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"El llanto que sentía de los niños era un dolor profundo"

Comprometieron más aún a Patricia Sánchez por la muerte de Thiago.
Sabado, 22 de julio de 2017 00:00

Los testimonios de ayer en el juicio por la muerte Thiago volvieron a marcar de manera palmaria que el niño de 4 años fue sometido a terribles vejaciones, lo mismo que su hermanita mayor, durante los 18 meses que ambos permanecieron con los padres sustitutos. "Muchas veces escuché cómo los golpeaban y el llanto que sentía de los niños era de un dolor profundo", expresó Ana María Castro, vecina del matrimonio compuesto por Víctor Marcelo Senise y Patricia Alejandra Sánchez, en el barrio Palermo II.

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Los testimonios de ayer en el juicio por la muerte Thiago volvieron a marcar de manera palmaria que el niño de 4 años fue sometido a terribles vejaciones, lo mismo que su hermanita mayor, durante los 18 meses que ambos permanecieron con los padres sustitutos. "Muchas veces escuché cómo los golpeaban y el llanto que sentía de los niños era de un dolor profundo", expresó Ana María Castro, vecina del matrimonio compuesto por Víctor Marcelo Senise y Patricia Alejandra Sánchez, en el barrio Palermo II.

Tal como ocurrió en las jornadas anteriores, los testigos que declararon en el Salón de Grandes Juicios de la Ciudad Judicial comprometieron más aún la situación de Sánchez, al señalarla como la única persona que golpeaba a los hermanitos. En el mismo sentido ratificaron que Senise era un convidado de piedra del calvario que sufrían los niños y que el proceder del docente no guardaba relación con el amor que les dispensaba puertas afuera.

La testigo Castro estalló en llantos al recordar lo que vio una tarde a través de la tapia que divide su vivienda y la de los Senise. "Thiago estaba desnudo arrancando pastos con las manitos y eso me partió el alma", dijo. Y agregó: "El chiquito hacía enormes esfuerzos para no llorar, mientras se escuchaba la voz sargentona de Patricia". La joven aseguró que las agresiones a los niños ocurría a cualquier hora del día y que le llamó la atención que en los meses previos a la muerte de Thiago, en julio de 2015, a los chicos no los enviaran a la escuela. "Escuchaba golpes contra la pared, como si los hicieran dar con la cabeza. Los llantos de dolor de los chiquitos era permanente. Era todo muy feo y eso me partía el alma", sentenció.

Edith Margarita Robles ratificó con más fuerza los dichos de su nuera Castro, en el sentido de que en reiteradas oportunidades escuchó las agresiones a los niños. Esta mujer coincidió, además, con la acusación fiscal respecto a que el Estado no ejerció el control de los padres sustitutos para corroborar si estaban cumpliendo con el compromiso asumido ante la Justicia de cuidar y proteger a los chicos. Contó que en una oportunidad llegó una asistente social a su casa y le comentó lo que estaba sucediendo con los chiquitos. "Esta persona me aseguró que los Senise eran excelentes personas. Me dijo que tenía que entender la situación, que la familia estaba asumiendo el cuidado de chicos abandonados", explicó. Robles refirió que la asistente social se despidió en estos términos: "Quédese tranquila, a los chicos los están educando bien, están en buen estado, bien alimentados y tenemos todo bien controlado".

Sin embargo, los hechos confirmaron que nada de eso se ajustaba a la verdad. Los médicos determinaron que además de las 276 lesiones detectadas en el cuerpo de Thiago, el niño tenía un cuadro de desnutrición severa, lo mismo que su hermana. "Es indudable que el gabinete técnico falseó los informes", dijo el fiscal Pablo Paz.

Ningún docente detectó las lesiones de los chicos

Lo que más llamó la atención en la jornada de ayer fue el testimonio de las docentes de las escuelas a las que concurrían los cuatro niños entregados a los Senise, de los cuales los más chicos fueron víctimas de brutales golpizas. Ninguna advirtió huellas de los vejámenes. Norma Serrano, maestra del jardincito al que asistía Thiago, lo definió como un niño inteligente que se adaptó en seguida al grado y a sus compañeros. “Nunca advertí que tuviera lesiones o que estuviera enfermo. Se lo veía como un chico sano, pero en los últimos tiempos dejó de ir a la escuela porque estaba enfermo”, respondió ante las consultas realizadas por los fiscales Ramón Osorio y Pablo Paz. 

En los mismos términos se pronunció Raquel del Milagro Apaza, directora de la escuela Cuchi Leguizamón a la que asistían los otros tres hermanos de Thiago. Las preguntas a la testigo se orientaron en torno a la nena de 8 ocho años, quien al ser rescatada de la vivienda de los Senise presentaba 119 lesiones en su cuerpo. “En ningún momento la maestra me informó de que la chiquita presentara signos de lesiones”, manifestó la docente. Dijo que la nena tuvo problemas de conducta y que fue puesta a disposición del gabinete interdisciplinario cuando se detectó que le sustraía golosinas a sus compañeros. 

“Cuando pasó esto, la madre (por Patricia Sánchez) nos pidió que la alumna no fuera tratada por la psicóloga”, refirió.

 

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