que papá alcanzó vernos actuar. Porque él muere joven, y nos dice: “Pensar que tienen carreras universitarias y que nunca han ejercido”.
¿Cómo componían?
Éramos todos caciques, poníamos un poco de cada uno, no había un director, se conversaba y se decidía luego.
¿Cómo nace Nostalgias Santiagueñas?
Nace en 1938, y como una bola mágica la letra: “Pago donde nací es la mejor querencia y más me lo recuerda de mi larga ausencia”, no pensábamos salir todavía, nace un año antes. Como la bola mágica, no nos sorprendió, cuando mi padre nos trajo a Buenos Aires, ya estaba la letra.
 

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El folclorista, compositor y bailarín, que nació en una familia de músicos el 30 de abril de 1922, aunque su nacimiento fue asentado en el Registro Civil el 8 de mayo de ese año, festeja a lo grande sus 95 años, con un concierto en el Torcuato Tasso en San Telmo, ciudad de Buenos Aires.
¿Cómo es sacar un disco a los 95 años, que sea disco doble y estar con músicos jóvenes?
Para empezar debo nombrar a mi nieto, Juan Manuel Gigena Ábalos, guitarrista de Ciro y los Persas, que fue quien me eligió para hacer juntos este disco. Él aprendió con el abuelo Machingo todo lo del cancionero criollo. Los artistas que participaron lo hicieron sin cobrar nada. La idea nació en el 2011 y nos llevó 4 años darle vida a este proyecto. Fue hecho a pulmón. Y quedé muy satisfecho de la calidad sonora y humana. Tenemos que saber algo fundamental dice Vitillo “la música es el arte de combinar los sonidos. El que se arrime al género de música, cualquiera que sea, debe prepararse y recién ahí, pedir escenario”.
¿Cómo fue grabar una canción con Jimmy Rip?
Mi nieto lo conocía, es un gran guitarrista. Nosotros solo nos sonreímos, porque no hablo nada de inglés y el muy poco español y así de golpe: acción, silencio y grabación. Y bueno yo arranqué a tocar con un tamborín, (una caja coplera) canté una vidala, luego una baguala, y el empezó a improvisar con la guitarra. Increíble lo que salió. Mi nieto lo tituló “Vidala del Universo”.
¿Qué es el malambo?
El gato, la chacarera, el escondido la huella la firmeza son danzas de pareja y el malambo es una danza varonil de zapateo, creada por el campesino criollo, no es machista es simplemente varonil. Yo fui alumno a los 11 años de Enzo Chazarreta, un hombre bondadoso y apasionado por el arte popular argentino, y nos enseñó el malabo. Lo que sí recuerdo es que nunca nos enseñó a poner cara fuerte, de enojo, nunca cara de “si no me aplaudes te pego”. Y ahora si hacemos memoria visual, vemos que hay grupos que bailan y ponen cara de malos, caras desafiantes. Eso no es malambo para mí. Hay que poner cara de alegría, de tranquilidad y si ponen esa cara yo no los voy a aplaudir.
Como decían sus hermanos en los shows: ¿Cómo estas de las tabas?
Éramos 5 hermanos, 5 músicos, 5 cantantes. Hacíamos malambo y Machingo decía pare la música, empezaba a zapatear, taco, punta y palmas, de ahí seguía yo, terminaba y retrocedía, continuaba Machaco, terminaba él, aparecía Roberto y luego Adolfo se arrimaba y zapateaba y volvía Machingo y decía: “Paren las palmas, nosotros no le hacíamos caso y zapateábamos a capella, luego decía: “Bueno que no es por plata”, y ahí terminaba el malambo.
¿Que recuerda de Santiago del Estero?
No solo lo extraño sino que sueño que camino por Santiago del Estero. En la distancia se agrandó mi amor a Santiago, tenía 17 años, no era ni grande ni chico, cuando llegué a Buenos Aires. En 1939, dejamos mi provincia, fue muy duro, eran unos lagrimones los que se me caían, estuve tres días sin salir a la calle, del miedo a que me pise el tren o el tranvía y de a poco comencé a salir muerto de miedo y me fui acostumbrando. Fue una conmoción. Hasta que me terminé quedando. Vinimos porque mi provincia no tenía estudios superiores. 
¿Como nace el conjunto?
Mi hermano hace un contacto con el Consejo de mujeres y nos prestan el teatro El Globo, para hacer nuestro show “Patios provincianos”, y recibimos un aplauso tan importante, que le pedimos permiso al papá por 5 años y nos dijo: “No muchachos, no es el momento. Está terminando la segunda guerra mundial. Le pedimos permiso a la mamá y nos dijo: “Bueno, pero solo por 5 años”. Lo que no sabía es que iba a ser por 60 años.
Y así viajaron por el mundo entero, ¿como fue esa experiencia?
Sí, estuvimos por Tailandia, Japón, India y también Pakistán. En 1964 Makiko nos contrata para actuar en todos los coliseos después del show de ella. Esa fue una experiencia extraordinaria. Lo más importante para nosotros es que papá alcanzó vernos actuar. Porque él muere joven, y nos dice: “Pensar que tienen carreras universitarias y que nunca han ejercido”.
¿Cómo componían?
Éramos todos caciques, poníamos un poco de cada uno, no había un director, se conversaba y se decidía luego.
¿Cómo nace Nostalgias Santiagueñas?
Nace en 1938, y como una bola mágica la letra: “Pago donde nací es la mejor querencia y más me lo recuerda de mi larga ausencia”, no pensábamos salir todavía, nace un año antes. Como la bola mágica, no nos sorprendió, cuando mi padre nos trajo a Buenos Aires, ya estaba la letra.
 

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