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“Vamos a ganar en todo el país, y en Buenos Aires también”

Rogelio Frigerio, Ministro del Interior.
Domingo, 16 de julio de 2017 02:10

Economista, con nombre y genética desarrollista, tiene a su cargo la cartera política del gobierno de Mauricio Macri. “Nosotros esperamos que nos evalúen al final del gobierno, en función de lo que hayamos avanzado contra la pobreza estructural”.

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Economista, con nombre y genética desarrollista, tiene a su cargo la cartera política del gobierno de Mauricio Macri. “Nosotros esperamos que nos evalúen al final del gobierno, en función de lo que hayamos avanzado contra la pobreza estructural”.

Rogelio Frigerio no duda del éxito de Cambiemos en las próximas elecciones. Apoya esa certeza en un dato y una convicción: es el único espacio político que como tal va a poder medirse en los 24 distritos y por lo tanto, sumará en todos, y sostiene que “la mayoría de la gente está convencida de que vamos por el buen rumbo”. Nieto del histórico dirigente desarrollista que hace sesenta años protagonizó un intento transformador abortado por el golpismo, la violencia y las resacas de un continente en crisis, tiene su mirada puesta en el futuro. “Nuestro compromiso es a largo plazo, porque apunta a generar competitividad sistémica”. Esa definición sirve, en su discurso, para garantizar la generación de empleo en todo el país, “que es el único camino para erradicar la pobreza”, dijo en una entrevista con El Tribuno.

Defiende al mismo tiempo los logros, reconoce que muchos aún no son percibidos, y el gradualismo en la aplicación de medidas. Y reivindica absolutamente el Plan Belgrano. “Es un programa de creación de infraestructura económica y social, que compense los costos de algunas regiones y permita superar la desigualdad que sufren las provincias del norte”.

“Está en marcha, acredita logros inéditos y forma parte esencial del proyecto del presidente Macri y de Cambiemos”, enfatizó.
 
El plan de desarrollo para el NOA y el NEA expresa expectativas históricas de la región. Ahora, las obras no están a la vista y no falta quien exprese decepción...

El plan de obras para el norte argentino es un programa de desarrollo. Busca equilibrar asimetrías y disparidades entre las distintas regiones, compensar los costos que impone la distancia con respecto a los puertos y los grandes centros de consumo. Para la perspectiva del gobierno, el Plan Belgrano es fundamental para garantizar la competitividad en la producción. Por eso, solo desde el Ministerio del Interior, ya se efectuó una inversión mayor a los $6.500 millones.

¿Cuáles son los avances que usted acreditaría?

Es central la reactivación del Belgrano cargas. Ya está en marcha la renovación de 1.600 kilómetros de vías y se incorporaron 200 vagones y 30 locomotoras nuevas. A esto deben sumarse las obras en el aeropuerto, el proceso de proyecto y licitación del sistema vial y la inversión social. En Salta ya se realizaron 23 intervenciones del programa Hábitat, de viviendas y servicios para mejorar la calidad de vida de los sectores más vulnerables. Hacemos lo que hay que hacer y que nunca se había hecho.

El proyecto ferroviario, ¿supone una estrategia nacional para modificar la matriz del transporte?

Si no cambiamos la matriz de transporte y productiva no vamos a eliminar el “impuesto a la distancia”. El norte argentino no va a llegar a donde se merece y necesita sin ganar en eficiencia. El ferrocarril, las vías navegables y los aeropuertos son eslabones de esa transformación. Hay que optimizar todas esas variables para que el producto del trabajo de los salteños pueda ser colocado en términos competitivos en el país y en el exterior.

En síntesis...

Mejorar la competitividad para generar puestos de trabajo, porque ese es el único camino para avanzar hacia el objetivo de superar la pobreza.

En Salta hay muy bajo desarrollo productivo, pero además, hay una superficie de territorio equivalente a la de un país europeo donde está vedado el desarrollo agropecuario. ¿Qué vamos a transportar en el nuevo ferrocarril? 

Empecemos por optimizar la infraestructura. El desarrollo requiere un esfuerzo del gobierno nacional, y el aporte de cada provincia y de cada municipio.

Pero hay un veto al desarrollo agropecuario en nombre de la ley de bosques...
 
En primer término, no debemos quedarnos solo en el desarrollo agropecuario. Salta y Jujuy tienen posibilidades importantes de actividad que deben convertirse en fuentes de empleo. Yo no voy a opinar sobre el manejo territorial ni sobre cómo aplica la ley de bosques cada provincia.

¿Cómo imagina entonces el desarrollo? 

Creo que hay que buscar todas las alternativas. El turismo, las fuentes de energía... No podemos cerrarnos en una actividad y no podemos desdeñar un aspecto central: la formación profesional. Hay muchísimos puestos de trabajo que no se llegan a cubrir por falta de recursos humanos, de personal con aptitud para el manejo tecnológico. Si no miramos al presente y hacia adelante, nos quedamos. Salta tiene mucho para aportar.

¿Cuáles son las condiciones?

 Vamos a avanzar en una reforma tributaria, básicamente, para eliminar o disminuir malos impuestos, a nivel nacional, provincial y municipal. Es ineludible, si nos proponemos crear las condiciones para mejorar la inversión. Repito, y lo haré todas las veces que sea necesario: crear las condiciones para la inversión es a su vez “conditio sine qua non” para generar empleo, que es la única forma de derrotar la pobreza y la exclusión.

¿Cuánto se alcanzó de las metas propuestas en 2015? ¿Hubo problemas inesperados?

El proyecto del presidente Macri nos compromete con un cambio. El desarrollo tiene sus tiempos y nadie debería prometer milagros. Nosotros sabíamos desde el arranque que heredamos décadas de malas políticas y eso no se puede modificar de un día para otro.

 ¿Ustedes creen que la ciudadanía pondera esos tiempos?

Nosotros avanzamos en la dirección que anunciamos y que consideramos la correcta. Eliminamos y redujimos las retenciones a la producción, sancionamos la ley pyme, recuperamos el financiamiento internacional, estamos conteniendo la inflación y logramos el regreso del crédito hipotecario. A eso, agreguemos la pensión universal para adultos mayores, reparación histórica para los jubilados, modificar el impuesto a las ganancias... El crédito hipotecario creció casi diez veces. Son compromisos en los que hemos ido avanzando.

Más de uno se sorprende por ciertos logros políticos de un gobierno que se imaginaba economicista...

 Y todo lo hemos logrado con una minoría de legisladores en ambas cámaras. Hemos construido gobernabilidad, también, por el acompañamiento de muchos gobernadores de otras fuerzas políticas, que han comprendido y asumido la realidad y las necesidades del país.

Una inquietud: aún no se ven logros en la reducción de la pobreza y en la generación de empleo.

No hay milagros. A esta altura, lo importante es que nos encontremos en el camino correcto. Que el objetivo no sea un mero enunciado, sino una convicción. Las transformaciones llevan tiempo, en el gobierno y en la vida de cada uno. La inflación va siendo contenida, porque estamos aplicando las políticas del 90 % de los países del mundo, que no tienen inflación. Por supuesto, hay quienes lo perciben y hay sectores a los que todavía no les llegó. Este es un país desparejo, social y regionalmente, y aunque sabemos que hay muchos hogares que no sienten estos avances, lentos pero firmes, estamos convencidos y percibimos que la mayoría de la gente sabe que vamos por el buen camino.

El precandidato Daniel Filmus dijo que en estas elecciones rinde examen el gobierno y no el kirchnerismo. Más allá de la retórica de campaña, ¿cree que las expectativas por el futuro superan ciertas frustraciones de la vida cotidiana? 

Lo importante es entender que estamos en un proceso de cambio de valores, y que es irreversible. El respeto por la palabra empeñada, la división de poderes, la república... Después de décadas en las que el gobierno nacional concentraba los recursos de las provincias para disciplinar a las jurisdicciones que pensaran distinto, nosotros los hemos restituido.

Hay avances, pero no somos ilusos: lo que queda por hacer es enorme, pero estamos seguros de que el rumbo es el correcto.

¿Y cómo les va a ir en el examen electoral?

En estas elecciones no se juega la suerte de un gobierno. El kirchnerismo, por supuesto, no tiene que dar un examen porque todos sabemos lo que ha generado, lo que se juega es la posibilidad de sostener este proceso de transformación y no retroceder al pasado. Y eso es lo que piensa la mayoría.

¿Es una opción entre populismo y república?

 Hoy tenemos la posibilidad, si persistimos en el rumbo y no nos tentamos con los atajos del facilismo, de dejar atrás el populismo para siempre; de erradicar el clientelismo, que es perverso y degradante. Depende de todos los argentinos, y o solo del gobierno, sostener la transformación en marcha, elegida por la mayoría.

¿Cuánto le preocupan la inflación y el dólar?

 El dólar no va a ser un problema. El presupuesto que enviamos el año pasado lo estimaba en 18 pesos y no salimos de ese rango. La inflación va a estar en la mitad este año. Más allá de las legítimas preocupaciones, la ciudadanía sabe que hoy hay transparencia; no ocultamos las inflación ni la pobreza. Y le repito, si la pobreza no retrocede, habremos fracasado.

Pregunta por derecha: ¿por qué no se ha disminuido el déficit fiscal y el gasto?

 Porque lo vamos a hacer gradualmente. Tenemos un Estado quebrado, un déficit enorme de infraestructura y unos niveles de pobreza agobiantes. No podemos cambiar de un día para el otro. El único camino es el crecimiento y la expansión de la economía. No se viene el ajuste, sino el crecimiento, por la hoja de ruta que trazamos.

¿Cuál es camino para recuperar competitividad y superávit?

Es una meta más compleja que mover el tipo de cambio. Combina una disminución de la presión impositiva, mejora en la competitividad, acceso al crédito, optimización de la educación. Hay que replantear todo el sistema de costos. Buscamos construir la competitividad sistémica, porque es el instrumento para alcanzar nuestro objetivo, por el cual esperamos que nos evalúen al final de la gestión: la reducción de la pobreza.

¿Las elecciones ponen en juego el futuro político de Cambiemos?

- No. Cambiemos tiene una gran ventaja desde el punto de vista electoral porque es el único espacio político con representación en todo el país. Cambiemos va a ganar en el país y la segunda fuerza va a estar lejos. También vamos a ganar en la provincia de Buenos Aires; va a aumentar la cantidad de legisladores nacionales en nuestros bloques, aunque vamos a seguir siendo minoría. Por lo tanto, habrá que seguir trabajando en los consensos, pero eso seguirá fortaleciendo a la democracia.

¿Qué impacto se puede esperar de los escándalos de estos días con Alejandra Gils Carbó y Julio De Vido?

 No es sorpresa para nadie que tenemos una procuradora que no se ha ocupado de investigar la corrupción y que hay funcionarios del gobierno anterior investigados por numerosos ilícitos. No creo que eso tenga particular impacto en las próximas elecciones.

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