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En Tartagal, un grupo hizo teatro después de 60 años

Estudiantes y profesores se animaron y presentaron “La casa de Bernarda Alba”. El desafío tuvo resultados extraordinarios y se llevó todos los aplausos.
Sabado, 27 de mayo de 2017 00:00

Para ser un debut con estudiantes y aficionados al teatro, la vara se ubicó muy arriba y el resultado fue el mejor.

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Para ser un debut con estudiantes y aficionados al teatro, la vara se ubicó muy arriba y el resultado fue el mejor.

Es que Ptersicore, el instituto de música instrumental, danzas y teatro de Tartagal, junto a su directora, la docente jubilada Amalia del Valle Ruiz, se animó y puso en escena una obra teatral que requirió horas de ensayo, responsabilidad, respeto hacia el arte, pero sobre todo hacia su autor, uno de los principales valores de la literatura contemporánea, Federico García Lorca. Este grupo de mujeres se animó y no con poca cosa: subieron al escenario un drama extraordinario: La casa de Bernarda Alba.

La puesta en escena, que se hizo en el cine de Campamento Vespucio, tuvo un lleno total porque esta obra recibió una respuesta que superó todas las expectativas y hoy la directora, junto a su hija también docente, Fiorela Pigini, ya se preparan para una nueva presentación en Tartagal en el marco de las celebraciones que se iniciarán la semana próxima por el 93§ aniversario de la fundación institucional de la capital del departamento San Martín.

Intensos ensayos

La preparación de la obra demandó nueve meses de ensayo para quienes interpretaron los diferentes personajes, pero mucho tiempo más para su directora.

"Reconocemos que fue un desafío y un riesgo muy grande, pero sentimos que Tartagal y la zona se merecen que podamos entre todos incursionar en el teatro, una faceta perdida en la zona", consideró Pigini, a quien le tocó interpretar el personaje de Bernarda.

La obra también requirió inversiones por parte de los alumnos, algunos de los cuales también actuaron y otros trabajaron detrás de escena con la utilería, musicalización e iluminación.

El agradecimiento de quienes dieron este primer y fundamental paso en el teatro en el norte de la provincia fue "para la empresa Tecpetrol, que nos brindó todo el apoyo para una obra de estas características. Como no cobramos entrada para solventarnos, lo que se recaudó fue destinado a ayudar a una alumna de Ptersicoré, que está padeciendo una extraña enfermedad, y que está en recuperación", explicó.

El teatro, olvidado

En el norte de la provincia los niños, jóvenes y hasta adultos, estudian en los diferentes conservatorios piano, guitarra, instrumentos de viento y de cuerdas. Otras academias dictan folclore, música clásica y otro ritmos, pero hacía muchos años que nada se hablaba sobre hacer teatro.

Lo último que se conoció en Tartagal respecto de clases prácticas y afición a esta manifestación artística se remonta a la década del 50.

Muchos recuerdan que un grupo de niños y jóvenes practicaban en clases de teatro, danza y oratoria en el sótano de la vivienda de la familia Soria, en la esquina de las actuales calles Warnes y Rivadavia. Allí residía un matrimonio conformado por Aarón, nacido en Chicoana, que llegó siendo foguista del ferrocarril y que se casó en Tartagal con María Victoria Benedetti, que tenía 18 años, hija de inmigrantes italianos. El joven tenía una carnicería, pero la falta de continuidad en el servicio eléctrico hizo que apelara a todo su ingenio. Debajo de la vivienda construyó un sótano donde guardaba la carne los días de intenso calor cuando el servicio eléctrico no funcionaba.

Con los años y con el sistema eléctrico continuo, el lugar fue ocupado por los 7 hijos de Aarón y María Victoria para un actividad que para esos años parecería impensada: los chicos del vecindario practicaban teatro, oratoria, recitaban poesías y cantaban, porque esa era la forma en que ocupaban el tiempo las generaciones de aquel entonces. Hoy, quienes subieron a escena en Tartagal, quieren recuperar el tiempo perdido, lanzarse en este arte y desarrollar en los más jóvenes el gusto por el teatro.

 

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