Cuando apenas entraba en la adolescencia formó su primera banda. Era el líder y vocalista de White Eskimo. En general, la agrupación tocaba covers de temas icónicos, pero también se animaron a componer. Una canción se llamó “Se fue en una semana” y decía algo así: “Estaré fuera en una semana o dos / Tratándome de encontrar a mí mismo en un lugar nuevo / no necesito ninguna chaqueta ni zapatos / El único equipaje que necesito sos vos”.
La banda no era extraordinaria desde lo musical, pero sí supo cosechar la suficiente popularidad como para ganar una competencia en su escuela.
Harry Edward Styles, ya desde joven, parecía conducirse hacia un camino inexorable al éxito. Sin embargo, después de la escuela y en los fines de semana debía colaborar en la panadería W. Mandeville en Holmes Chapel, un pequeño pueblo inglés.
Fue su madre la que sugirió que probara suerte en el reality musical The X Factor. Con una influencia pronunciada en su hogar, donde se escuchaba Fleetwood Mac, Queen y Pink Floyd, debió superar la separación de sus padres años atrás. Dice que no recuerda demasiado de entonces, que la cabeza de un niño bloquea momentos tristes. “Desde que tengo 10 años, siento que debo proteger a mamá a toda costa”, le dijo a la revista Rolling Stone sobre Anne Twist, su permanente inspiración.
Ya en The X Factor compitió en la categoría solista. Cuando cantó “Isn’t She Lovely”, de Stevie Wonder, recibió una crítica dura de parte de Louis Walsh, pero Simon Cowell -famoso por ser despiadado- salió a defenderlo. De hecho, el joven no avanzó en el certamen, pero Cowell captó que se trataba del favorito de la platea, del público femenino adolescente especialmente, y lo unió con otros cuatro participantes eliminados.
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Cuando apenas entraba en la adolescencia formó su primera banda. Era el líder y vocalista de White Eskimo. En general, la agrupación tocaba covers de temas icónicos, pero también se animaron a componer. Una canción se llamó “Se fue en una semana” y decía algo así: “Estaré fuera en una semana o dos / Tratándome de encontrar a mí mismo en un lugar nuevo / no necesito ninguna chaqueta ni zapatos / El único equipaje que necesito sos vos”.
La banda no era extraordinaria desde lo musical, pero sí supo cosechar la suficiente popularidad como para ganar una competencia en su escuela.
Harry Edward Styles, ya desde joven, parecía conducirse hacia un camino inexorable al éxito. Sin embargo, después de la escuela y en los fines de semana debía colaborar en la panadería W. Mandeville en Holmes Chapel, un pequeño pueblo inglés.
Fue su madre la que sugirió que probara suerte en el reality musical The X Factor. Con una influencia pronunciada en su hogar, donde se escuchaba Fleetwood Mac, Queen y Pink Floyd, debió superar la separación de sus padres años atrás. Dice que no recuerda demasiado de entonces, que la cabeza de un niño bloquea momentos tristes. “Desde que tengo 10 años, siento que debo proteger a mamá a toda costa”, le dijo a la revista Rolling Stone sobre Anne Twist, su permanente inspiración.
Ya en The X Factor compitió en la categoría solista. Cuando cantó “Isn’t She Lovely”, de Stevie Wonder, recibió una crítica dura de parte de Louis Walsh, pero Simon Cowell -famoso por ser despiadado- salió a defenderlo. De hecho, el joven no avanzó en el certamen, pero Cowell captó que se trataba del favorito de la platea, del público femenino adolescente especialmente, y lo unió con otros cuatro participantes eliminados.
A la fama
Niall Horan, Liam Payne, Louis Tomlinson y Zayn Malik se sumaron a Harry Styles para formar One Direction -nombre sugerido por el propio Styles-. Continuaron en la competencia como banda y aunque quedaron en tercer lugar, el conjunto funcionaba. Había conexión. Cada vez que salían al escenario, las fans enloquecían. Entonces Cowell, siempre visionario, les ofreció un contrato con su discográfica Syco para que lanzaran su primer álbum.
“Up All Night”, aquel disco debut de septiembre de 2011, se convirtió en un éxito imparable de ventas tanto en Reino Unido como en Estados Unidos.
One Direction, una formación incipiente, se entronizó como la banda teen por excelencia. Rompió todas las barreras y prejuicios posibles e, incluso, llegó a cantar en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres. Entre sus músicos, Styles, por su largo cabello, su sonrisa traviesa y su carisma natural, es el preferido.