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La Justicia hizo público horrendos detalles de una muerte evitable

Frente a las imágenes de San La Muerte y el Gauchito Gil, “Chirete” Herrera mató a Neri de 36 puñaladas. Es un reo mediático y su caso ensombrece la realidad de la seguridad salteña
Miércoles, 10 de mayo de 2017 00:00

El femicidio de Andrea Neri, ocurrido el 5 de enero en un pabellón del penal de Villa Las Rosas, fue perpetrado según la Justicia salteña frente a las imágenes de San La Muerte y el Gauchito Gil.

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El femicidio de Andrea Neri, ocurrido el 5 de enero en un pabellón del penal de Villa Las Rosas, fue perpetrado según la Justicia salteña frente a las imágenes de San La Muerte y el Gauchito Gil.

En ese contexto, y siempre en la única y sostenida hipótesis de celos irracionales, Gabriel "Chirete" Herrera mató a Andrea Neri de 36 puñaladas.

Horrendos detalles se conocieron a partir del requerimiento a juicio elevado por el fiscal penal Pablo Rivero contra Herrera.

"La maté, la maté, ya se acabó la carnereada", dijo el convicto a los guardias tras el brutal crimen, el segundo cometido por la misma persona dentro de una unidad carcelaria y durante una visita privada.

El viernes pasado, la fiscalía remitió al Juzgado de Garantías 4 el pedido de juicio contra Gabriel "Chirete" Herrera por el delito de homicidio doblemente calificado por la relación de pareja y femicidio, delito por el cual el convicto, quien purga ya una condena por el asesinato de su mujer durante una visita privada, podría recibir una sentencia de prisión perpetua.

A raíz de las pruebas producidas, Rivero concluyó que Herrera "estaba determinado a acabar con la vida de su pareja y madre de su hijo". El fiscal indicó que el móvil del asesinato fue también reconocido por el convicto al prestar declaración indagatoria, al relatar que cuando Neri llegó a la visita "subimos arriba y hablamos cinco minutos del tema de la foto". Al respecto, Rivero señaló que se trataba de una imagen publicada en una cuenta de Facebook en la cual, según sostuvo Herrera, su pareja aparecía junto a otro sujeto.

En su declaración, el convicto aseguró que esta imagen se la mostró un compañero de celda, quien al referirse al asunto negó haberle mostrado la imagen aludida desde su teléfono celular, como así también rechazó ser la persona que le proveyó el arma homicida a Herrera, una gubia de la carpintería, lo que deja dudas sobre el verdadero móvil del femicidio.

El compañero de celda de Herrera reconoció que cualquier interno "puede tener" una arma así. "Un interno puede comprar una gubia de otro pabellón". El preso, de esta manera, tomo distancia del rol que Herrera le adjudicó al sindicarlo como la persona que le mostró la foto que lo llenó de celos.

Herrera contó que luego acompañó a Neri al baño, donde otro testigo, también reo, precisó algunos detalles.

Al percatarse de que no estaban solos en el baño, Herrera esperó a que su compañero saliera. El preso dijo haber visto al acusado, que tenía bien sujeta de los brazos a Neri, tras lo cual se retiró. Agregó que luego, al mirar hacia atrás, vio que "Chirete" llevaba a su pareja a la rastra a la celda.

Este preso advirtió de esta situación al guardia ubicado en un extremo de la celda, pero sus dichos no fueron tenidos en cuenta.

 

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