Mirado con cierta desconfianza al principio, reprochado en su primera etapa cuando las cosas no le salían, aceptado con el correr del tiempo a fuerza de goles y hasta ovacionado después, cuando se metió a la gente en el bolsillo con sus tantos en el último Federal A. Así, cambiante, intenso, con tintes de novela, fue este paso de un año y medio de Juan Martín Amieva en Gimnasia y Tiro. Y fue también una “novela” el histérico tironeo de este último mes, tras la eliminación del albo ante Cipolletti de Río Negro por penales en el Gigante del Norte, porque en las últimas cuatro semanas predominó un constante movimiento pendular en relación con su continuidad en el club de la Vicente López: “que sí, que no, que tal vez”. Lo cierto es que el goleador del millonario en el último torneo le manifestó al DT Duilio Botella que prefiere esperar la aparición de una oferta y una categoría superadora para su futuro, luego del plazo que ya le había pedido a la dirigencia anteriormente.
Por parte de Botella y de la dirigencia existía una intención manifiesta de retener al Tanque, pero pudieron más los indisimulables cortocircuitos que se produjeron tras el final de la última temporada: todo comenzó cuando Amieva, en diálogo con El Tribuno el pasado 4 de julio, le metió presión a la dirigencia del albo diciendo que esperaba un llamado y que notaba muy poco interés por su continuidad. La respuesta desde la subcomisión de fútbol no tardó en llegar y Juan Carlos Ibire retrucó luego diciendo que con el futbolista ya hubo un acuerdo económico y que el “9” era uno de los jugadores mejores pagos de la categoría, lo que enojó al neuquino.
Es una certeza de perogrullo que estos cortocircuitos entre ambas partes tuvieron mucha incidencia en la salida de Amieva, más allá de que también es el desencadenante de una cuestión lógica: el jugador está en todo su derecho de buscar un horizonte más próspero para su futuro, como así también es entendible que los directivos de Gimnasia necesitan cumplir con el pedido del DT de finiquitar las incorporaciones y terminar de armar el plantel lo antes posible, por lo que no podían darse el lujo de seguir esperando.
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Mirado con cierta desconfianza al principio, reprochado en su primera etapa cuando las cosas no le salían, aceptado con el correr del tiempo a fuerza de goles y hasta ovacionado después, cuando se metió a la gente en el bolsillo con sus tantos en el último Federal A. Así, cambiante, intenso, con tintes de novela, fue este paso de un año y medio de Juan Martín Amieva en Gimnasia y Tiro. Y fue también una “novela” el histérico tironeo de este último mes, tras la eliminación del albo ante Cipolletti de Río Negro por penales en el Gigante del Norte, porque en las últimas cuatro semanas predominó un constante movimiento pendular en relación con su continuidad en el club de la Vicente López: “que sí, que no, que tal vez”. Lo cierto es que el goleador del millonario en el último torneo le manifestó al DT Duilio Botella que prefiere esperar la aparición de una oferta y una categoría superadora para su futuro, luego del plazo que ya le había pedido a la dirigencia anteriormente.
Por parte de Botella y de la dirigencia existía una intención manifiesta de retener al Tanque, pero pudieron más los indisimulables cortocircuitos que se produjeron tras el final de la última temporada: todo comenzó cuando Amieva, en diálogo con El Tribuno el pasado 4 de julio, le metió presión a la dirigencia del albo diciendo que esperaba un llamado y que notaba muy poco interés por su continuidad. La respuesta desde la subcomisión de fútbol no tardó en llegar y Juan Carlos Ibire retrucó luego diciendo que con el futbolista ya hubo un acuerdo económico y que el “9” era uno de los jugadores mejores pagos de la categoría, lo que enojó al neuquino.
Es una certeza de perogrullo que estos cortocircuitos entre ambas partes tuvieron mucha incidencia en la salida de Amieva, más allá de que también es el desencadenante de una cuestión lógica: el jugador está en todo su derecho de buscar un horizonte más próspero para su futuro, como así también es entendible que los directivos de Gimnasia necesitan cumplir con el pedido del DT de finiquitar las incorporaciones y terminar de armar el plantel lo antes posible, por lo que no podían darse el lujo de seguir esperando.
Pleno al "9"
La dirigencia millonaria aceleró las gestiones para contratar al reemplazante del último goleador del plantel. Y todos los cañones apuntan al longilíneo atacante Marcos Godoy, ex Talleres de Córdoba y Juventud Universitaria de San Luis.
A cuatro días de abrir el telón
Fue muy rápida la transición entre el final de las ilusiones de ascenso de Gimnasia y Tiro, hace exactamente 30 días del traspié ante Cipolletti desde los doce pasos, y el renacer de las esperanzas de cara al inicio del próximo torneo Federal A, que arrancará el 10 de septiembre.
Tal es la inmediatez que exige el calendario, sobre todo de la Copa Argentina, que en un abrir y cerrar de ojos el segundo ciclo de Duilio Botella se pondrá oficialmente en marcha a partir del próximo martes en el Gigante del Norte, ya que los trabajos se adelantaron una semana en función a la programación del partido con Boca Juniors para el 14 de agosto.
A partir del lunes deben comenzar a llegar los refuerzos para firmar sus respectivos contratos y ponerse a las órdenes del técnico. Además del reemplazante de Juan Amieva, la dirigencia busca otro atacante y un zaguero central.