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Un "loco" bastante cuerdo

Lunes, 22 de mayo de 2017 00:00

José Ortega y Gasset, el pensador español que quería ser argentino, nos conoció en épocas de crisis. Su mandato "­Argentinos, a las cosas! le ganó al tiempo porque su diagnóstico aún tiene vigencia: el fondo de descontento y tristeza de los argentinos, su sensación de ambiciones frustradas por anticipado, la búsqueda de modelos antes que de soluciones propias, les impedía usar a fondo su excepcional capacidad. Dos caras, tan recientes como efectivas, podrían mostrarse hoy profundizando los contrastes, en este caso en el fútbol. Hace poco Marcelo Bielsa, técnico argentino, apodado el "loco" por sus ideas, hablaba en un seminario internacional y terminó aplaudido: "La palabra y el ejemplo son los caminos que tenemos para convencer al jugador, pero resulta que el procedimiento educativo más poderoso que tiene la sociedad ya no son más las escuelas, son los medios de comunicación, influyen más que la familia y que la escuela, que son los elementos genuinos de formación. ­Es una vergenza! Porque los medios tienen intereses específicos y la educación tiene intereses diferentes y, la familia tiene diferentes expectativas. ¿Por qué digo esto? porque amplificar un comportamiento en la victoria es el que se utiliza para condenar el comportamiento en la derrota. Y lo traduzco. Si Neymar recupera la pelota, contraatacamos y hacemos un gol y después ganamos ocho partidos seguidos, seguramente dirán: "Mirá lo domesticó a Neymar, hizo que fuera colectivo, en vez de individual', pero el día que pierda, ese "burro' en vez de hacerlo jugar a Neymar al lado del arco lo hace perseguir al marcador de punta rival y eso es lo que hacen los medios: confundir a los seres humanos según victoria o derrota".

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José Ortega y Gasset, el pensador español que quería ser argentino, nos conoció en épocas de crisis. Su mandato "­Argentinos, a las cosas! le ganó al tiempo porque su diagnóstico aún tiene vigencia: el fondo de descontento y tristeza de los argentinos, su sensación de ambiciones frustradas por anticipado, la búsqueda de modelos antes que de soluciones propias, les impedía usar a fondo su excepcional capacidad. Dos caras, tan recientes como efectivas, podrían mostrarse hoy profundizando los contrastes, en este caso en el fútbol. Hace poco Marcelo Bielsa, técnico argentino, apodado el "loco" por sus ideas, hablaba en un seminario internacional y terminó aplaudido: "La palabra y el ejemplo son los caminos que tenemos para convencer al jugador, pero resulta que el procedimiento educativo más poderoso que tiene la sociedad ya no son más las escuelas, son los medios de comunicación, influyen más que la familia y que la escuela, que son los elementos genuinos de formación. ­Es una vergenza! Porque los medios tienen intereses específicos y la educación tiene intereses diferentes y, la familia tiene diferentes expectativas. ¿Por qué digo esto? porque amplificar un comportamiento en la victoria es el que se utiliza para condenar el comportamiento en la derrota. Y lo traduzco. Si Neymar recupera la pelota, contraatacamos y hacemos un gol y después ganamos ocho partidos seguidos, seguramente dirán: "Mirá lo domesticó a Neymar, hizo que fuera colectivo, en vez de individual', pero el día que pierda, ese "burro' en vez de hacerlo jugar a Neymar al lado del arco lo hace perseguir al marcador de punta rival y eso es lo que hacen los medios: confundir a los seres humanos según victoria o derrota".

Pero esa dicotomía no es solo culpa de los medios. Se percibe en la calle, en la vida diaria. El comportamiento violento es el común denominador en muchas familias, en las escuelas (con padres agrediendo a las maestras), en el lenguaje de los jóvenes, en la falta de respeto por los mayores, en el olvido de la tradiciones se observa la falta de educación de una sociedad que, de manera preocupante, empieza a olvidar enseñanzas básicas de la vida.

Hace poco, la "cachetada" de esta situación fue la actitud del técnico de Estudiantes, Nelson Vivas, al arrancarse la camisa, perder un zapato y con los puños al aire, convertirse en ícono de las redes sociales. Sorpresivamente fue noticia, ocupó comentarios y algunos destacaron el cuerpo esculpido y trabajado. El exabrupto recorrió el mundo, gracias a los medios y en eso el "loco" Bielsa tiene razón.

 

 

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