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El nómade de los libros

Lunes, 24 de julio de 2017 00:00

¿Cómo encasillar a un personaje tan singular? El escritor mexicano Javier Vargas de Luna estuvo unos días en Salta en la primera semana de julio de 2017. Fue la segunda vez que visitó nuestra provincia, ya que pasó dos años antes y para la misma época. Su cabeza casi calva que acompaña con la inseparable gorra, una barba que le imprime edad mayor a la cronológica, con un hablar pausado y meditado, cortés y educado, vestido de manera informal, portando una gastada cartera de cuero con cuadernos de apuntes, sin teléfono celular, ligero de equipaje y albergándose en posadas donde lo sorprende la noche, este hombre de letras se desplaza a lo largo y ancho de América en su nomadismo sabático anual.

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¿Cómo encasillar a un personaje tan singular? El escritor mexicano Javier Vargas de Luna estuvo unos días en Salta en la primera semana de julio de 2017. Fue la segunda vez que visitó nuestra provincia, ya que pasó dos años antes y para la misma época. Su cabeza casi calva que acompaña con la inseparable gorra, una barba que le imprime edad mayor a la cronológica, con un hablar pausado y meditado, cortés y educado, vestido de manera informal, portando una gastada cartera de cuero con cuadernos de apuntes, sin teléfono celular, ligero de equipaje y albergándose en posadas donde lo sorprende la noche, este hombre de letras se desplaza a lo largo y ancho de América en su nomadismo sabático anual.

Y es que Vargas de Luna, a pesar de las apariencias, es un reconocido profesor de la Universidad de Laval en Quebec (Canadá). Su reciente periplo sudamericano lo llevó a recorrer Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Uruguay, Paraguay y Argentina. Entre los múltiples objetivos de esos viajes hay dos sobresalientes y que son conocer in situ los espacios geográficos en que escribieron sus obras los grandes escritores latinoamericanos e investigar sobre "bibliotecas ajenas y ciudades para leer por accidente". Tema este último curioso por cierto. Elige algunas ciudades por país y comienza su programado y ordenado recorrido bibliofílico.

Una librería de libros viejos puede ser el primer paso. Los libreros conocen a sus clientes, especialmente aquellos que compran libros por metro. Forman parte de cierta categoría en el amplio universo de los bibliómanos. Algunos poseen bibliotecas descomunales, incluso más grandes que muchas bibliotecas públicas. No son precisamente estos los que concitan el interés del profesor Vargas de Luna, sino por el contrario, los poseedores de bibliotecas pequeñas o medianas, pero singulares.

En Salta visitó todas las bibliotecas que pudo pero al final del día solo tres llamaron su atención y fueron una sobre aves (ornitología), otra sobre montaña y montañismo y una tercera y última sobre plateros y platería.

En sus andanzas se había topado en Bolivia con una biblioteca cuyo dueño solo coleccionaba libros de autores japoneses y la curiosidad era que todos los libros eran fotocopias anilladas. En La Paz visitó a un señor que vivía él y su familia en una pequeña vivienda donde las divisorias eran paredes de libros. Es más, el cuarto del dueño de casa era una cama rodeada por cuatro paredes de libros.

En Buenos Aires visitó la biblioteca de un ciego que tenía 3.500 libros, todos obviamente en sistema Braille. En Asunción del Paraguay visitó la biblioteca de la cárcel de mujeres y se sorprendió con los libros y las lecturas que allí se hacían. Encontró que uno de los libros favoritos de las presas era "Rebelión en la Granja", el clásico de Georges Orwell.

Se recordaba también de una biblioteca magnífica en La Habana (Cuba), con preciosos libros de los siglos XVIII y XIX que trataban de sobrevivir al verde moho de la humedad ambiente.

Una carrera brillante

Javier Vargas de Luna nació en Tampico (México) en 1967. Tampico es una ciudad portuaria sobre el golfo de México, en el estado de Tamaulipas, con unos 300.000 habitantes. Allí nació también, entre otros personajes mexicanos, el subcomandante Marcos del FZLN. Durante una década, Vargas de Luna se dedicó al periodismo en el diario local. Fue profesor asociado de literatura española en la Universidad de Massachusetts (Estados Unidos). Defendió su tesis doctoral sobre literatura mexicana del siglo XVIII en la Universidad Mc Gill de Montreal. Reside desde 2004 en Quebec, donde es profesor titular en la cátedra de letras hispanoamericanas en la Universidad Laval. También enseña los cursos de "Cultura hispánica" y "Cine y literatura en lengua española" en la Universidad de Quebec (Montreal). En 2012 fue profesor e investigador invitado por el Instituto de Estudios Avanzados de París. Es un asiduo conferencista de universidades norteamericanas y europeas. Vargas de Luna enseña, escribe y publica en español, inglés y francés, lenguas con las que se maneja a diario por su temática de estudios y por el país en el que le toca enseñar.

La pluma de Tampico

Es un prolífico autor de artículos, ensayos, poemas, entrevistas, editoriales y novelas. Precisamente en el 2013 recibió el "Premio Altamirano" por su novela "La hora de las complacencias". La razón expuesta por el jurado fue "por considerar a esta una obra de estructura polifónica en la que el autor hace uso de una voz de voces, una caja china de la memoria, una muñeca rusa cargada de pretéritos.

Voz de voces, historia entre historias, tiempo de tiempos, individualidad donde todo recuerdo apunta hacia nuevos pasados, hacia nuevas evocaciones hechas de nuevas reminiscencias". Su obra poética es también rica y abundante. Entre sus poemarios se destacan "Temporada de mangos" (2001), "Besos aparte" (2009), "Sin Anna y sin azúcar" (con una edición en francés), y "Destiempos y otras anáforas".

Entre sus libros de ensayos merecen citarse "Las dos ciudades de Juan Ruiz de Alarcón", "Perú en el espejo de Vargas Llosa", "Avez-vous lu Cervantes?" y "Nuevas mutaciones del teatro barroco".

También tradujo numerosas obras al español, entre ellas "Reino magnético de la naturaleza", del famoso sabio jesuita Athanasius Kircher (1602-1680).

Se trata de una edición crítica en dos tomos, español-latín, publicada por la Biblioteca Palafoxiana (México, 2014, 389 p.). Kircher tuvo una marcada influencia en el siglo XVII y posteriores con sus teorías sobre el funcionamiento del planeta Tierra y está considerado entre los protogeólogos de acuerdo con los estudios del científico español Dr. Leandro Sequeiros. Vargas de Luna es un nómade y trotamundos de los libros, la escritura y las ideas. Es miembro activo del “Círculo Interuniversitario de estudios sobre la República de las Letras”.

Desde su sitial académico enseña e investiga sobre las temáticas relacionadas con la literatura hispanoamericana, literatura colonial, historia de las ideas en América Latina, teorías sociales y políticas iberoamericanas de los siglos XIX y XX, historiografía de la literatura del mundo hispánico y literatura mexicana. Como tema de investigación, además del de las bibliotecas ajenas, desarrolla un programa para el estudio de 12 autores latinoamericanos enmarcados en 17 novelas de 7 países: Argentina, Perú, Colombia, Chile, México, Uruguay y Cuba.

El vuelo de un trotamundos 

Desde Salta se volvió a Chile cruzando la Puna y la Cordillera volcánica por el Paso de Jama, camino hacia San Pedro de Atacama, justo en un año donde se han hecho sentir especialmente las fuertes nevadas que interrumpieron el tráfico normal de pasajeros que cruzan el desierto altoandino. Era la última etapa del viaje antes de volver a su destino canadiense, adonde regresó cargado de nuevas vivencias sobre libros, autores, personajes, anécdotas, bibliotecas ajenas, sabores, olores y colores de gente y ciudades. Todo un bagaje para seguir haciendo volar su fértil imaginación en poesías, novelas y un mundo de ficción con raíces terrenales. Buen conocedor de la literatura argentina, declaró su admiración por Sarmiento, Borges y Marechal, entre muchos otros. Hizo un análisis descarnado del mundo editorial y dejó una frase fuerte: “Las grandes cadenas editoriales se han adueñado del capital de la imaginación”. Su paso fugaz por Salta, casi de visita, le brindó nuevos amigos, enriquecedoras conversaciones sobre libros y cánones literarios, degustación de la sabrosa gastronomía local y una cata generosa de los mejores tintos de altura del mundo.

 

 

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