¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

22°
19 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

“En Salta formé una familia y aquí vivo con mi condición de doble extranjero”

El artista cubano Alexander Guerra reside en Argentina desde hace una década. 
Domingo, 28 de mayo de 2017 01:39

En 2007 Daniel Gil organizó en Salta el primer simposio internacional de cultura “Atrapando el tiempo”, en su hostería de La Caldera. La convocatoria tuvo carácter global y el encuentro atrajo a artistas de España, Italia, Uruguay, Estados Unidos, Finlandia, Cuba y Chile. Entre ellos, se presentó Alexander Guerra Hurtado (41). “No tenía idea de dónde se localizaba Salta. Nunca había escuchado acerca de ella. De hecho, fue un amigo mío, canciller de Cuba en España y otros lugares, quien me explicó donde estaba porque no conocía las distancias... típico de alguien que vive en una isla”, recordó Alexander para El Tribuno. En el marco de aquella reunión conoció a la licenciada en Filosofía Natalia Gil (34), con la que le aguardaba un destino. Sin embargo, él retornó a Cuba y la consignación del hado volvería a unirlos más tarde en Arequipa (Perú), donde ella estaba realizando un intercambio universitario. 
Actualmente tienen dos hijos, Mateo (8) y Camila (3), y muestras del espíritu prolífico de Alexander ya son del disfrute de los salteños. Una es la imagen del Papa Juan Pablo II, emplazada desde 2013 en la Curia Eclesiástica de Salta y de cuyo diseño se encargó el cubano. Sonriente y afable, con su brazo derecho en alto y sosteniendo con la otra mano un báculo con un Cristo es producto de una interpretación que Alex hizo del santo a partir de diferentes fotografías. Otra es la escultura del Cuchi Leguizamón, que desde 2014 custodiaba la extinta y mítica “empanadería” El Farito, local gastronómico que el compositor frecuentaba entre las décadas del 70 y 90 del siglo pasado. 

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

En 2007 Daniel Gil organizó en Salta el primer simposio internacional de cultura “Atrapando el tiempo”, en su hostería de La Caldera. La convocatoria tuvo carácter global y el encuentro atrajo a artistas de España, Italia, Uruguay, Estados Unidos, Finlandia, Cuba y Chile. Entre ellos, se presentó Alexander Guerra Hurtado (41). “No tenía idea de dónde se localizaba Salta. Nunca había escuchado acerca de ella. De hecho, fue un amigo mío, canciller de Cuba en España y otros lugares, quien me explicó donde estaba porque no conocía las distancias... típico de alguien que vive en una isla”, recordó Alexander para El Tribuno. En el marco de aquella reunión conoció a la licenciada en Filosofía Natalia Gil (34), con la que le aguardaba un destino. Sin embargo, él retornó a Cuba y la consignación del hado volvería a unirlos más tarde en Arequipa (Perú), donde ella estaba realizando un intercambio universitario. 
Actualmente tienen dos hijos, Mateo (8) y Camila (3), y muestras del espíritu prolífico de Alexander ya son del disfrute de los salteños. Una es la imagen del Papa Juan Pablo II, emplazada desde 2013 en la Curia Eclesiástica de Salta y de cuyo diseño se encargó el cubano. Sonriente y afable, con su brazo derecho en alto y sosteniendo con la otra mano un báculo con un Cristo es producto de una interpretación que Alex hizo del santo a partir de diferentes fotografías. Otra es la escultura del Cuchi Leguizamón, que desde 2014 custodiaba la extinta y mítica “empanadería” El Farito, local gastronómico que el compositor frecuentaba entre las décadas del 70 y 90 del siglo pasado. 

La extranjeridad

Licenciado en Artes Plásticas por el Instituto Superior de Arte (ISA) de La Habana, Alexander nació en Santa Clara, localidad donde se halla la tumba de Ernesto “Che” Guevara. Este mausoleo se destaca por una escultura de un Che en plena revolución, empuñando un arma y con aquel enunciado tan inmortal como su autor: “Hasta la victoria siempre”. 
Sin tanto renombre como la bulliciosa capital o Varadero, con sus paradisíacas playas, Santa Clara es una ciudad de interior ubicada a 270 km de la capital y sin dudas atrapa a quienes vibran con la memoria del Che y su lucha por la reivindicación de los desposeídos. 
Allí Alexander viaja cada dos o tres años. En Santa Clara lo aguardan sus padres, hermanos y tíos, y también su carácter de extranjero. 
La extranjeridad, una condición plural que no cabe definir de un solo modo sino que se declina de múltiples maneras, le ha demandado reflexiones profundas a este artista. 
“La extranjeridad te hace ser una persona diferente. Además tiene muchos estados, en un inicio tú eres extranjero en el lugar donde estás llegando porque eres el nuevo, el foráneo, y uno tiene en ese momento la sensación de que si volviera al lugar de donde salió volvería a recuperar la condición de local; pero lo que pasa con el extranjero es que empieza a ser extranjero en el lugar de donde salió”, manifestó Alexander. Así, “uno se da cuenta de que es un extranjero en todo lugar y tiene que construirse una nueva identidad en el lugar en el que está. Se vuelve local en su familia y en su entorno pero a nivel interno sigue siendo un extranjero”, amplió. Esta pluralidad de culturas en la que está inmerso también redundó en un “giro de 180°” de su obra. 
“El contexto para un artista es muy importante, casi que determinante. Mi obra cambió mucho desde que estoy viviendo en Salta porque aquí hay una visión diferente del mundo. Como quiera que sea, uno como creador trabaja para sus contemporáneos, entonces cambian la realidad, el contexto y la obra porque uno cambia también”, señaló. Desde 2006 Raúl Castro es responsable en Cuba de la denominada “actualización socialista” que consiste en reformas al modelo político y económico de su hermano Fidel y que implica mayores facilidades a la inversión extranjera, o la eliminación de restricciones que agobiaron a los cubanos por décadas, también flexibilización del acceso a la tecnología y a las telecomunicaciones. Alexander afirmó que desde aquí no deja de contemplar las modificaciones con “una sensación de extrañeza”. “Creo que hoy el problema más grande de Cuba -por supuesto que el económico es muy importante porque veníamos de una cultura bastante carenciada y endeble- es que se está perdiendo la batalla cultural, porque las generaciones más jóvenes, que no conocieron las luchas y los procesos, sienten un ansia por lo extranjerizante. Lo material y la banalidad se están apoderando de toda la sociedad y esa me parece que es la principal falencia y el peligro más grande que se cierne sobre el país”, evaluó. 
Puesto a evaluar qué extraña de su país, señaló que “el carácter de la gente, porque los cubanos somos muy frontales y eso te da cierta seguridad. Sobre todo extraño el mar y la idea de lo cálido porque el frío es un poquito intimidante en ciertos momentos”. El frío es casi un adversario para los escultores, cuyos movimientos entre ropa de abrigo pierden soltura y gracia. Pero, sobre todo, dijo sentir nostalgia por el ambiente cultural. “Yo vivía en La Habana y a mí me gustan mucho las ciudades grandes. Cuba invierte mucho tiempo, energía y recursos en la cultura por lo que estaba más respaldado. El Estado estaba apoyándome todo el tiempo y tenía la posibilidad del acceso a los ministros y a los directivos de las instituciones”, recordó.

Punto de vista

La normalización es el estado que la mirada de un extranjero puede ayudar a desestabilizar. Así, por ejemplo, a Alexander le resultó llamativo que los ministerios de Turismo y Cultura se entroncaran en uno. “Creo que aquí algunos sectores hasta lo ven como un logro y para mí es muy raro porque desde el punto de vista presupuestario van por dos caminos diferentes. La cultura no siempre implica una producción real y tangible de bienes materiales, por lo que estimo que siempre se van a ir para Turismo todos los recursos porque es el que está generando. La cosa turística siempre te va a llevar a lo que sea más rápido y fácil de procesar. Mariana Carrizo no es para ponerla al lado del Chaqueño Palavecino. Ella tal vez no vaya a llenar un estadio; sin embargo, es productora de un folclore interesante y auténtico”, analizó. Luego señaló que en Salta “es muy tranquilo y lindo el paisaje, tiene mucha fuerza la gente y es muy acogedora. También esto es así si uno viene en un buen contexto: no es lo mismo cuando un extranjero viene de visita que cuando ya se está quedando”. En el caso de Alexander fue un iniciar desde cero porque el conocimiento del público es crucial para el desarrollo de la carrera de todo artista. “Acá yo no conocía a nadie. Al principio hice unas muestras y exposiciones. Luego se abrieron unos concursos en la Escuela Provincial de Bellas Artes Tomás Cabrera (nivel superior) y entré a trabajar como docente y eso me abrió muchas posibilidades. La docencia es un campo interesante y los artistas siempre nos estamos rozando con el espacio de la docencia. A partir de ahí empecé a tener más contacto con el circuito de los artistas. Hoy no es que estoy tan inserto, pero la gente sabe que hay un cubano en Salta”, relató. Sin embargo, no deja de dar noticias a su país de origen. Él pertenece a la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (Uniac) y presenta trabajos en las bienales de La Habana. 


Instantáneas de Alexander

El futuro: “Tenemos planes con Natalia (su mujer) y los niños de ir a Cuba; pero estamos determinados a ir por períodos más o menos cortos, no definitivos para intentar consolidar los vínculos con Cuba”, señaló. 
El mundo: “Hay una mirada del mundo a Cuba a partir de la visita de Obama, que la volvió a posicionar. Desde la música con gente que está ganando Grammys y ya no es la Cuba de Silvio Rodríguez y Chicho Valdez”, dijo.
Plaza interesante: “También la plástica y el teatro están teniendo mucha importancia. A Natalia le interesa el contexto cubano para indagar en nuevas perspectivas profesionales, pero es un cambio drástico para los chicos”, finalizó.

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD