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"Los perros pueden restaurar las condiciones físicas, psíquicas y sociales del ser humano"

Eliana Roldán Gerschcovich es médica neuróloga y técnica experta en terapias asistidas por animales.
Domingo, 30 de abril de 2017 00:00

Eliana Roldán Gerschcovich es médica neuróloga recibida en la Universidad Nacional de Córdoba. Además obtuvo la maestría en Neuropsicología en la Universidad de Barcelona (España) y es técnica experta en terapias asistidas por animales por la Fundación Bocalán España/Argentina.

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Eliana Roldán Gerschcovich es médica neuróloga recibida en la Universidad Nacional de Córdoba. Además obtuvo la maestría en Neuropsicología en la Universidad de Barcelona (España) y es técnica experta en terapias asistidas por animales por la Fundación Bocalán España/Argentina.

Ella definió que es una actividad a través de la cual se seleccionan, entrenan y certifican animales de apoyo en tratamientos y terapias para pacientes con diversas patologías, de todas las edades y que tienen comprometidas áreas motoras, emocionales, cognitivas y sociales.

Así, agregó, los animales de terapia y servicio ya formados asisten a personas con diferentes tipos de discapacidad (en los espectros motrices, emocionales y cognitivos), autismo y otros problemas generalizados del desarrollo. También resultan fundamentales para personas que requieren un alerta en situaciones de peligro, como perros detectores de hipoglucemia en diabetes o alerta por convulsiones, incluso en personas con problemas psiquiátricos, cardiovasculares, Alzheimer, Parkinson, accidente cerebro vascular (ACV) y otras patologías.

Añadió que los perros entrenados colaboran en el alcance de objetos, tracción, apertura y cierre de puertas, encendido y apagado de llaves de luz, a quitar la ropa tendida de una soga, en el aviso de solicitudes a terceros, en la asistencia en funciones de equilibrio a personas con trastornos de la marcha y muchas otras tareas. Todo ello genera un nivel de independencia de la persona afectada.

"Pero además el solo vínculo con el animal (no necesariamente entrenado) provoca cambios biológicos a nivel de neurotransmisores, neuromoduladores y hormonas, generando beneficios ampliamente estudiados como el aumento de inmunoglobulinas (defensas del organismo), la reducción de la presión arterial y del cortisol matutino (modulador del estrés), el aumento de la oxitocina con la consecuente mejoría del desarrollo empático y vincular", destacó. Y fue más lejos al afirmar que "son modificadores positivos del comportamiento, reducen el estrés postraumático, generan un efecto reductor claro de la ansiedad y mejoran los indicadores de depresión, incluso mejoran síntomas de esquizofrenia y otras enfermedades afectivas, mejoran la autoestima, reducen el tiempo de recuperación de las enfermedades, aumentan la supervivencia en enfermedades como la cardiopatía isquémica (infarto cardíaco), fomentan la actividad física, sin dejar de destacar el gran beneficio que generan haciendo valer el derecho de los niños a jugar, con todos los progresos que ello reporta en la salud, ánimo y conducta de los pequeños y otras tantas condiciones que se benefician de la interacción humana-animal".

Está comprobado científicamente que la interacción con perros reduce la frecuencia de visitas al médico.

"En particular, para los niños con trastornos de conducta se registra un aumento de las habilidades lingísticas y capacidades vinculares, y en los niños con déficit de atención e hiperactividad se observa una reducción de la hiperactividad y un aumento de la atención", definió. Además, esta cooperación también incide de manera positiva en los animales.

"El perro es un catalizador de la atención, un propulsor de la capacidad cognitiva, relacional y emotiva. El poder interactuar y enseñar a un animal a hacer tareas y acciones lo hace sentir competente, experto, y, por lo tanto, más seguro", dijo Eliana.

Ámbito internacional

Según explicó Eliana Roldán Gerschcovich, ella se formó en la Fundación Bocalán porque esta institución goza de prestigio internacional por formar con excelencia a profesionales para servicio y terapia asistida con animales. También por el desarrollo de programas dedicados a la integración de personas con discapacidades a través del perro. Tienen sedes de trabajo en España, Estados Unidos, Colombia, Chile, Venezuela, Portugal y Japón.

En cada equipo actúan juntos profesionales de la salud como psicólogos, médicos, psicomotricistas, terapistas ocupacionales y kinesiólogos, profesionales de la educación como psicopedagogos, además de entrenadores, instructores en perros de asistencia y médicos veterinarios.

"Existe en la actualidad un claro conocimiento en relación con la necesidad de realizar una capacitación seria, basada en estándares y normativas que permitan una adecuada formación de las personas que tienen incumbencia en el proceso de esta relevante actividad y de las normas esenciales para el entrenamiento de perros de servicio, no solo en condiciones relacionadas con la técnica de entrenamiento, sino también en la comprensión de la atención canina y de la persona que será su adoptante o usuario", comentó Eliana. De esta manera son cruciales el conocimiento del estado de salud y enfermedad del paciente, las habilidades para resolver problemas, el reconocimiento de barreras físicas, adaptar el entrenamiento, superar discapacidades y añadir nuevas habilidades mediante el animal de servicio. Agregó que se necesita también un conocimiento sobre las leyes de acceso locales y la conducta pública adecuada.

"La profesionalidad de estas técnicas exige un grado de preparación en los entrenadores y en los animales. Por eso, se los selecciona y entrena a conciencia tras cumplir con éxito pruebas de salud, habilidad y aptitud. Las sesiones se establecen de tal forma que se pueda extraer de las mismas algo positivo, ya sea la relajación del individuo, la comunicación, conexión emocional y empatía", refirió.

Qué pueden hacer

De acuerdo con Eliana los perros de terapia intervienen como facilitadores, interactuando entre el paciente y el terapeuta, mientras que los de asistencia constituyen una ayuda técnica que se entrena para mejorar la calidad de vida y la autonomía de las personas con discapacidad física. En este orden se encuentran los perros de servicio para niños con autismo, los guías para ciegos, los de alerta médica para diabéticos y los de señal para sordos.

Son preparados para la obediencia básica. Es decir, que siguen órdenes para provocar acciones como sentarse, acostarse, quedarse quieto, dar la pata, caminar junto al individuo o paciente y acudir al llamado. También para la socialización, por ello se los habitúa a los distintos elementos del hogar, como el ruido de máquinas de limpieza y la cocina y aquellos que se emplean durante el aseo personal. También se los familiariza con los distintos elementos de la calle como vehículos de todos los portes y la significancia de sirenas y bocinas. Ellos están acostumbrados a personas de las más variadas edades, géneros, capacidades, uniformes de trabajo y tonos de voz.

Adoptabilidad

Para Eliana debiera considerarse el entrenamiento de perros rescatados de situación de calle para que se vean más meritorios ante los ojos de posibles adoptantes. "Un perro entrenado tendrá mayor probabilidad de ser adoptado, ya que presentará las reglas básicas de comportamiento, lo que genera un aliciente extra para dicha adopción, sumado al beneficio que conlleva para la familia en su salud, bienestar y comunicación interpersonal", señaló.

 

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