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El "Niño de Oro" aún espera la casa propia

Conocido por sus logros deportivos en silla de ruedas, él y su familia necesitan acceder a una vivienda.
Domingo, 18 de junio de 2017 00:00

Gastón Brito, de 14 años, compite en silla de ruedas y es un orgullo salteño. Y mientras el "Niño de Oro" metanense sigue obteniendo importantes logros deportivos, como las medallas que ganó recientemente en Orán en lanzamiento de bala y atletismo adaptado, su familia sigue soñando con la casa propia.

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Gastón Brito, de 14 años, compite en silla de ruedas y es un orgullo salteño. Y mientras el "Niño de Oro" metanense sigue obteniendo importantes logros deportivos, como las medallas que ganó recientemente en Orán en lanzamiento de bala y atletismo adaptado, su familia sigue soñando con la casa propia.

Gastón concurre al primer año del colegio Juan Carlos Dávalos de San José de Metán. El pequeño se moviliza en una silla de ruedas porque sufrió parálisis cerebral cuando era un bebé.

Es un orgullo salteño y se hizo conocido porque en 2015 ganó dos medallas de oro en los Juegos Nacionales Evita, en Mar del Plata. Una en atletismo adaptado y la otra en lanzamiento de bala.

Sus padres son Andrés Brito y Patricia Rojas y tiene una hermana, Gisel, de 15 años, quienes conforman una familia muy unida que desde hace 9 años viene esperando que le adjudiquen una vivienda.

Deberían tener prioridad, ya que el jefe de la familia fue trasplantado de un riñón y estuvo diez años en diálisis. Actualmente subsisten de las dos pensiones por discapacidad que cobran él y su hijo, de $4.600 cada una. Y viven desde hace cinco años en una casa prestada que está en el barrio El Crestón, en la zona norte de la ciudad.

"Estoy muy contento con mi desempeño. Sigo entrenando y en la última competencia en Orán me fue muy bien porque gané dos medallas. El año pasado fue difícil porque había clasificado para los juegos Evita, pero me enfermé y no pude participar, pero en los próximos voy a estar y para eso estoy trabajando", dijo Gastón.

"La casa es una lucha que venimos teniendo desde hace años. Espero que puedan otorgarnos una porque realmente la necesitamos, ya que en mi familia somos dos personas discapacitadas", destacó este niño con una madurez que sorprende.

Casi una década de espera

En el último sorteo de viviendas, Gastón y su padre se retiraron llorado del complejo municipal de Metán. Fue una desilusión más en nueve largos años de espera, desde que se

inscribieron en el IPV.

"Estamos en esta situación porque vivimos en una casa prestada y en cualquier momento nos pueden decir que la desocupemos. Además, necesitamos una para hacerle modificaciones y adaptaciones para que Gastón pueda estar bien", repite su papá.

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