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Agustín Villalba la sigue peleando en el Metz de Francia

El salteño sobrevivió a todas las pruebas y ya firmó contrato por un año. “Fue difícil adaptarme”, contó.
Lunes, 17 de julio de 2017 22:59

A 10.700 kilómetros de Salta, Agustín Villalba la peleó, extrañó, pero no bajó los brazos. Su adaptación en el club francés Metz, con el idioma y las exigencias de una preparación de primer nivel, no ha sido fácil. 
Desde abril, cuando fue preseleccionado junto a otros dos chicos salteños que luego se volvieron (Leonardo Nehuén Rodríguez y Claudio Romero), Villalba se levanta todos los días temprano para mezclarse con jóvenes de todas partes del mundo que buscan ser estrellas del fútbol. Desayuno, entrenamiento, almuerzo, cena y descanso. La rutina en el centro deportivo de la institución de Francia era pesada. Pero Agustín sabía que para avanzar no valía rendirse. 
Luego de tres meses de prueba y permanencia superó todos los obstáculos y hoy es uno de los jugadores del sub-19 y de la reserva del Metz. “Lo más difícil fue el idioma, en las primeras semanas no entendíamos nada, hacíamos trabajos de campo pero hacíamos perder a nuestro equipo porque no entendíamos la consigna”, contó Villalba en su visita a El Tribuno. Debieron recurrir al celular para utilizar el traductor a la hora de entablar charla con los compañeros.
Además, el trabajo de pesas y gimnasio allá es una obligación, una metodología distinta, como las enseñanzas de técnica y táctica, más específicas. “Jugamos mucho con el 4-2-3-1”, dijo Agustín respecto de ese sistema tan europeo; “también nos hacen llevar la pelota haciendo jueguitos hasta dispararle al travesaño, a los conos, o meterla en un canasto. Se practica mucha puntería con la pelota”, agregó. 
Agu, que juega de enganche y cuyos inicios fueron en la escuela Karol Wojtyla y luego en Cachorros, firmó contrato hasta junio de 2018 por un sueldo minimo que, además, le sirve para justificar su permanencia en Francia (sin trabajo no puede permanecer más de tres meses). 
Agustín comenzó una fuerte amistad con Hugo Colella, un chico belga. “Me ayudó mucho y me llevó a su casa, en Virton, cuando teníamos libre (al sur de Bélgica, a 112 kilómetros de Metz)”.
Villalba se queda en Salta unos días más y volvió con un plan de trabajo que lleva al pie de la letra bajo la supervisión del PF Vicky Cuéllar. Y el sábado proximo retornará a Metz, “una ciudad llena de castillos”, describió Agu, donde la seguirá peleando para triunfar.
 

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A 10.700 kilómetros de Salta, Agustín Villalba la peleó, extrañó, pero no bajó los brazos. Su adaptación en el club francés Metz, con el idioma y las exigencias de una preparación de primer nivel, no ha sido fácil. 
Desde abril, cuando fue preseleccionado junto a otros dos chicos salteños que luego se volvieron (Leonardo Nehuén Rodríguez y Claudio Romero), Villalba se levanta todos los días temprano para mezclarse con jóvenes de todas partes del mundo que buscan ser estrellas del fútbol. Desayuno, entrenamiento, almuerzo, cena y descanso. La rutina en el centro deportivo de la institución de Francia era pesada. Pero Agustín sabía que para avanzar no valía rendirse. 
Luego de tres meses de prueba y permanencia superó todos los obstáculos y hoy es uno de los jugadores del sub-19 y de la reserva del Metz. “Lo más difícil fue el idioma, en las primeras semanas no entendíamos nada, hacíamos trabajos de campo pero hacíamos perder a nuestro equipo porque no entendíamos la consigna”, contó Villalba en su visita a El Tribuno. Debieron recurrir al celular para utilizar el traductor a la hora de entablar charla con los compañeros.
Además, el trabajo de pesas y gimnasio allá es una obligación, una metodología distinta, como las enseñanzas de técnica y táctica, más específicas. “Jugamos mucho con el 4-2-3-1”, dijo Agustín respecto de ese sistema tan europeo; “también nos hacen llevar la pelota haciendo jueguitos hasta dispararle al travesaño, a los conos, o meterla en un canasto. Se practica mucha puntería con la pelota”, agregó. 
Agu, que juega de enganche y cuyos inicios fueron en la escuela Karol Wojtyla y luego en Cachorros, firmó contrato hasta junio de 2018 por un sueldo minimo que, además, le sirve para justificar su permanencia en Francia (sin trabajo no puede permanecer más de tres meses). 
Agustín comenzó una fuerte amistad con Hugo Colella, un chico belga. “Me ayudó mucho y me llevó a su casa, en Virton, cuando teníamos libre (al sur de Bélgica, a 112 kilómetros de Metz)”.
Villalba se queda en Salta unos días más y volvió con un plan de trabajo que lleva al pie de la letra bajo la supervisión del PF Vicky Cuéllar. Y el sábado proximo retornará a Metz, “una ciudad llena de castillos”, describió Agu, donde la seguirá peleando para triunfar.
 

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