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Gran conmoción por la Virgen que no deja de llorar

Se trata de una imagen de la Rosa Mística que está en Barrio Avellaneda. Rosana Mendoza, propietaria, dijo que derrama lágrimas de sangre.
Viernes, 07 de abril de 2017 00:00

Por Adrián Quiroga

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Por Adrián Quiroga

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Una gran conmoción está causando en San José de Metán una imagen de la Virgen de la Rosa Mística, que los vecinos aseguran que llora lágrimas de sangre.

La imagen está confeccionada con yeso y mide alrededor de 50 centímetros de alto. Se encuentra en la humilde vivienda de doña Rosana Mendoza, quien reside en la calle José Hernández 173, del barrio Marco Avellaneda, en la zona este de la ciudad.

"La Virgen lloró el miércoles durante todo el día. Todavía no salgo del asombro por lo que está pasando", dijo Mendoza, entre sollozos, ante el corresponsal de El Tribuno.

Debido al sorprendente como extraño suceso, el pequeño comedor de la familia se convirtió en un santuario donde los vecinos de distintos barrios llegan en gran cantidad y esperan su turno para poder ingresar a prenderle velas, pedirle milagros y rezar.

"Esto comenzó como a las 8.30 de la mañana del miércoles. Estaba limpiando la casa cuando pude ver que la Virgen estaba llorando. Me puse a llorar desconsolada, me agarraron escalofríos porque primero tenía un poco de sangre en el ojo derecho y luego derramó lo mismo por el otro", aseguró Rosana.

La imagen fue un regalo que le hizo a la familia un vecino conocido como "Chino" Navarrete. "Nosotros somos muy devotos de esta Virgen y todos los 13 de febrero la veneramos con otros fieles del barrio", dijo la mujer.

El mismo miércoles, alrededor de las 20.45, cuando un equipo de El Tribuno entrevistaba a la vecina seguía ingresando gente a observar la imagen y el supuesto fenómeno paranormal.

En ese momento, uno de los fieles gritó: "Está llorando". En ese momento, todos los presentes rompieron en llanto, gritaron admirados y lanzaron exclamaciones al aire, al tiempo que espontáneamente comenzaron a rezar.

Incluso este corresponsal fue testigo del momento en que una vecina le limpió las lágrimas rojizas del ojo izquierdo y, a los pocos segundos, la Virgen volvió a lagrimear.

"Yo no puedo parar de llorar, esto es un milagro. Para mí nos está dando un mensaje porque estamos haciendo las cosas mal. Tenemos que tener más fe, rezar y acercarnos a la Iglesia. Están ocurriendo tantas cosas feas con la droga, las inundaciones y la crisis que sufrimos los argentinos que creo que la Virgen está dolida y por eso llora", dijo Mendoza.

Una familia muy pobre

La mujer vive en su casa con dos de sus dos hijos, que tienen 7 y 5 años, está casada con el empleado municipal Antonio Frías. Pero sus otros dos hijos, dos adolescentes de 17 y 16 años viven con la madre de Mendoza en una vivienda contigua, porque Rosana no tiene enteramente espacio en su pequeña casa de madera para albergarlos a todos.

Le concedió una gracia

"Es sorprendente lo que nos está pasando. La Virgen no para de llorar y muchos vecinos ya fueron testigos de esto que estoy diciendo. Además, debo confesar que la Virgen ya me concedió un milagro porque hace dos meses mi mamá, que se llama Favorina Lizondo, estaba muy mal de salud y estuvo al borde de la muerte porque tuvo un infarto. Entonces yo le pedí de rodillas a la Virgen por la salud de mi madre, que ahora está bien", destacó Mendoza.

 

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