Desolación se siente al escuchar la historia de María Pamela Espíndola y sus siete hijos, una más de las miles que hay en los barrios de Salta. La pobreza, con sus dientes afilados, carcome poco a poco la dignidad y empeora cualquier pronóstico. Hace poco más de un mes ella fue noticia por haber quedado en la calle tras denunciar a su expareja -ahora detenido- por el supuesto abuso sexual de su hija de 9 años. En los próximos días pasará por cámara Gesell el hermano de 7, que también podría haber sufrido abusos.
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Desolación se siente al escuchar la historia de María Pamela Espíndola y sus siete hijos, una más de las miles que hay en los barrios de Salta. La pobreza, con sus dientes afilados, carcome poco a poco la dignidad y empeora cualquier pronóstico. Hace poco más de un mes ella fue noticia por haber quedado en la calle tras denunciar a su expareja -ahora detenido- por el supuesto abuso sexual de su hija de 9 años. En los próximos días pasará por cámara Gesell el hermano de 7, que también podría haber sufrido abusos.
Derechos Humanos (DDHH) de la Provincia la refugió junto a sus tres hijos menores.
Esta vez la mujer se acercó a El Tribuno para denunciar que el padre de los seis más grandes cobra desde hace meses el dinero de la pensión de su hijo con discapacidad. Como el hombre tiene la firma registrada y el DNI del adolescente, que ellos creían perdido, accede a este dinero sin problemas. DDHH asesoró ayer a la mujer en temas de documentación.
El, asegura, tiene denuncias por violencia familiar desde el 22 de septiembre de 2015, cuando ella se animó a acusarlo. Pamela contó que su marido la echó de la casa muchos meses atrás, asegurando que iba a hacerse cargo de ellos. Ella se instaló con los más pequeños en el terreno de su nueva pareja, el supuesto abusador de su hija. Allí llevó materiales y construyó una casita. Tras la denuncia por abuso, quedó en la calle.
Al volver a su casa hace nueve días se dio con que uno solo de sus hijos iba a la escuela y que habían quedado al cuidado del hermano mayor -de 20 años-, junto a su pareja -de 19-. Dijo que como el papá no les pasaba plata, los dos mayores trabajaban para poder comer y que vendieron uno de los colchones que tenían. El mayor le dijo a su mamá que volviera porque estaban solos.
Pamela contó que su marido no solo no se hizo cargo de sus hijos, sino que además se quedó con la pensión entera del que tiene discapacidad.
"Después de ausentarme, su papá fue a poner su firma. Como mi hijo había perdido el documento, lo acompañé la semana pasada para ver cómo estaba su caja de ahorro".
En el banco Macro les dieron un papel donde se ve que por lo menos los últimos tres meses alguien sacó el total del monto depositado, algo más de 4.300 pesos -muy probablemente el ingreso más alto de la familia-. Sin embargo, ella asegura que ha sido más lo que su hijo no cobró. "Cuando vi el papel me puse muy mal, ¿cómo el papá va a hacer eso a su hijo, que encima es discapacitado?", se cuestionó, entre sollozos.
"Antes de irme yo iba con él al centro todos los meses a cobrar la pensión. Comprábamos ropa, zapatillas y le hacía cortar el pelo. Era su dinero. Él me ayudaba con comida y zapatillas para los demás.
Cuando volvieron del banco su marido apareció en la casa, contó Pamela. "Le dije que se fuera, que lo iba a denunciar. Cuando fui al destacamento, el ya estaba ahí. A él le tomaron declaración. "Vamos a escuchar la otra parte', dijo el policía y me sentó con él. Yo dije que quería hablar por aparte. "¿Dónde está la plata? -dijo el policía delante de mí-. Bueno, señora, no podemos hacer nada. Venga a las 17', y me dio un papel con el apellido de un oficial. Fui a las 18 y me dijeron que el señor recién volvía el lunes. No me quisieron tomar la denuncia y expuso mi hijo". El más grande hizo la exposición el 26 de mayo en la comisaría 102 del barrio Atocha 2. "Solicitamos que el papá devuelva la plata a su hijo y que tenga prohibición de acercamiento donde yo estoy con ellos, porque si toma capaz viene a hacerse el loco. Todos los policías lo conocen", expresó.
"La novedad más graciosa es que hace 15 días me llegó una carta de mediación de un centro privado, no de la Ciudad Judicial porque él tiene denuncia por violencia familiar. El me quería quitar a los más chiquitos y quería que se hicieran cargo mi hijo mayor y mi nuera", comentó.
La señora reveló que cobra la asignación universal de solo tres hijos porque el padre no hizo los trámites por el resto. "Hubo dos subsidios que no pude cobrar durante un año porque el hombre, tras trabajar dos meses en una empresa, se dio de baja en la empresa pero no en el correo. Recién en mayo de 2016 volví a cobrar esas asignaciones".
Pamela fue a la Anses para sacar la pensión de siete hijos pero dijo que no puede hacerlo porque su marido tiene las partidas de nacimiento originales de todos sus hijos. En marzo iba a hacer el divorcio exprés pero fue justo cuando hizo la denuncia por su hija.
"No quería vivir peleando con el papá de los chicos, sobre todo por el más grande, ni que el más chico viera cuando venía borracho todos los fines de semana. Yo asenté todas las denuncias. Jamás hice abandono de hogar. Al final, el vino y me dijo que me fuera", recordó. "El no me daba plata ni para comer porque decía que íbamos al comedor. Ahí los crié yo durante 15 años. Cuando llegaba los fines de semana él pagaba el almacén, del que yo sacaba jabón y para cocinar el fin de semana. Acá yo no veía plata, jamás", dijo.