¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

26°
28 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Chango Spasiuk: “Trato de correrme del cliché donde quedó atrapado el chamamé”

El acordeonista y compositor misionero dialogó con El Tribuno sobre su último disco, “Otras músicas”. El artista ofrecerá un espectáculo este sábado, junto a Mariana Carrizo, en el Parque Nacional Los Cardones. Por Fernanda Abad
Lunes, 03 de abril de 2017 19:43

Se llama Horacio Spasiuk pero su nombre de pila quedó casi enterrado debajo de “Chango”, el sobrenombre con el que lo conocieron sus primeros espectadores, allá por los 80, en el pueblo de Apóstoles (Misiones), donde oficiaba de músico de casamientos. El mismo apodo lo precedió varios años después, en sus presentaciones en escenarios de todo el país y de diferentes ciudades del mundo como Nueva York. Madrid y Montreal. 
El acordeonista misionero está promocionando por estos días su décimo primer disco, “Otras músicas”, un recorrido por piezas que creó para filmes, obras teatrales y proyectos documentales. En el CD editado por Sony se pueden encontrar desde un foxtrot (“Nazareno”) compuesto para el filme “Los Marziano” de Ana Katz, hasta una canción de cuna cantada por Lorena Astudillo (“Sueños de niñez”), pasando por versiones muy personales de clásicos como “Gloomy Sunday” o “Seguir viviendo sin tu amor” (inédita, grabada para un proyecto homenaje al Flaco Spinetta). 
¿El porqué del disco? Responde Spasiuk, músico de riesgo que bebe de sus tradiciones sin dejar que esas tradiciones lo arrinconen: “No quería perder la oportunidad de compartir con la gente estos proyectos que fui desarrollando a lo largo de mi carrera. El abanico de mi mundo sonoro es cada vez más amplio. A la ‘Suite del Nordeste’, a mis proyectos sinfónicos de cámara, o a Tradición Chamamé, que es un espectáculo que vengo haciendo hace tiempo, se suman ahora estas ‘otras músicas’, que son para mí un espectro superador”. 

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Se llama Horacio Spasiuk pero su nombre de pila quedó casi enterrado debajo de “Chango”, el sobrenombre con el que lo conocieron sus primeros espectadores, allá por los 80, en el pueblo de Apóstoles (Misiones), donde oficiaba de músico de casamientos. El mismo apodo lo precedió varios años después, en sus presentaciones en escenarios de todo el país y de diferentes ciudades del mundo como Nueva York. Madrid y Montreal. 
El acordeonista misionero está promocionando por estos días su décimo primer disco, “Otras músicas”, un recorrido por piezas que creó para filmes, obras teatrales y proyectos documentales. En el CD editado por Sony se pueden encontrar desde un foxtrot (“Nazareno”) compuesto para el filme “Los Marziano” de Ana Katz, hasta una canción de cuna cantada por Lorena Astudillo (“Sueños de niñez”), pasando por versiones muy personales de clásicos como “Gloomy Sunday” o “Seguir viviendo sin tu amor” (inédita, grabada para un proyecto homenaje al Flaco Spinetta). 
¿El porqué del disco? Responde Spasiuk, músico de riesgo que bebe de sus tradiciones sin dejar que esas tradiciones lo arrinconen: “No quería perder la oportunidad de compartir con la gente estos proyectos que fui desarrollando a lo largo de mi carrera. El abanico de mi mundo sonoro es cada vez más amplio. A la ‘Suite del Nordeste’, a mis proyectos sinfónicos de cámara, o a Tradición Chamamé, que es un espectáculo que vengo haciendo hace tiempo, se suman ahora estas ‘otras músicas’, que son para mí un espectro superador”. 

¿Qué fue lo más reconfortante de experimentar con esas otras sonoridades?
El desafío siempre es algo que a mí me mantiene despierto y activo. Y me reconforta de alguna manera que un director empiece a probar mi música en la edición de una película y que después me llame y me pregunte si me animo a componer para él. El desafío ha sido muy bello para mí porque me ha hecho trabajar con otros instrumentos como el piano, que es poco habitual en mi música en vivo. No obstante, está siempre presente porque a la mayor parte de mis obras las compongo en piano y después las paso al acordeón. Para componer, el piano es un papel en blanco más grande y te invita ir en múltiples direcciones. Es algo que no me pasa con el acordeón: es un instrumento que tengo demasiado incorporado, salvo que quiera componer piezas tradicionales como un chamamé o una polka. 
Hay quienes te definen como un músico de vanguardia, ¿te ves así?
Soy un músico de la tradición del chamamé, solamente que trato de correrme del cliché donde quedó atrapada esta música. Sobre todo en los años 60 o 70, el chamamé era sinónimo de música alegre, festiva. La realidad es que es una música muy amplia, esperanzadora, potente, con infinitos rostros. De alguna manera yo trato de correrme todo lo que puedo de ese cliché y trato de crear nuevas sonoridades. Si por intentar buscar mi propio sonido dentro de la tradición me consideran vanguardista, pues entonces lo soy. Pero no le presto mucha atención a los rótulos, porque también son un cliché. Es mejor hablar de música popular y moverse en ella con honestidad. Como dice Atahualpa, “uno busca la sombra que el corazón ansía” Es decir, uno busca algo más que entretenimiento, uno busca crear un mundo sonoro que se acerque al concepto de belleza que uno tiene y compartirlo con los demás. 
En “Otras músicas” incluís “Canción de amor para Lucía”, ¿me contás acerca de esta bellísima canción?
No soy muy creativo para poner títulos (risas). La mayoría de la música que compongo sale cuando estoy de gira, porque tengo más tiempo libre y tengo una relación mucho más intensa con el instrumento. A esa canción la escribí para mi hija mayor, durante una de mis primeras giras por Europa. En esa época no existía ni el whatsapp ni el skype; yo hablaba con mi hija desde un teléfono público que me comía todas las monedas mientras ella me decía “te extraño”. Estaba con el corazón roto y así salió la canción. Después el tema fue incluido en una escena de la película “Detrás del sol”, del director misionero Gastón Gularte. 
Parecés un hombre sin muchas ataduras, ¿de qué cosas te fuiste liberando a lo largo de tu carrera?
Trato de atarme a las cosas que considero importantes: mi padre, mi madre, mi infancia, la gente que me enseñó algo en el camino, el lugar donde nací... Yo no me quiero desatar de eso. Pasa el tiempo y más fuerte me agarro de ello. Pero trato sí de reeducarme con respecto al miedo al fracaso, a la crítica destructiva, a no experimentar cosas nuevas... Porque, ¿cuáles son los venenos más poderosos de nuestra sociedad? Que todo el mundo está esperando resultados inmediatos. Pero para que algo sea constructivo precisa mucho tiempo de elaboración. Por eso no grabo un disco todos los años. Es un buen ejercicio tratar de aceptar que las cosas tienen su razón de ser y disfrutar de lo que hay. También trato de desatarme de los prejuicios en la música. La belleza no es ni tradicional ni no tradicional. Estamos muy atados a esas palabras. La tradición es una fuerza que nos empuja a vivificar el presente todo el tiempo; no es una repetición mecánica de lo que hacían nuestros abuelos. Tradición es buscar lo que buscaban nuestros abuelos.
¿El momento de conexión con el público es el de mayor plenitud de un artista?
Es algo muy personal. A veces, si sos músico hay mucha plenitud en desaparecer, en olvidarse hasta de uno, que está tocando ahí. Es un momento bello porque te volvés un poco el sonido, el acordeón, música. Es lindo el proceso de disolverse en esa otra cosa que nos abarca a todos. 

Picnic musical, el sábado 8 

Este sábado, desde el mediodía, el Chango Spasiuk participará junto a Mariana Carrizo del ciclo “Picnics Musicales en Parques Nacionales”, iniciativa nacional que busca concientizar acerca de la conservación de las áreas protegidas. El espectáculo del acordeonista misionero y de la coplera salteña tendrá como marco el imponente Parque Nacional Los Cardones, situado en Payogasta.


 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Temas de la nota

PUBLICIDAD