La Justicia de Rosario autorizó a un joven a cambiar su primer nombre porque le recordaba los malos tratos y situaciones desagradables sufridas en su infancia, y advirtió que "el derecho tiene que ser una herramienta para que la gente pueda vivir mejor".
La jueza en lo Civil y Comercial de Rosario, Marisa Malvestiti, informó hoy a DyN que aceptó el pedido del joven de 28 años para modificar su primer nombre porque "no cuenta con ningún antecedente penal".
La magistrada destacó que el nombre "lo afectaba socialmente".
"El joven no se siente identificado con el nombre que lleva y el cambio solicitado recae únicamente en el prenombre, manteniendo vigente tanto el segundo nombre como el apellido", expresó la jueza
El pedido del joven fue fundamentado en hechos graves padecidos en su niñez y en el rechazo fuerte que sufrió siempre hacia su nombre y lo que implicaba su uso
Malvestiti, en su resolución, consideró que "tal modificación no implica menoscabo hacia la persona, no conculca el orden público ni la moral ni las buenas costumbres. Además, el muchacho ha tratado de construir su personalidad, su identidad, su vida social y familiar con el nombre peticionado", expresó la jueza
La magistrada dijo, en ese sentido, que "el hecho de que no sea el que figura en su Documento Nacional de Identidad le ha impedido desarrollar y disfrutar plenamente su vida, inclusive contraer matrimonio y tener hijos".
En ese marco, la magistrada afirmó que "el derecho tiene que ser una herramienta para que la gente pueda vivir mejor".
Asimismo, destacó que "no hacer lugar al pedido significaría violentar principios establecidos en tratados internacionales con raigambre constitucional".
Malvestiti sostuvo que antes de su resolución se hizo un chequeo de los fundamentos esgrimidos por el joven para pedir el cambio de su primer nombre, para determinar que esa modificación no buscara la evasión de alguna responsabilidad penal
La magistrada sostuvo, en declaraciones a medios locales, que permanecen en reserva los fundamentos esgrimidos por el joven para pedir el cambio y el nombre que solicitó modificar.
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La Justicia de Rosario autorizó a un joven a cambiar su primer nombre porque le recordaba los malos tratos y situaciones desagradables sufridas en su infancia, y advirtió que "el derecho tiene que ser una herramienta para que la gente pueda vivir mejor".
La jueza en lo Civil y Comercial de Rosario, Marisa Malvestiti, informó hoy a DyN que aceptó el pedido del joven de 28 años para modificar su primer nombre porque "no cuenta con ningún antecedente penal".
La magistrada destacó que el nombre "lo afectaba socialmente".
"El joven no se siente identificado con el nombre que lleva y el cambio solicitado recae únicamente en el prenombre, manteniendo vigente tanto el segundo nombre como el apellido", expresó la jueza
El pedido del joven fue fundamentado en hechos graves padecidos en su niñez y en el rechazo fuerte que sufrió siempre hacia su nombre y lo que implicaba su uso
Malvestiti, en su resolución, consideró que "tal modificación no implica menoscabo hacia la persona, no conculca el orden público ni la moral ni las buenas costumbres. Además, el muchacho ha tratado de construir su personalidad, su identidad, su vida social y familiar con el nombre peticionado", expresó la jueza
La magistrada dijo, en ese sentido, que "el hecho de que no sea el que figura en su Documento Nacional de Identidad le ha impedido desarrollar y disfrutar plenamente su vida, inclusive contraer matrimonio y tener hijos".
En ese marco, la magistrada afirmó que "el derecho tiene que ser una herramienta para que la gente pueda vivir mejor".
Asimismo, destacó que "no hacer lugar al pedido significaría violentar principios establecidos en tratados internacionales con raigambre constitucional".
Malvestiti sostuvo que antes de su resolución se hizo un chequeo de los fundamentos esgrimidos por el joven para pedir el cambio de su primer nombre, para determinar que esa modificación no buscara la evasión de alguna responsabilidad penal
La magistrada sostuvo, en declaraciones a medios locales, que permanecen en reserva los fundamentos esgrimidos por el joven para pedir el cambio y el nombre que solicitó modificar.