La brecha entre el nivel educativo de los chicos de las escuelas públicas y privadas es una realidad que se arrastra. De acuerdo con los resultados de la prueba Aprender realizada entre 11.778 estudiantes secundarios estatales de 5´ o 6´ año, en Salta el 75% de las madres no tiene estudios superiores. Distinta es la realidad en el sector privado, donde el 44%, de 3.726 mamás, no alcanzó un título terciario o universitario, es decir una diferencia cercana al 30%.
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La brecha entre el nivel educativo de los chicos de las escuelas públicas y privadas es una realidad que se arrastra. De acuerdo con los resultados de la prueba Aprender realizada entre 11.778 estudiantes secundarios estatales de 5´ o 6´ año, en Salta el 75% de las madres no tiene estudios superiores. Distinta es la realidad en el sector privado, donde el 44%, de 3.726 mamás, no alcanzó un título terciario o universitario, es decir una diferencia cercana al 30%.
Las diferencias abismales también se ven en sentido contrario. El 16,83% de los alumnos estatales respondió que su madre tiene estudios superiores, mientras que en los privados el 52% indicó que logró esa meta, es decir, más de la mitad es universitaria.
El nivel educativo de los padres también se analizó. Si bien la distancia entre un sistema y el otro se achica un poco con respecto a las mujeres, es notable. En los establecimientos públicos, de 11.057 chicos evaluados el año pasado en el operativo nacional Aprender, el 69,34% dijo que el papá no tiene estudio superior. En los colegios pagos el 49,35% (de 3.545) de los padres tampoco accedió a ese nivel educativo.
Según las estadísticas oficiales difundidas por el mismo Ministerio de Educación de la Nación, el 12% de papás del sistema estatal de esa franja analizada realizó una carrera universitaria, técnica o un profesorado. El porcentaje se incrementa en los privados, donde se puede ver que el 40,97% sí tuvo esa posibilidad.
La titular de la Dirección General de Educación Superior, Patricia del Carril, admitió a El Tribuno que la brecha entre un sistema y otro existe. "Es notorio que a los hijos de las madres o padres que no llegaron a tener estudios superiores les cuesta un poco más alcanzar los objetivos y las capacidades. La casa tiene mucho que ver con el aprendizaje en la escuela", señaló Del Carril.
Para Silvia Álvarez, economista y secretaria general de la Universidad Católica de Salta, "la circunstancia familiar es un referente que no podemos obviar, más allá de que la escuela también tiene un papel protagónico".
La especialista se refirió a las limitaciones que lamentablemente tienen los estudiantes de bajos recursos. "Por más que haya muchos que demuestran bastantes ganas de aprender, están condicionados por todo el contexto. Esto se refleja en las pruebas de Lengua, Matemáticas y Ciencias. Los niveles más bajos son los que más problemas tienen", aseveró Álvarez.
La docente universitaria siguió: "La madre es la que impulsa el rol protagónico y cuando tiene estudios superiores cuenta con más herramientas para ayudar al chico en la escuela, pero cuando no tiene, aunque desee que su hijo la supere, no puede ayudarlo. Tiene otra forma de exigirle que siga estudiando, pero por ahí dicen que a veces los hijos repiten conductas".
En contrapartida, la socióloga Ana Pérez Declercq analizó el rendimiento de los alumnos, que de acuerdo a los datos de Aprender es bajo en la secundaria, y apuntó contra el sistema, al que consideró atrasado. "No le vamos a echar la culpa a que los profesores faltan o los chicos no tienen para comer, y entonces por eso no prestan atención en clase, y que los profesores son malos. Lo que está pasando es que la educación quedó arcaica, no está acompañando los cambios sociales", dijo.