La primera app argentina para pedir taxis conducidos por mujeres, "SheTaxi", ya es usada por más de 2.800 pasajeras en la ciudad santafecina de Rosario, donde una taxista tuvo la iniciativa de crear esta aplicación que comenzará a funcionar desde el mes próximo en Córdoba, un recurso tecnológico que sirve a las pasajeras para prevenir situaciones de inseguridad y violencia.
"Hace 10 años que soy taxista y muchas veces las pasajeras me comentaban sobre actitudes de choferes que le generaban inseguridad, miedo o malestar cuando viajaban en taxis. Algunas eran sutiles, pero en realidad se trataba de acoso", contó a Télam María Eva Juncos, creadora de "SheTaxi".
A esos comentarios ella les sumó reflexiones sobre situaciones violentas que vivió "y que antes no advertía", y comenzó a indagar en una posible solución.
"Investigué sobre tecnología desde cero y así llegué a Pablo Botta, ingeniero en Sistemas, un impulsor de la accesibilidad web y el software libre, que con su empresa 'Movilizame' viene realizando aplicaciones sobre transporte sustentable, y la verdad que fue un trabajo en equipo exitoso que no deja de sorprenderme", confesó la mujer.
Botta es el desarrollador de la aplicación gratuita -que "seguirá siendo gratuita", resaltó Juncos- desde la cual se solicita un viaje; además, durante el mismo y cinco minutos luego de terminado, posibilita que la pasajera participe de un chat con la conductora que la mantiene comunicada ante cualquier problema o inquietud.
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La primera app argentina para pedir taxis conducidos por mujeres, "SheTaxi", ya es usada por más de 2.800 pasajeras en la ciudad santafecina de Rosario, donde una taxista tuvo la iniciativa de crear esta aplicación que comenzará a funcionar desde el mes próximo en Córdoba, un recurso tecnológico que sirve a las pasajeras para prevenir situaciones de inseguridad y violencia.
"Hace 10 años que soy taxista y muchas veces las pasajeras me comentaban sobre actitudes de choferes que le generaban inseguridad, miedo o malestar cuando viajaban en taxis. Algunas eran sutiles, pero en realidad se trataba de acoso", contó a Télam María Eva Juncos, creadora de "SheTaxi".
A esos comentarios ella les sumó reflexiones sobre situaciones violentas que vivió "y que antes no advertía", y comenzó a indagar en una posible solución.
"Investigué sobre tecnología desde cero y así llegué a Pablo Botta, ingeniero en Sistemas, un impulsor de la accesibilidad web y el software libre, que con su empresa 'Movilizame' viene realizando aplicaciones sobre transporte sustentable, y la verdad que fue un trabajo en equipo exitoso que no deja de sorprenderme", confesó la mujer.
Botta es el desarrollador de la aplicación gratuita -que "seguirá siendo gratuita", resaltó Juncos- desde la cual se solicita un viaje; además, durante el mismo y cinco minutos luego de terminado, posibilita que la pasajera participe de un chat con la conductora que la mantiene comunicada ante cualquier problema o inquietud.
En Rosario hay 70 taxistas registradas en "SheTaxi", 35 de las cuales trabajan a diario y "todas tienen habilitación municipal y las tarifas son las que se cobran en la ciudad", explicó la creadora de la iniciativa que en dos semanas comenzará a utilizarse en la ciudad de Córdoba, donde "ya se anotaron 11 conductoras".
A fin de este mes, Junco tendrá una reunión con mujeres taxistas y con pasajeras porteñas que se comunicaron con ella interesadas en traer la app a Buenos Aires, una inquietud que surgió también en Salta y en Tucumán.
Cada usuaria deja su mail, por lo que la aplicación permite saber si es una pasajera habitual, "algo que nos ayuda a decidir si tomamos o no el viaje, porque si ves que es clienta, no dudás en aceptar dar el servicio", señaló Juncos.
Los hombres también pueden usar este servicio de taxis manejados sólo por mujeres: "Si la conductora no se siente segura, no acepta", aclaró.
Apps de esta característica existen en México, pero allí la usuaria puede viajar acompañada de un hombre "una vez que haya realizado 20 viajes con la aplicación de Laudrive", según se puede leer en la página oficial del desarrollo mexicano.
"Femitaxi" es la versión brasilera que se usa, hasta ahora, en las ciudades de Belo Horizonte, Río de Janeiro y San Pablo, mientras que en la ciudad estadounidense de Nueva York está "SheRides: Women For Women", la cual fue descrita en redes sociales por su creadora -la dominicana Stella Mateo- como "un movimiento de empoderamiento femenino".
Saliendo de América, en territorio asiático, comenzó a funcionar este año en Pakistán "Pink Taxi", una flota de autos conducidos por mujeres y para pasajeras, en un país islámico donde por motivos culturales y religiosos ellas no suben a vehículos conducidos por hombres.
Distintos países buscan una aplicación tecnológica para atenuar los altos índices de acoso que sufren las mujeres en los espacios públicos, tema que la Organización de las Naciones Unidas viene trabajando desde el programa "Ciudades Seguras Libres de Violencia contra las Mujeres", para que el transporte público deje de ser un lugar inseguro para ellas.
El año pasado, la Fundación Thomson Reuters presentó una encuesta que realizó a mujeres en 15 capitales del mundo sobre acoso en el transporte público, que ubicó a Buenos Aires en el sexto lugar del ránking mundial, lista que encabezó la capital colombiana Bogotá, seguida por ciudad de México, Lima (Perú), Nueva Delhi (India) y Yakarta (Indonesia).