¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

23°
19 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Se recupera menos del 5% de los residuos de Separemos Juntos

Un informe preliminar de la auditoría al vertedero San Javier reveló fallas en el programa.El estudio se presentó en el Concejo el 9 de mayo y aún no se convocó a una reunión.
Viernes, 23 de junio de 2017 23:58

A principios de este mes Separemos Juntos cumplió seis años de funcionamiento en Salta capital. La eficiencia de este programa de clasificación de residuos en los hogares fue cuestionada en un trabajo reciente, elaborado a partir de una auditoría al vertedero San Javier. El análisis reveló que solo del 1 al 5% de los materiales separados es comercializable. Lo demás vuelve al relleno y se deposita con el resto de la basura, según los testimonios de recuperadores agrupados en cooperativas.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

A principios de este mes Separemos Juntos cumplió seis años de funcionamiento en Salta capital. La eficiencia de este programa de clasificación de residuos en los hogares fue cuestionada en un trabajo reciente, elaborado a partir de una auditoría al vertedero San Javier. El análisis reveló que solo del 1 al 5% de los materiales separados es comercializable. Lo demás vuelve al relleno y se deposita con el resto de la basura, según los testimonios de recuperadores agrupados en cooperativas.

La ingeniera química Gloria Plaza presentó el 9 de mayo el informe preliminar de una auditoría socioambiental que elaboró a pedido del Concejo Deliberante.

El Tribuno consiguió una copia de este documento, que se protege con celo en el Concejo. El trabajo tiene 117 páginas, en las que se analizan las operaciones del relleno y los posibles efectos adversos que este genera en el entorno.

Separemos Juntos se lanzó en 2011 como un plan piloto que debía extenderse al resto de la ciudad progresivamente. En los barrios que están incluidos en este programa, de 60 a 70.000 vecinos deben arrojar los materiales como plástico, vidrio, papel y cartón en bolsas naranjas que un camión diferenciado recoge tres veces por semana.

La iniciativa pretende dar cumplimiento a la ley 25.916 de Gestión Integral de Residuos Sólidos Domiciliarios, de 2004. El artículo 4 de esta norma plantea "lograr la minimización de los residuos con destino a disposición final".

El informe preliminar de Plaza consideró que esto se cumple en forma parcial ya que no se logra una sensible minimización. "Según información aportada por integrantes de las cooperativas, una vez clasificados los residuos secos, solo el 1 al 5% es comercializable. El remanente es incorporado a la disposición final en forma discontinua", sostiene.

El trabajo reveló que "no se cuenta con información de la cantidad de residuos comercializados y del descarte producido después de la selección". Este dato sería útil para evaluar la viabilidad del programa.

El Tribuno consultó a la Secretaría de Medio Ambiente y Servicios Públicos de la Municipalidad, que no supo precisar el porcentaje de materiales que se recupera. "Al vertedero llegan 600 toneladas diarias de residuos. Del 100% de la basura que llega, entre el 6% y el 8% corresponde a Separemos Juntos", informaron.

Más de un mes después de la presentación del informe preliminar, aún no se ha convocado a una reunión entre la Municipalidad y la empresa a cargo del servicio para armar un informe final que incluya un plan de acción consensuado para mejorar el sistema. En el cierre del documento se propone un nuevo plan de gestión ambiental.

Gloria Plaza evaluó también que el programa funciona "bajo un nombre confuso dado que "seco' es indicativo de deficiencia de humedad y no de características específicas de materiales y reciclables para lograr un nuevo producto, tales como inorgánicos (vidrios y metales) y los orgánicos producidos por el ser humano (plásticos y papel/cartón)". "Los residuos húmedos indican que tienen alto contenido de humedad y no lo que se desea recolectar en forma separada como orgánico biodegradable”, analizó.

La especialista consideró que algunos residuos de la fracción seca, como los envases de tetra brick, papeles metalizados, poliestireno expandido, entre otros, no son fácilmente vendibles. “Los recicladores informan que comercializan principalmente plástico y cartones. Por eso es alto el porcentaje de la fracción llamada ‘seca’ que se reincorpora al relleno”.

Plaza recomendó que se replantearan aspectos clave del programa: lo que se solicita al vecino, el costo de ejecución, el porcentaje de material comercializado efectivamente, la disposición final del descarte y la frecuencia de recolección. Mientras en Salta la fracción reciclable se recolecta tres veces por semana, en otras comunidades, una sola vez. Consideró que la recolección paralela incrementa la huella de carbono por transporte.

En relación con la campaña de educación ambiental realizada por el programa, observó que esta se hizo “sin tener en cuenta la concientización para evitar, reducir y reutilizar residuos en origen”.

La adhesión al programa es superior al 90%, de acuerdo con las encuestas realizadas y la aceptación de las visitas domiciliarias hechas por promotores ambientales en los 16 barrios de la ciudad donde este funciona. Entre junio de 2011 y enero de 2017 se recolectaron casi seis millones de kilos de basura. Se estima que el 80% de lo almacenado corresponde a residuos secos, reciclables, limpios y acondicionados.

Estado del relleno

Plaza explicó que “la disposición de residuos sólidos urbanos en rellenos sanitarios no representa una solución definitiva al problema pero resulta la opción más viable al menos en el corto y mediano plazo”. Sin embargo, señaló que su uso sigue siendo tema de debate. 

Salta capital tiene uno de los 15 rellenos que existen en el país, donde hay alrededor de 2.200 vertederos a cielo abierto. 

El San Javier recibe la basura de ocho municipios: Capital, Campo Quijano, Cerrillos, Chicoana, La Caldera, La Merced, Villa San Lorenzo y Vaqueros. La especialista analizó que la actual concentración de residuos provenientes de otros municipios reduce considerablemente la vida útil del vertedero. Propuso revisar estos convenios para lograr la minimización y aprovechamiento de los residuos de acuerdo con las características de cada caso en particular. 

Sobre la auditoría

El 2 de junio de 2016 se presentó en el Concejo Deliberante de Salta un informe que elaboró Lucas Seghezzo, doctor en Ciencias Ambientales, a partir de análisis de la Municipalidad. Este trabajo, que hizo de manera gratuita, reveló la posible contaminación que generaba el San Javier. El informe sugirió que una parte de los líquidos que generaba la basura -lixiviados- no tenía el tratamiento adecuado y podría contaminar las aguas subterráneas o superficiales. 

En ese momento las autoridades municipales negaron que hubiera riesgo ambiental y el Concejo capitalino apuró un pedido de auditoría ambiental externa. El 22 de junio -20 días después- se reunieron los concejales con los tres auditores elegidos para hacer el trabajo. Durante muchos meses no se supo nada de esta auditoría, que ha sido financiada por el erario público. “El período efectivo en que se desarrolla la auditoría abarca desde mediados de diciembre de 2016 a marzo de 2017, cumpliéndose parcialmente por dificultades en el acceso a registros por parte del auditado y de la Municipalidad”, explicó Plaza en su informe.

La auditora cuestionó la respuesta del municipio ante el pedido de datos: “No se contó con la información pertinente con el tiempo necesario para ser analizada, a pesar de haber sido requerida tanto en forma verbal como por nota elevada a la Municipalidad el 28 de diciembre de 2016”.

Contó que el municipio suministró datos el 5 de abril y que “presentaban falencias para ser interpretados por estar incompletos”. Otros fueron entregados siete días después y “se observa deficiencia de existencia e interpretación de registros”. 

Ante esto, la especialista recomendó replantear “el tipo de registros solicitados y definir responsabilidades de la empresa y del municipio”. Aconsejó “incluir otros registros para completar información necesaria y aportar herramientas para una futura certificación en un marco de mejora continua”.

Para realizar el estudio, Plaza consultó a la ingeniera agrónoma María del Carmen Otero Cabada (Ciunsa), al ingeniero eléctrico Máximo Menna (Universidad Nacional de La Plata), al magíster David Rivero (Hospital Materno Infantil), al magíster en gestión ambiental Hugo Francisco Sosa Catala y a la licenciada especialista en Microbiología Raquel Salomón. Colaboraron como encuestadores alumnos de Ingeniería en Recursos Naturales (UNSa): María Belén Núñez, Eugenia Jesica Méndez, Mario Sebastián Caballero y Abigaíl Verónica Galarza.        

Temas de la nota

PUBLICIDAD