Más allá de que todas las miradas estarán puestas en el principal distrito, la elección en ocho provincias que renuevan su representación en el Senado será clave para el final del mandato de Mauricio Macri.
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Más allá de que todas las miradas estarán puestas en el principal distrito, la elección en ocho provincias que renuevan su representación en el Senado será clave para el final del mandato de Mauricio Macri.
Este año renovarán sus bancas las provincias de Buenos Aires, Santa Cruz, Jujuy, Formosa, La Rioja, San Luis, Misiones y San Juan: 24 bancas de las 72 que componen el Senado.
Eran muy pocas las provincias en las que las PASO servirán para definir candidatos, ya que en la mayoría de los distritos se impusieron, por consenso o a la fuerza, listas de unidad. Es el caso de La Rioja, en donde la lista del PJ la encabezará Carlos Menem, que buscará así su segunda reelección como senador. El expresidente llevará como compañera de fórmula a la intendenta de Arauco. Florencia López, quien responde al gobernador Sergio Casas, conformando así un tándem que, a priori, no presentaría un perfil demasiado combativo con la Casa Rosada.
De esta manera se puso en marcha el sábado a la noche, con el cierre de listas de precandidatos legislativos, la cuarta convocatoria a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), luego de la sanción de ley que determinó su creación en 2009.
No son pocos los que aseguran que las PASO de este año, en una inmensa mayoría, se convertirán en una gran encuesta formal y nacional de los candidatos que lidiarán en las elecciones generales y definitivas del 22 de octubre.
Muchos suman también, en la mirada negativa al procedimiento electoral de las PASO, el costo que sobrelleva el esfuerzo comicial primario, unos 2.800 millones de pesos, solo para que unos pocos partidos en todo el país diriman a sus candidatos.
La creación de las PASO, promovidas por el kirchnerismo, con amplio respaldo en su momento, buscó, básicamente, que las diferencias internas en los partidos, en cuanto a las candidaturas, se resuelvan en elección popular, de modo que sea la gente la que exprese con el voto quiénes están más preparados para seguir en carrera hacia los comicios definitorios y quiénes no.
Se intentaba poner fin a la influencia de los "aparatos" partidarios, siempre propensos a negociaciones a espaldas de los afiliados y de la ciudadanía en general. Sin embargo, esta vez y, sobre todo, en el caso de los distritos más decisivos, como la provincia de Buenos Aires, el "dedo" de los dirigentes principales y los acuerdos partidarios parecen desdibujar aquel argumento de que las PASO darían transparencia en la elección de los candidatos, método que más utilizó el propio oficialista Cambiemos en la mayoría de los distritos.
De todos modos, y, en especial, en la provincia de Buenos Aires, se abre una serie de interrogantes en el sentido de cómo responderá el electorado frente a la fractura de hecho del peronismo en tres vertientes con distintos orígenes justicialistas, como el de la expresidenta Cristina Kirchner, el del diputado Sergio Massa y el del exministro Florencio Randazzo.
Riesgos en el peronismo
El peronismo se arriesga a perder la mayoría absoluta en el Senado, ya que 8 provincias renuevan bancas, aunque en muchas de ellas no habrá primarias ya que hubo listas de unidad; en Jujuy y Santa Cruz se dan las pujas más encarnizadas. Y todas las miradas estarán puestas en la “madre de todas las batallas”, como suele decirse de la disputa electoral en suelo bonaerense, la elección en 8 provincias que renuevan su representación en el Senado