Perder por penales en una instancia definitoria es doloroso para cualquier futbolista que sabe que entregó hasta la última gota de sudor en la cancha. Pero mucho más lo es para aquel que “mamó” el sentido de pertenencia a un club desde chico y que sabe que la hora del retiro, aquella indeseada para muchos, está muy cerca.
Es el caso de Daniel Ramasco, quien con 39 años recién cumplidos sintió que se le fue, quizás, la oportunidad de cumplir su último sueño como futbolista, la de ascender con el club que lo vio nacer. El Gato expresó en diálogo con El Tribuno el dolor aún latente por la eliminación de Gimnasia y Tiro, se refirió a aquel cruce de palabras con algunos plateistas tras el último partido y manifestó que se tomará un par de días para decidir si seguirá jugando al fútbol o si colgará los botines, independientemente al llamado de la dirigencia para continuar o no. Además, dijo que no jugaría en otro equipo en Salta y “bancó” la continuidad de Duilio Botella, aunque votó por seguir sosteniendo el proceso y por que se quede la mayoría del último plantel.
“Tenía esperanza en que se nos podía dar el ascenso y la eliminación dolió mucho, porque teníamos más equipo que Cipolletti. Soñé que se me podía dar al final de mi carrera y en el club que quiero tanto, donde yo nací. Lo feo del fútbol es esta etapa, donde a los jugadores se les termina el contrato, donde los compañeros tienen incertidumbre por su futuro y no saben si seguirán o no. Por eso yo hablé con Juan Carlos (Ibire) para pedirle que aceleren las charlas con los jugadores, que se maneje rápido esa cuestión, porque el jugador debe tener un panorama para saber qué hacer laboralmente”, explicó el volante, para dejar entrever la posibilidad del retiro. “Sinceramente no sé qué hacer, el lunes me reuniré con la dirigencia, pero decidí tomarme estos días para pensar. Después de estos golpes la cabeza dice ‘basta, hasta acá llegué’, estoy a un paso de decidir eso. Y le tiré la decisión a mi familia. No creo tampoco que juegue en otro club. En el futuro me gustaría trabajar en el área formativa del fútbol, con algún proyecto para inferiores, me gustaría dirigir, esto me apasiona. Más allá de si el DT o la dirigencia quieren que siga o no, a la respuesta la tendré yo”.
En cuanto al cruce de palabras con un plateista, el Gato consideró: “Soy un tipo muy tranquilo y si reaccioné es porque me dolió de verdad. No creo que al que me insultó a mi y a mis compañeros le haya dolido más que a mí quedar afuera. Para mí fue un baldazo y encima que te insulten. Eso le dije al hincha, que como hincha seguramente le debe doler. Este grupo fue profesional al mango, dejó todo, no me gusta salir de la cancha como si le debiera algo a alguien. Este grupo fue bárbaro en todo sentido”. Al final, celebró por la continuidad del técnico y deseó por que se quede la mayoría.
“Gimnasia es mi casa, conozco a los empleados desde que tengo 15 años. Y lo quiero ver crecer de vuelta. Sigue Botella y eso es muy bueno porque es un técnico muy capacitado e hizo un gran trabajo, pero no creo que la solución sea cortar de raíz y empezar de cero. No creo que en la cabeza de Duilio esté cambiar tanto”, consideró el último capitán de Gimnasia.
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Perder por penales en una instancia definitoria es doloroso para cualquier futbolista que sabe que entregó hasta la última gota de sudor en la cancha. Pero mucho más lo es para aquel que “mamó” el sentido de pertenencia a un club desde chico y que sabe que la hora del retiro, aquella indeseada para muchos, está muy cerca.
Es el caso de Daniel Ramasco, quien con 39 años recién cumplidos sintió que se le fue, quizás, la oportunidad de cumplir su último sueño como futbolista, la de ascender con el club que lo vio nacer. El Gato expresó en diálogo con El Tribuno el dolor aún latente por la eliminación de Gimnasia y Tiro, se refirió a aquel cruce de palabras con algunos plateistas tras el último partido y manifestó que se tomará un par de días para decidir si seguirá jugando al fútbol o si colgará los botines, independientemente al llamado de la dirigencia para continuar o no. Además, dijo que no jugaría en otro equipo en Salta y “bancó” la continuidad de Duilio Botella, aunque votó por seguir sosteniendo el proceso y por que se quede la mayoría del último plantel.
“Tenía esperanza en que se nos podía dar el ascenso y la eliminación dolió mucho, porque teníamos más equipo que Cipolletti. Soñé que se me podía dar al final de mi carrera y en el club que quiero tanto, donde yo nací. Lo feo del fútbol es esta etapa, donde a los jugadores se les termina el contrato, donde los compañeros tienen incertidumbre por su futuro y no saben si seguirán o no. Por eso yo hablé con Juan Carlos (Ibire) para pedirle que aceleren las charlas con los jugadores, que se maneje rápido esa cuestión, porque el jugador debe tener un panorama para saber qué hacer laboralmente”, explicó el volante, para dejar entrever la posibilidad del retiro. “Sinceramente no sé qué hacer, el lunes me reuniré con la dirigencia, pero decidí tomarme estos días para pensar. Después de estos golpes la cabeza dice ‘basta, hasta acá llegué’, estoy a un paso de decidir eso. Y le tiré la decisión a mi familia. No creo tampoco que juegue en otro club. En el futuro me gustaría trabajar en el área formativa del fútbol, con algún proyecto para inferiores, me gustaría dirigir, esto me apasiona. Más allá de si el DT o la dirigencia quieren que siga o no, a la respuesta la tendré yo”.
En cuanto al cruce de palabras con un plateista, el Gato consideró: “Soy un tipo muy tranquilo y si reaccioné es porque me dolió de verdad. No creo que al que me insultó a mi y a mis compañeros le haya dolido más que a mí quedar afuera. Para mí fue un baldazo y encima que te insulten. Eso le dije al hincha, que como hincha seguramente le debe doler. Este grupo fue profesional al mango, dejó todo, no me gusta salir de la cancha como si le debiera algo a alguien. Este grupo fue bárbaro en todo sentido”. Al final, celebró por la continuidad del técnico y deseó por que se quede la mayoría.
“Gimnasia es mi casa, conozco a los empleados desde que tengo 15 años. Y lo quiero ver crecer de vuelta. Sigue Botella y eso es muy bueno porque es un técnico muy capacitado e hizo un gran trabajo, pero no creo que la solución sea cortar de raíz y empezar de cero. No creo que en la cabeza de Duilio esté cambiar tanto”, consideró el último capitán de Gimnasia.