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“Quiero aplicar en Salta el saber que adquirí en Europa, pero siento que aquí no hay interés”

Irene Seco vive desde 2008 en Europa, donde realizó un doctorado en el área de hidráulica e hidrología.
Sabado, 08 de abril de 2017 23:34

María de los Ángeles Rojas [email protected]

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María de los Ángeles Rojas [email protected]

En 2008 Irene Seco (42) migró hacia España para cursar una maestría en Recursos Hídricos en la Universidad Politécnica de Cataluña. Luego de valorar el desempeño académico de esta salteña, desde esa casa de altos estudios la invitaron para realizar el doctorado en Ingeniería Civil en el área de hidráulica e hidrología. Como uno de los objetivos de ese posgrado es fomentar la movilidad de los profesionales, Irene integró equipos de investigadores en universidades de Inglaterra, Alemania e Italia, países donde también residió por periodos de seis meses a un año. 
Así fue adaptándose a diversas metodologías y obteniendo visiones más amplias sobre su área de especialización. Su tesis de doctorado fue sobre el transporte de partículas contaminantes de tipo orgánico desde zonas urbanas hasta ríos, un debate que está en auge en el Viejo Continente, donde se está invirtiendo y concientizando en la recuperación de torrentes altamente corrompidos. 
De paso por América, Irene permanecerá un mes en Perú, contratada por la Universidad Técnica de Oruro para dictar la cátedra Calidad de Aguas, dependiente de una maestría, y luego viajará a Bolivia para dar un seminario de actualización en hidrología urbana en Cochabamba. 
Por último, partirá a Colombia para colaborar en la materia Hidrología Urbana en la universidad nacional de ese país. 
Desde su tierra aún no la llamaron para emitir opinión sobre infraestructura hidráulica ni para transmitir sus conocimientos a estudiantes de grado o docentes del área, y no fue porque ella cortara lazos. Al contrario, Irene tiende puentes porque conoce la realidad de su provincia a través de su experiencia de trabajo adquirida durante seis años en la excompañía Aguas de Salta (hoy Aguas del Norte). 
“Creo que no existe interés, pero no solo en Salta, porque es un problema que no se ve. No somos conscientes de la contaminación que generamos en los ríos. Pienso que aún no están dadas las condiciones para focalizarnos en el tema de contaminantes emergentes en Salta, pero si uno inicia con la concientización seguramente nuestros ríos no llegarán a la situación crítica de muchos ríos europeos como el Bésos, de Cataluña, para los que se están implementando planes de restauración”, define. 
Irene es proeficiente en inglés, francés, alemán e italiano por lo que su voz tiene un acento indescifrable, pero se escucha dulce y clara cuando expone preocupaciones que también debieran ser de los gobiernos y de los ciudadanos.

Una visión

El crecimiento continuo de las poblaciones, la urbanización expansiva, la acelerada industrialización a la par de la intensiva producción alimentaria ejercen una fuerte presión sobre los recursos hídricos. En consecuencia, el agua después de ser usada para diversos frentes se descarga directamente en espejos de agua sin haber sido tratada previamente. Irene expone que los sistemas de saneamiento urbano (aguas residuales y pluviales) son una de las infraestructuras básicas en las ciudades, de un alto impacto en el bienestar de los ciudadanos. Sin embargo, a su vez, es uno de los servicios más descuidados por las políticas públicas y menos conocidos por los ciudadanos debido a su carácter no visible y un funcionamiento que se percibe solo ante la caída de copiosas precipitaciones. 
“El objetivo del saneamiento en las ciudades es en sí simple. Intentamos devolver el agua al medio natural (ríos, lagos, mar) tal y como la tomamos. Sin embargo, en las ciudades estamos tan acostumbrados a tener este servicio que nos olvidamos de la infraestructura que hace posible que estas aguas ‘desaparezcan’ y regresen al medio acuático receptor luego de su tratamiento”, señaló. Añadió que la gestión del ciclo del agua se presenta “opaca” para los ciudadanos, salvo en situación de anegamientos, lo que genera que no ejerzan presión sobre cómo se manejan, reutilizan o disponen los flujos residuales de hogares, instituciones, agricultura o industrias. “En muchas ciudades las tareas de planificación y mantenimiento sobre estas infraestructuras que atiendan con anticipación los problemas derivados es prácticamente nulo. El crecimiento urbano de los últimos años, no solo en Salta sino en muchas partes del mundo, ha generado por un lado el aumento importante de áreas impermeables en las ciudades (pavimento). Como consecuencia directa de este incremento de impermeabilización se ve en gran parte reducida la capacidad de infiltración de los suelos naturales, lo que produce el incremento del volumen del agua que circula por las calles, además de incrementos en la velocidad de la misma y aumento en la velocidad de transformación de lluvia a escorrentía superficial”, instruyó. Agregó que las inundaciones que sufren los ciudadanos están claramente vinculadas a deficiencias en la planificación urbana o incluso a la falta total de consideración del drenaje del agua en el diseño urbano. “Con los años las actuales redes de desagüe y drenaje no están preparadas para atender estos cambios. Y en paralelo surgen nuevos problemas y retos: incorporar técnicas de reducción de escorrentía, limitar los vertidos de aguas sin tratar en tiempo de lluvia a los cauces y otros medios receptores, y lograr devolver al medio ambiente un agua de la mejor calidad posible”, expresó Irene. 
“Hasta hace algunas décadas en Europa los planes de saneamiento urbano se focalizaban solo en la recogida de las aguas residuales y en su conducción hacia las plantas de tratamiento para su posterior vertido a las aguas receptoras. Pero esto fue cambiando con el tiempo”, subrayó.

Un cambio de políticas

™Irene dijo que en Europa se vio que la contaminación de ríos y masas de agua receptoras no se extinguía gracias al control de inundaciones y de vertidos puntuales de origen urbano e industrial, sino que era originado por los vertidos intermitentes que se producían en el transcurso de un evento de tormenta, desde los vertederos de sistemas de alcantarillado o bien desde los vertidos directos de los sistemas pluviales.
“Hoy en día sabemos que las aguas pluviales no son aguas limpias, y que la carga contaminante que pueden movilizar y que es vertida a los ríos desde sistemas urbanos de drenaje es muy importante. Dentro del ciclo del agua en medio urbano, ha adquirido importancia la calidad del agua en la gestión ambiental y las demandas de protección de medios naturales cada vez más exigentes por parte de organismos gubernamentales. La visión actual del diseño de sistemas de saneamiento debe ser global, en el sentido de trabajar sobre sistemas integrados de saneamiento que consideren la interrelación entre los elementos del sistema y que permitan cumplir con las demandas de protección ambiental”, definió.

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