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Preocupación e incertidumbre de vendedores de las ferias americanas

Por la restricción a las importaciones de ropa usada, los feriantes salteños temen por sus puestos de trabajo. En la ciudad hay 13 predios que venden este tipo de prendas.
Martes, 16 de mayo de 2017 00:00

A pesar del frío, Lucrecia estaba firme en su puesto de venta de ropa usada ayer por la tarde. Eran pasadas las 18 y la feria de avenida Tavella y calle Polonia estaba prácticamente desolada, pero ella todavía tenía esperanzas de vender algo para "salvar" el día. El día no había sido bueno, pero más que nada por la incertidumbre y la preocupación que le generó enterarse de que, por decisión del Gobierno nacional, a partir de hoy no se podrá importar indumentaria usada por 5 años.

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A pesar del frío, Lucrecia estaba firme en su puesto de venta de ropa usada ayer por la tarde. Eran pasadas las 18 y la feria de avenida Tavella y calle Polonia estaba prácticamente desolada, pero ella todavía tenía esperanzas de vender algo para "salvar" el día. El día no había sido bueno, pero más que nada por la incertidumbre y la preocupación que le generó enterarse de que, por decisión del Gobierno nacional, a partir de hoy no se podrá importar indumentaria usada por 5 años.

Al igual que Lucrecia, cientos de feriantes salteños temen que la medida signifique el cierre definitivo de las ferias americanas. "Desde que tengo memoria, la ropa americana entró a nuestro país y jamás se escuchó decir que alguien se haya enfermado por haberla usado. Además, toda la ropa que llega en fardos está tratada y desinfectada", dijo la mujer, echando por tierra el supuesto de que representan un riesgo para la salud y la seguridad pública y el ambiente en general.

La presidenta de la feria La Saladita (ubicada en Líbano y Chile), Hilda Silva, señaló: "Estamos realmente preocupados. Sacaron una medida sin conocimiento de nada. Vamos a invitar a la vicepresidenta Gabriela Michetti para que conozca nuestras necesidades y revea este decreto, que mata nuestra única fuente de trabajo".

Según Silva, en La Saladita hay más de 60 puestos y en toda la ciudad son más de 500. "Queremos saber cómo va a enfrentar el Gobierno esta situación, porque miles de personas que viven de la feria pasarían a estar desocupadas y ellos tienen, entonces, la obligación de darnos trabajo", sentenció la vendedora.

Por su parte, el subsecretario de Control Comercial municipal, Nicolás Avellaneda, indicó que "en la ciudad hay 13 ferias americanas, y se sabe que la gran mayoría trae ropa de la frontera, de Bolivia y Chile".

Con respecto a los controles, agregó que las ferias funcionan en predios privados y que la cantidad de puestos varía según la época. Dijo que estos espacios están regulados a través de Rentas, y desde Inspección Comercial "se controla que cumplan con las normas de seguridad, que tengan seguros y habilitación".

Ante la medida nacional, Avellaneda enfatizó que "los puesteros van a tener que readecuarse a vender ropa nueva en lugar de usada, algo que vimos que muchos ya están haciendo. No creemos que esto termine siendo una situación de pérdida de trabajo o que tengan que volcarse a vender en las calles, queremos que todos conserven sus puestos".

Desde la Cámara de Comercio de Salta se mostraron conformes con la prohibición de importación de indumentaria usada. "Las ferias americanas no cumplen con toda la normativa de habilitación que debe cumplir cualquier comercio, es decir, baños, instalaciones adecuadas, cobertura de emergencia médicas, seguros... no cumplen nada de eso", señalaron.

Agregaron que "al comercio legalmente establecido se le exige de todo, pero a las ferias es muy poco lo que se les pide, por eso subsisten. Siempre estamos solicitando que los controles sean más estrictos e igualitarios para todos, no puede ser que a unos se le exija y a otros no. Entonces, también queremos que ellos cumplan, todo el mundo tiene derecho a ejercer el comercio, pero dentro de un marco legal".

“No es una medida nueva”

El presidente de la Cámara de Comercio, Rubén Barrios, señaló que la prohibición de la importación de indumentaria usada en el país no es una medida nueva, sino que rige desde hace 20 años. “Es una prórroga de la prohibición que ya viene siendo efectiva y cada cinco años se renueva, yo no sé por qué razón la hacen cada cinco años, pero es la continuación de algo ya vigente”, indicó.
Barrios apuntó contra los controles y se mostró optimista de que a partir de ahora sean más estrictos. “La ropa usada no entra por importación, sino por contrabando. Hay más incautación de mercadería en las rutas, pero también necesitamos que los controles sean estrictos desde la frontera hasta el último eslabón, que es el que las vende”, dijo.

 

 

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