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Adjudicadas con un sobreprecio del 77%

Las obras abandonadas en Salta costaron el doble que otros gasoductos.
Domingo, 23 de julio de 2017 00:00

Las obras del Gasoducto del NEA se adjudicaron a Servicios Vertúa en 2014 con un presunto sobreprecio del 77 por ciento, según estudios comparativos que publicó El Tribuno en agosto de 2016.

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Las obras del Gasoducto del NEA se adjudicaron a Servicios Vertúa en 2014 con un presunto sobreprecio del 77 por ciento, según estudios comparativos que publicó El Tribuno en agosto de 2016.

El tramo salteño, de 230 kilómetros, fue contratado por $1.280 millones, es decir con un promedio de 103 dólares el metro/pulgada.

En febrero de 2016, Córdoba adjudicó a empresas chinas, la brasileña Odebrecht y las argentinas Iecsa y Electroingeniería una red de gasoductos troncales valuados en $9.000 millones. El costo promedio con que se contrataron esas obras fue de 58 dólares el metro/pulgada.

La abismal diferencia, del 77%, también saltó a relucir con respecto al tramo formoseño que Enarsa adjudicó en 2014 al consorcio integrado por Servicios Vertúa y JCR.

El presunto sobreprecio sería aún mayor si se considera que los citados tramos del Gasoducto del NEA fueron contratados tres años antes que los de Córdoba. Estos, por cierto, también superan los valores de referencia publicados por el Banco Mundial para la región, en base al índice conocido como "rule of thumb" (regla del pulgar). Ese indicador marcaba el costo razonable de los gasoductos, en febrero de 2016, cerca de los 35 dólares por cada pulgada de diámetro y por cada metro de longitud.

No obstante, Servicios Vertúa afirmó que Enarsa le adjudicó el tramo salteño del Gasoducto del NEA "por haber presentado una correcta oferta técnica y la oferta económica más baja" en un concurso público del que participaron "otros cinco oferentes de primer nivel".

También sostuvo que dejó la obra "ante la imposibilidad de reiniciar los trabajos por la acción de manifestantes" en un conflicto que nunca resolvieron los organismos competentes.

Un retiro armado

La empresa Servicios Vertúa abandonó los trabajos el 4 de diciembre de 2015, en medio de conflictos sociales que, según denuncias, promovió la propia contratista con activistas pagos de la agrupación Quebracho.

Antes de retirarse, dejando los trabajos a medias y más de 100 kilómetros de tubería enterrada bajo cuestionadas prácticas, Vertúa había cobrado $733 millones. El 9 de diciembre de 2015, un día antes del cambio de gobierno, reclamó otros $538 millones por actualización de costos y supuestos incumplimientos de Enarsa.

El actual presidente de la empresa estatal de energía, Hugo Balboa, ordenó una auditoría que sacó a relucir serias falencias. En base a ese informe, en mayo último se rescindió el contrato.

Millonaria estafa

"Vertúa se fue de Salta dejando una millonaria estafa que la Justicia debería investigar seriamente y sin perder más tiempo", sostuvo Jesús Ramón Villa, el diputado de Rivadavia que a mediados de 2016, antes del retiro de la cuestionada contratista, denunció graves irregularidades en los trabajos ejecutados e impulsó un proyecto con el que la Cámara Baja provincial instó a legisladores nacionales de Salta a acelerar pedidos de informes desde el Congreso.

Según diferentes auditorías, la construcción del Gasoducto del NEA "se planificó sin ningún estudio de factibilidad", y los costos aprobados en las contrataciones estuvieron "fuera de los valores de mercado".

Uno de los informes, de comienzos de 2016, reveló que un acuerdo del gremio de la construcción (Uocra) con contratistas, del que no participó Enarsa pero que fue homologado por el Ministerio de Trabajo de la Nación, aumentó el costo de las obras en $419 millones.

Otro informe hizo notar que "comunidades nativas de Salta reclamaron $32 millones para la resolución de conflictos sociales".

Sin gas de Bolivia para el NEA 

El gasoducto de 1.800 millones de dólares estará ocioso por mucho tiempo.

La atención de las provincias del NEA, que carecen de gas domiciliario y dependen de las garrafas, está puesta en la reactivación de las obras que abandonó Vertúa en Salta. Es que por más avanzados o terminados que estén los ductos troncales y subsidiarios que se construyen en Formosa, Chaco y Santa Fe, serán inutilizables hasta que el tramo inicial de Salta, de 230 kilómetros, quede en condiciones de ser conectado al gasoducto binacional que baja desde Yacuiba hasta Campo Durán. 
Incluso con todas las obras terminadas, el abastecimiento al NEA desde Bolivia está marcado hoy por interrogantes mayores. Los registros de producción de la áreas tarijeñas siguen lejos de las previsiones que dieron origen al proyecto del Gasoducto del NEA en 2003 y que sustentaron también los compromisos de compra firmados por Enarsa con Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB) desde 2005. 

Las onerosas importaciones desde Chile, a las que debió recurrir el Ministerio de Energía de la Nación para cubrir los faltantes de gas tarijeño en los últimos picos invernales, prueban que difícilmente el Gasoducto del NEA podrá transportar desde Campo Durán los 11 millones de metros cúbicos diarios destinados a las nuevas redes de Formosa, Chaco y Santa Fe.

Hasta 2006, los tres gigantes gasíferos de Salta -Acambuco, Ramos y Aguaragüe- también podían cubrir los requerimientos del NEA, pero desde ese año su producción cayó desde 19 a 6 millones de metros cúbicos, por culpa de los mismos funcionarios que erraron en los cálculos de la obra más costosa de los últimos 50 años. 

Como están las cosas, el Gasoducto del NEA, un megaproyecto de 1.800 millones de dólares, solo servirá por algunos años para almacenar gas en sus más de 3.000 kilómetros de tuberías troncales y subsidiarias. 

En Enarsa estiman que podrán almacenarse unos 90 millones de metros cúbicos de gas (una cifra cercana al 35% del consumo diario del país durante el invierno) que pueden utilizarse en los días más fríos del año para paliar el déficit de ese recurso.

Paradójicamente, la suerte del abastecimiento del NEA parece más atada ahora a las reservas de gas no convencional de Vaca Muerta (Neuquén) que a los yacimientos norteños derrumbados en el departamento San Martín por el curso de las políticas energéticas de los últimos 15 años. Todo el NEA deberá seguir cargando garrafas por mucho tiempo, y no solo Corrientes y Misiones, que quedaron marginadas en el faraónico proyecto.
 

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