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Trump pidió a los líderes árabes "que no sean refugio de los terroristas"

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump pidió a los líderes de Medio Oriente que combatan la "crisis del extremismo islámico" que ha emanado de la región y caracterizó la lucha contra el terrorismo como una "batalla entre el bien y el mal", no como un enfrentamiento entre Occidente y el Islam. También pidió aislar a Irán.
Domingo, 21 de mayo de 2017 14:15

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump pidió el domingo a los líderes de Medio Oriente que combatan la "crisis del extremismo islámico" que ha emanado de la región y caracterizó la lucha contra el terrorismo como una "batalla entre el bien y el mal", no como un enfrentamiento entre Occidente y el Islam. 
El discurso de Trump fue la pieza central de su visita de dos días a Arabia Saudí, su primera parada en el extranjero como presidente. 
Durante una reunión con más de 50 líderes árabes y musulmanes, el presidente estadounidense buscó trazar un nuevo rumbo para el papel de Estados Unidos en la región: enfocado directamente a erradicar el terrorismo, con menos énfasis en la promoción de los derechos humanos y las reformas democráticas. 
"No estamos aquí para dar un sermón. No estamos aquí para decirle a otras personas cómo vivir, qué hacer, a quién o cómo adorar", dijo Trump en su discurso ante la llamada Cumbre Árabe Islámica y Estadounidense en Riad, en un salón ricamente adornado y con múltiples lámparas. 
"En vez de eso, estamos aquí para ofrecer una asociación basada en intereses y valores compartidos para buscar un futuro mejor para todos nosotros", agregó. 
En su mensaje, Trump también instó a los mandatarios árabes a "expulsar a los terroristas de sus lugares de culto. Sáquenlos de sus comunidades". 
El presidente norteamericano fue recibido con entusiasmo en Riad, donde la familia real ha acogido con satisfacción la postura más dura de Trump hacia Irán, el enemigo regional de los saudíes. 
Trump criticó a Irán por propagar la "destrucción y caos" en toda la región. "Hasta que el régimen iraní se muestre dispuesto a ser un socio a favor de la paz, todas las naciones con conciencia deben trabajar juntas para aislarlo", declaró. Sus comentarios fueron repetidos por el rey Salman de Arabia Saudí, quien declaró: "El régimen iraní ha sido la punta de lanza del terrorismo global". 
Para el mandatario norteamericano, la visita fue un respiro de la avalancha de controversias que han consumido a su gobierno en las últimas semanas. Ha sido asediado por una serie de revelaciones sobre la investigación federal en curso sobre los posibles vínculos de su equipo de campaña con Rusia y su decisión de despedir al director del FBI, James Comey, que había estado supervisando la investigación de Rusia. 
Ya se esperaba que Trump, que durante su campaña ofreció frecuentes episodios de retórica antiislámica, moderara sus palabras sobre el Islam. Aunque durante su campaña empleó la expresión "terrorismo islámico radical" y criticó a su rival, Hillary Clinton, por no hacerlo, esa frase no apareció en sus palabras del domingo. 
El discurso coincide con un momento de acercamiento a los aliados árabes de Estados Unidos, y Trump se reunió con mandatarios de varios países, como Egipto y Catar, antes de una mesa redonda con el Consejo de Cooperación del Golfo y de acompañar al rey saudí, Salman, a la inauguración de un nuevo centro antiterrorista en Riad. 
Ese mensaje de alianza se reforzó en una reunión con el presidente de Egipto, Abdul Fatá el Sisi, en la que Trump celebró la decisión de su homólogo de liberar el pasado mes de abril a la trabajadora humanitaria egipcio-estadounidense Aya Hijazi, que llevaba casi tres años detenida en el país. 
El Sisi invitó a Trump a visitar Egipto, señalando que "usted tiene una personalidad única capaz de hacer lo imposible". Mientras los asistentes reían, Trump respondió: "Estoy de acuerdo". 
En un encuentro anterior con el rey de Bahrein, Trump dijo que los dos países "tienen una relación maravillosa pero que ha habido un poco de tensión" y prometió una mejora de cara al futuro. El mandatario no especificó qué tensiones debían resolverse. Los dos países tienen una antigua alianza militar, aunque Estados Unidos criticó la gestión bahreiní de las protestas en su territorio durante la Primavera Árabe. 
También fue llamativa la ausencia de las referencias a la democracia y los derechos humanos en las palabras de Trump. Se trata de dos temas que los mandatarios árabes a menudo perciben como reproches de Estados Unidos, y en su lugar se mencionan los objetivos más limitados de paz y estabilidad. 

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump pidió el domingo a los líderes de Medio Oriente que combatan la "crisis del extremismo islámico" que ha emanado de la región y caracterizó la lucha contra el terrorismo como una "batalla entre el bien y el mal", no como un enfrentamiento entre Occidente y el Islam. 
El discurso de Trump fue la pieza central de su visita de dos días a Arabia Saudí, su primera parada en el extranjero como presidente. 
Durante una reunión con más de 50 líderes árabes y musulmanes, el presidente estadounidense buscó trazar un nuevo rumbo para el papel de Estados Unidos en la región: enfocado directamente a erradicar el terrorismo, con menos énfasis en la promoción de los derechos humanos y las reformas democráticas. 
"No estamos aquí para dar un sermón. No estamos aquí para decirle a otras personas cómo vivir, qué hacer, a quién o cómo adorar", dijo Trump en su discurso ante la llamada Cumbre Árabe Islámica y Estadounidense en Riad, en un salón ricamente adornado y con múltiples lámparas. 
"En vez de eso, estamos aquí para ofrecer una asociación basada en intereses y valores compartidos para buscar un futuro mejor para todos nosotros", agregó. 
En su mensaje, Trump también instó a los mandatarios árabes a "expulsar a los terroristas de sus lugares de culto. Sáquenlos de sus comunidades". 
El presidente norteamericano fue recibido con entusiasmo en Riad, donde la familia real ha acogido con satisfacción la postura más dura de Trump hacia Irán, el enemigo regional de los saudíes. 
Trump criticó a Irán por propagar la "destrucción y caos" en toda la región. "Hasta que el régimen iraní se muestre dispuesto a ser un socio a favor de la paz, todas las naciones con conciencia deben trabajar juntas para aislarlo", declaró. Sus comentarios fueron repetidos por el rey Salman de Arabia Saudí, quien declaró: "El régimen iraní ha sido la punta de lanza del terrorismo global". 
Para el mandatario norteamericano, la visita fue un respiro de la avalancha de controversias que han consumido a su gobierno en las últimas semanas. Ha sido asediado por una serie de revelaciones sobre la investigación federal en curso sobre los posibles vínculos de su equipo de campaña con Rusia y su decisión de despedir al director del FBI, James Comey, que había estado supervisando la investigación de Rusia. 
Ya se esperaba que Trump, que durante su campaña ofreció frecuentes episodios de retórica antiislámica, moderara sus palabras sobre el Islam. Aunque durante su campaña empleó la expresión "terrorismo islámico radical" y criticó a su rival, Hillary Clinton, por no hacerlo, esa frase no apareció en sus palabras del domingo. 
El discurso coincide con un momento de acercamiento a los aliados árabes de Estados Unidos, y Trump se reunió con mandatarios de varios países, como Egipto y Catar, antes de una mesa redonda con el Consejo de Cooperación del Golfo y de acompañar al rey saudí, Salman, a la inauguración de un nuevo centro antiterrorista en Riad. 
Ese mensaje de alianza se reforzó en una reunión con el presidente de Egipto, Abdul Fatá el Sisi, en la que Trump celebró la decisión de su homólogo de liberar el pasado mes de abril a la trabajadora humanitaria egipcio-estadounidense Aya Hijazi, que llevaba casi tres años detenida en el país. 
El Sisi invitó a Trump a visitar Egipto, señalando que "usted tiene una personalidad única capaz de hacer lo imposible". Mientras los asistentes reían, Trump respondió: "Estoy de acuerdo". 
En un encuentro anterior con el rey de Bahrein, Trump dijo que los dos países "tienen una relación maravillosa pero que ha habido un poco de tensión" y prometió una mejora de cara al futuro. El mandatario no especificó qué tensiones debían resolverse. Los dos países tienen una antigua alianza militar, aunque Estados Unidos criticó la gestión bahreiní de las protestas en su territorio durante la Primavera Árabe. 
También fue llamativa la ausencia de las referencias a la democracia y los derechos humanos en las palabras de Trump. Se trata de dos temas que los mandatarios árabes a menudo perciben como reproches de Estados Unidos, y en su lugar se mencionan los objetivos más limitados de paz y estabilidad. 

 

 

 

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