Llegó el día para que los antonianos vuelvan a reavivar las esperanzas, porque a partir de hoy se inicia un nuevo proceso de trabajo con la continuidad en la dirección técnica de Víctor Nazareno Godoy, al frente del equipo que a partir del 10 de septiembre competirá en el próximo torneo Federal A, en la búsqueda de lograr el ansiado ascenso a la B Nacional, que se viene negando desde hace más de diez años, cuando perdió la categoría frente a Aldosivi en Mar del Plata.
Desde aquel fatídico 13 de mayo de 2006, dirigentes anteriores trazaron varios proyectos para recuperar la plaza en la segunda categoría del fútbol nacional y hasta el momento todos fueron en vano.
El presidente José “Pepe” Muratore, en su cuarta temporada, intentará nuevamente hacer realidad un sueño frustrado y que tantos dolores de cabeza provocó a más de un hincha santo.
Desde la asunción de Muratore como presidente, en tres temporadas pasaron seis entrenadores con más penas que gloria. Si bien con el Beto Pascutti la ilusión creció a pasos agigantados tras una primera ronda espectacular, luego cuando llegó J. J. López la aspiraciones se esfumaron en instancias semifinales; en el medio de ambos técnicos estuvieron el “Tano” Víctor Riggio y Aniceto Roldán como parte de una transición, dado que Salvador Ragusa se posesionó al frente del grupo con la idea de sacarle jugo a un plantel con demasiada experiencia (le jugó en contra una interna feroz que lo terminó desplazando del cargo) y finalizó su contrato de la noche a la mañana.
Así, arribó Víctor Godoy, dispuesto a crecer en esta nueva tarea de entrenador. El Lobo sabe que se encuentra en una institución con mucho arraigo popular y que no puede fallar. Él mismo considera que todo esto es un gran reto y por tal motivo, tras quedar eliminado del torneo anterior, armó una lista de jugadores a los que no iba a tener y se la pasó a la dirigencia para efectuar una “limpieza”. Y algunos se fueron por sus propios medios para probar suerte en otros clubes.
Quedaron muy pocos, sobran los dedos de las manos para contarlos, y entre los que quedaron uno es muy resistido, el experimentado atacante Gustavo Balvorín, que el próximo 7 de septiembre cumplirá 40 años, pero por quien el técnico Godoy se las jugó para mantenerlo en el plantel.
Ahora bien, ayer se anunció que Hernán Lillo y Fernando Tantoni ya estamparon sus firmas. Marcelo Burzac, José Barreal, Lucas Acosta, el paraguayo Barrios Suares, Lucas Espíndola, Gonzalo Menéndez, están casi seguros; mientras el colombiano Jonnhy Angulo y el defensor Juan Lobato esperan acordar sus vínculos de un momento a otro.
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Llegó el día para que los antonianos vuelvan a reavivar las esperanzas, porque a partir de hoy se inicia un nuevo proceso de trabajo con la continuidad en la dirección técnica de Víctor Nazareno Godoy, al frente del equipo que a partir del 10 de septiembre competirá en el próximo torneo Federal A, en la búsqueda de lograr el ansiado ascenso a la B Nacional, que se viene negando desde hace más de diez años, cuando perdió la categoría frente a Aldosivi en Mar del Plata.
Desde aquel fatídico 13 de mayo de 2006, dirigentes anteriores trazaron varios proyectos para recuperar la plaza en la segunda categoría del fútbol nacional y hasta el momento todos fueron en vano.
El presidente José “Pepe” Muratore, en su cuarta temporada, intentará nuevamente hacer realidad un sueño frustrado y que tantos dolores de cabeza provocó a más de un hincha santo.
Desde la asunción de Muratore como presidente, en tres temporadas pasaron seis entrenadores con más penas que gloria. Si bien con el Beto Pascutti la ilusión creció a pasos agigantados tras una primera ronda espectacular, luego cuando llegó J. J. López la aspiraciones se esfumaron en instancias semifinales; en el medio de ambos técnicos estuvieron el “Tano” Víctor Riggio y Aniceto Roldán como parte de una transición, dado que Salvador Ragusa se posesionó al frente del grupo con la idea de sacarle jugo a un plantel con demasiada experiencia (le jugó en contra una interna feroz que lo terminó desplazando del cargo) y finalizó su contrato de la noche a la mañana.
Así, arribó Víctor Godoy, dispuesto a crecer en esta nueva tarea de entrenador. El Lobo sabe que se encuentra en una institución con mucho arraigo popular y que no puede fallar. Él mismo considera que todo esto es un gran reto y por tal motivo, tras quedar eliminado del torneo anterior, armó una lista de jugadores a los que no iba a tener y se la pasó a la dirigencia para efectuar una “limpieza”. Y algunos se fueron por sus propios medios para probar suerte en otros clubes.
Quedaron muy pocos, sobran los dedos de las manos para contarlos, y entre los que quedaron uno es muy resistido, el experimentado atacante Gustavo Balvorín, que el próximo 7 de septiembre cumplirá 40 años, pero por quien el técnico Godoy se las jugó para mantenerlo en el plantel.
Ahora bien, ayer se anunció que Hernán Lillo y Fernando Tantoni ya estamparon sus firmas. Marcelo Burzac, José Barreal, Lucas Acosta, el paraguayo Barrios Suares, Lucas Espíndola, Gonzalo Menéndez, están casi seguros; mientras el colombiano Jonnhy Angulo y el defensor Juan Lobato esperan acordar sus vínculos de un momento a otro.