El robo de los US$ 27.000 a la jueza que los había guardado en un armario de su despacho en la Ciudad Judicial quedó esclarecido, aunque la causa penal y el sumario administrativo siguen adelante contra quien admitió haberse llevado el dinero.
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El robo de los US$ 27.000 a la jueza que los había guardado en un armario de su despacho en la Ciudad Judicial quedó esclarecido, aunque la causa penal y el sumario administrativo siguen adelante contra quien admitió haberse llevado el dinero.
Ayer a primera hora, después de que el caso se hiciera público a través de la edición de El Tribuno, fuentes policiales indicaron que, tras los primeros pasos de la investigación, había una persona detenida, quien se desempeña como ordenanza en el edificio del Poder Judicial. Con el correr de las horas, el Ministerio Público Fiscal informó que tras la denuncia realizada por la jueza, la investigación había quedado en manos del fiscal penal 3, a cargo en forma interina de Pablo Paz.
Para llegar a la autora del hurto, el fiscal ya había ordenado levantar huellas, analizar las cámaras de seguridad, entre otras medidas.
Una patrulla de la Brigada de Investigaciones se presentó en la casa de la mujer, quien admitió haberse llevado el dinero, se mostró arrepentida y devolvió lo que se había llevado.
Trascendió que la empleada solicitó reunirse con la jueza damnificada, pero nada se supo de lo que hablaron en el encuentro. Tras la entrega del dinero, la ordenanza quedó libre, pero tiene abierto en su contra un sumario administrativo y una causa penal.
El robo
De acuerdo a la denuncia que hizo ante la Policía, la jueza había guardado días atrás los 27.000 dólares en un armario que se cierra con llave, dentro de su despacho.
El lunes último, al ir a buscar el bolso de cuero donde había dejado los tres fajos (dos de 10.000 y uno de 7.000 dólares), se dio con la sorpresa de que el dinero no estaba. De inmediato denunció la situación y se abrió una investigación que ayer llegó a la restitución del dinero, así como el arresto y posterior libertad de una ordenanza que reconoció ser la autora de la sustracción.
Circular
Lo que llamó la atención del caso es que la magistrada haya guardado dinero, que dijo que es personal, en su despacho, algo que está restringido por una circular interna del Poder Judicial. Ni jueces ni empleados pueden guardar en sus oficinas objetos personales de valor. Incluso cuando es dinero incautado en alguna causa judicial existe un protocolo que fija una cadena de custodia.