Una renovación casi total es lo que Juventud Antoniana necesita realizar en su plantel. Depuración, limpieza, una purga completa para un plantel que viene de fracaso en fracaso y cuyo crédito está acabado. Bajo esta premisa, el entrenador Víctor Nazareno Godoy debía iniciar la reconstrucción y lo está haciendo, pero a medias.
El DT por un lado muestra carácter e independencia para tomar decisiones, bajo el ala a de una dirigencia señalada por el autoritarismo desde hace mucho tiempo y desde distinto sectores. “Dije que quiero renovar el plantel y Juan Pablo Cárdenas no está en mis planes, quiero una defensa joven”, dijo el DT en El Tribuno y está muy bien. Con la misma contundencia que solía tener cuando jugaba, Godoy asume un tema complicado en el club y lo resuelve. No le tiembla el pulso para “rajar” al histórico defensor, considerado casi un intocable para los hinchas. Y se alzaron voces, cómo no, muchas en contra y también muchas a favor de semejante postura.
Y está bien que Cárdenas que se vaya. El muchas veces capitán no ha sido tampoco la solución de los problemas en los últimos torneos y su nivel ha mermado considerablemente. Es una realidad que solo el seguidor pasional no puede ver, pero el ciclo del defensor está cumplido. Lo que no está bien es que nadie se anime a decírselo, ahí si se equivocan sobre todo los dirigentes.
Será difícil reemplazar al defensor por alguien que realmente sea digno de ponerse la “6” del santo, pero hay que asumir el riesgo.
Otra decisión fuerte del entrenador fue “borrar” a Ricky Gómez, quien había dejado de ser el Ricky que todos conocían y querían. El exvolante de Colón, Rosario Central y también Gimnasia de Jujuy nunca justificó su regreso a la Lerma y San Luis, salvo en uno o dos partidos. El adiós de Jorge Peirone, Arenero López, Rodrigo Herrera y Raúl Gorostegui, entre otros, está más que justificado. Godoy está acertando a pleno pero.... no la está haciendo completa y no está utilizando el mismo criterio a la hora de evaluar la continuidad de Gustavo Balvorín, otra vez Balvorín en el medio de la polémica. ¿O es acá donde la dirigencia no lo deja decidir? ¿O Godoy es es muy amigo del delantero? ¿O se dejó persuadir por el Ratón Ibañez o por algún tercero? Las sospechas no van a parar pues, la única explicación que dio Godoy al respecto no convence a nadie: “me puede servir”, dijo. ¡Ni siquiera está seguro! Casi el mismo análisis cabe a la hora de retener a Marcos Litre y César More. Pero la permanencia del delantero tucumano que cumplirá 40 años en septiembre es la más compleja y carece de razonamiento: jugó pocos partidos en el último semestre, estuvo mucho tiempo lesionado y apenas hizo un gol, de penal, de noviembre para acá. Balvorín también ya cumplió su ciclo, fue muy útil en los primeros dos torneos, hoy ya no lo es. Encima, no es un jugador barato aunque digan que cobrará por partido o que su sueldo será reducido. No alcanza.
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Una renovación casi total es lo que Juventud Antoniana necesita realizar en su plantel. Depuración, limpieza, una purga completa para un plantel que viene de fracaso en fracaso y cuyo crédito está acabado. Bajo esta premisa, el entrenador Víctor Nazareno Godoy debía iniciar la reconstrucción y lo está haciendo, pero a medias.
El DT por un lado muestra carácter e independencia para tomar decisiones, bajo el ala a de una dirigencia señalada por el autoritarismo desde hace mucho tiempo y desde distinto sectores. “Dije que quiero renovar el plantel y Juan Pablo Cárdenas no está en mis planes, quiero una defensa joven”, dijo el DT en El Tribuno y está muy bien. Con la misma contundencia que solía tener cuando jugaba, Godoy asume un tema complicado en el club y lo resuelve. No le tiembla el pulso para “rajar” al histórico defensor, considerado casi un intocable para los hinchas. Y se alzaron voces, cómo no, muchas en contra y también muchas a favor de semejante postura.
Y está bien que Cárdenas que se vaya. El muchas veces capitán no ha sido tampoco la solución de los problemas en los últimos torneos y su nivel ha mermado considerablemente. Es una realidad que solo el seguidor pasional no puede ver, pero el ciclo del defensor está cumplido. Lo que no está bien es que nadie se anime a decírselo, ahí si se equivocan sobre todo los dirigentes.
Será difícil reemplazar al defensor por alguien que realmente sea digno de ponerse la “6” del santo, pero hay que asumir el riesgo.
Otra decisión fuerte del entrenador fue “borrar” a Ricky Gómez, quien había dejado de ser el Ricky que todos conocían y querían. El exvolante de Colón, Rosario Central y también Gimnasia de Jujuy nunca justificó su regreso a la Lerma y San Luis, salvo en uno o dos partidos. El adiós de Jorge Peirone, Arenero López, Rodrigo Herrera y Raúl Gorostegui, entre otros, está más que justificado. Godoy está acertando a pleno pero.... no la está haciendo completa y no está utilizando el mismo criterio a la hora de evaluar la continuidad de Gustavo Balvorín, otra vez Balvorín en el medio de la polémica. ¿O es acá donde la dirigencia no lo deja decidir? ¿O Godoy es es muy amigo del delantero? ¿O se dejó persuadir por el Ratón Ibañez o por algún tercero? Las sospechas no van a parar pues, la única explicación que dio Godoy al respecto no convence a nadie: “me puede servir”, dijo. ¡Ni siquiera está seguro! Casi el mismo análisis cabe a la hora de retener a Marcos Litre y César More. Pero la permanencia del delantero tucumano que cumplirá 40 años en septiembre es la más compleja y carece de razonamiento: jugó pocos partidos en el último semestre, estuvo mucho tiempo lesionado y apenas hizo un gol, de penal, de noviembre para acá. Balvorín también ya cumplió su ciclo, fue muy útil en los primeros dos torneos, hoy ya no lo es. Encima, no es un jugador barato aunque digan que cobrará por partido o que su sueldo será reducido. No alcanza.