El martes próximo, organizado por la Asociación de Jueces, Escuela de la Magistratura, Oficina de Gestión de Audiencias (OGA) y Colegio de Abogados y Procuradores de Salta, en Tartagal se realizará la primera jornada para comunicadores de la región. Es una capacitación sobre Introducción al periodismo judicial, y uno de los principales temas que se abordará será precisamente el de Justicia y medios de comunicación, que estará a cargo de la jueza, delegada de la Escuela de la Magistratura y supervisora de la OGA, Sandra Bonari. Otros magistrados tendrán a su cargo ponencias sobre juicios orales, delito y menores, estupefacientes, derechos del privado de libertad, ética y comunicación jurídica, entre otros temas para concluir con una mesa de diálogo entre magistrados y periodistas.
Sandra Bonari se refirió a esta iniciativa que pretende que, tanto la Justicia como los medios de comunicación en general, puedan compatibilizar sus roles, ambos fundamentales en el sistema democrático y en un Estado de derecho.
La capacitación no tendrá costo y los asistentes recibirán un certificado y material con resoluciones, listado y teléfonos de jueces, secretarios y prosecretarios del Distrito Judicial del Norte Tartagal.
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El martes próximo, organizado por la Asociación de Jueces, Escuela de la Magistratura, Oficina de Gestión de Audiencias (OGA) y Colegio de Abogados y Procuradores de Salta, en Tartagal se realizará la primera jornada para comunicadores de la región. Es una capacitación sobre Introducción al periodismo judicial, y uno de los principales temas que se abordará será precisamente el de Justicia y medios de comunicación, que estará a cargo de la jueza, delegada de la Escuela de la Magistratura y supervisora de la OGA, Sandra Bonari. Otros magistrados tendrán a su cargo ponencias sobre juicios orales, delito y menores, estupefacientes, derechos del privado de libertad, ética y comunicación jurídica, entre otros temas para concluir con una mesa de diálogo entre magistrados y periodistas.
Sandra Bonari se refirió a esta iniciativa que pretende que, tanto la Justicia como los medios de comunicación en general, puedan compatibilizar sus roles, ambos fundamentales en el sistema democrático y en un Estado de derecho.
La capacitación no tendrá costo y los asistentes recibirán un certificado y material con resoluciones, listado y teléfonos de jueces, secretarios y prosecretarios del Distrito Judicial del Norte Tartagal.
¿Cómo surgió esta propuesta de formación para el periodismo de la región?
Será una jornada corta, bastante acotada porque todo se preparó para que se desarrolle en un solo día. Queríamos llevarla adelante durante la Semana del Periodista, cuyo día se celebrará el próximo miércoles 7, y además de exponer temas fundamentales, brindarles a todos los comunicadores que asistan un merecido agasajo. En definitiva, esta propuesta tiene mucho que ver con el hecho de tomar conciencia y asumir que vivimos en un mundo diferente del que conocíamos hace solo una década, donde se hace imprescindible desde el ámbito judicial un contacto más fluido con los medios de comunicación. Recordemos que el plan estratégico del Poder Judicial de este año, entre sus objetivos específicos está precisamente entablar una relación fluida con los medios informativos.
Ese objetivo requiere formación por parte de los periodistas o comunicadores...
Y también los mismos jueces, que necesitan ser capacitados para poder dialogar con la prensa oral, escrita, televisiva y medios digitales. Ese viejo axioma que se usaba hasta hace no muchos años de que “el juez solo habla por sus sentencias” ha perdido toda entidad. Los cambios se dan en el mundo y nuestro país no escapa a esa dinámica, muy a pesar de algunos magistrados que no ceden y que están convencidos de que un juez no debe dialogar con la prensa. Hay quienes plantean la dicotomía de si más importante es lo que se dice (la sentencia) o quién lo dice. En realidad, muchos consideramos que es muy bueno que expliquemos en primera persona las razones de los fallos. Pero también es necesaria la capacitación del periodismo en temas judiciales y, en su antesala, el periodismo policial.
Los magistrados se quejan porque dicen que el periodismo, muchas veces, distorsiona...
La mayoría de las veces que se distorsiona es porque la producción de la sentencia es oscura en relación al lenguaje que se utiliza, lo que lleva a una mala traducción y a una peor interpretación. Muchos jueces siguen utilizando un lenguaje anacrónico, arcano, acartonado. Se avanzó, pero hay ciertas formas que se conservan, más allá de los tecnicismos que no se pueden obviar. Pero eso también obedece a que desde los propios legisladores se utilizan vocablos que no son unívocos y generan confusión.
¿Por ejemplo cuáles?
Cuando el juez se refiere al “actor”, un lector común puede pensar en alguien que hace cine o teatro, como Ricardo Darín (risas), cuando en realidad el actor es una parte de la demanda. O cuando se dice el “tenedor”, que no es un utensilio para comer en este caso. Se usó el término para referirse al que tiene la tenencia de una cosa. Como esos ejemplos hay decenas más complejos, pero si le sumamos los latinazgos que usan los jueces como ab initio o ipso facto, entre tantos otros, la sociedad no sabe de qué le están hablando.
¿Algunos jueces siguen utilizando esas formas porque las consideran imprescindibles?
Mi impresión personal es que algunos colegas hacen uso y abuso de estas formas para poner distancia. Usando un lenguaje técnico lo que se busca es tomar distancia del otro y constituírse como parte de una clase diferente que, definitivamente, no queremos ser. Muy por el contrario, hay una toma de conciencia sobre la necesidad de mostrarle a la sociedad que la justicia es un servicio y que los jueces somos funcionarios públicos, por tanto debemos rendir cuenta de nuestros actos. Y el vehículo para llegar a la gente, que tiene el derecho de saber qué hacemos y cómo fallamos, son los medios de comunicación.
¿Los jueces sienten el poder de los medios?
Nunca podemos desconocer ese poder. Existen causas a las que se les da amplia cobertura y que tienen la condena o absolución en los medios antes que la condena o absolución judicial, al punto que cuando el juez la dicta carece de toda fuerza. Es difícil revertir ese pensamiento colectivo que, en definitiva, es la génesis de la opinión pública.