La promoción de valores desde las inferiores resultó muy escasa en estos últimos tiempos en el Centro Juventud Antoniana. En el plantel que hoy dirige DT Víctor Nazareno Godoy, que inició los entrenamientos para la participación en el próximo Federal A, solo se cuenta con Matías Assennato. Es decir que el futuro del santo no se apuesta en el semillero, afirmación que genera preocupación en el sentido de dar cabida a los chicos que arriban a un club con la ilusión de jugar en primera.
Si bien Godoy, en su primera charla con el técnico de la primera local, Luis Víctor Flores, trazó un plan de trabajo y convocó a unos cinco jugadores en las dos primeras prácticas, pero con las urgencias para obtener un ascenso no hay un tiempo prudencial para terminar de formarlos, por lo que estos futbolistas son utilizados como sparring para acompañar tales procesos. Y que no de es de ahora, porque, desde mucho antes, Juventud no posesiona una cantidad de jugadores que salieron de la cantera en el plantel superior, con el fin de entremezclarlos, que ganen experiencia, con aquellas incorporaciones que llegan desde otras latitudes.
Ahora, será la oportunidad que vienen buscando Lucas Whitte, Juan Cruz Bautista, Gabriel Tello, Lucas Pintos y Leonardo Villa. Por lo pronto la modalidad que adoptó Godoy es observar y conocer a los juveniles para ir definiendo, junto a los que quedaron del proceso anterior, los 12 o 13 refuerzos y completar una nómina de 26 o 27 futbolistas que desde el 3 hasta el 11 de agosto se dirigirán hasta el hotel Los Arcos, en la provincia de Jujuy, para continuar con la pretemporada.
El trabajo con las inferiores no da sus frutos de la noche a la mañana. Lleva un tiempo pronunciado y necesita mucha dedicación. Mayor atención en estos casos cuando hay que adaptarlos para un torneo como el que empezará en septiembre próximo. Si se mira las inferiores en Juventud, es poco lo que se encuentra, casi nada y algo pasa. Entonces, más vale echar mano y sumar en el armado del equipo a jugadores de otros lados.
La visión debe cambiar y el entrenador de turno tiene el reto de fortalecer el crecimiento de estos juveniles para beneficio institucional, que tanta falta hace y que los mismos logren trascender.
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La promoción de valores desde las inferiores resultó muy escasa en estos últimos tiempos en el Centro Juventud Antoniana. En el plantel que hoy dirige DT Víctor Nazareno Godoy, que inició los entrenamientos para la participación en el próximo Federal A, solo se cuenta con Matías Assennato. Es decir que el futuro del santo no se apuesta en el semillero, afirmación que genera preocupación en el sentido de dar cabida a los chicos que arriban a un club con la ilusión de jugar en primera.
Si bien Godoy, en su primera charla con el técnico de la primera local, Luis Víctor Flores, trazó un plan de trabajo y convocó a unos cinco jugadores en las dos primeras prácticas, pero con las urgencias para obtener un ascenso no hay un tiempo prudencial para terminar de formarlos, por lo que estos futbolistas son utilizados como sparring para acompañar tales procesos. Y que no de es de ahora, porque, desde mucho antes, Juventud no posesiona una cantidad de jugadores que salieron de la cantera en el plantel superior, con el fin de entremezclarlos, que ganen experiencia, con aquellas incorporaciones que llegan desde otras latitudes.
Ahora, será la oportunidad que vienen buscando Lucas Whitte, Juan Cruz Bautista, Gabriel Tello, Lucas Pintos y Leonardo Villa. Por lo pronto la modalidad que adoptó Godoy es observar y conocer a los juveniles para ir definiendo, junto a los que quedaron del proceso anterior, los 12 o 13 refuerzos y completar una nómina de 26 o 27 futbolistas que desde el 3 hasta el 11 de agosto se dirigirán hasta el hotel Los Arcos, en la provincia de Jujuy, para continuar con la pretemporada.
El trabajo con las inferiores no da sus frutos de la noche a la mañana. Lleva un tiempo pronunciado y necesita mucha dedicación. Mayor atención en estos casos cuando hay que adaptarlos para un torneo como el que empezará en septiembre próximo. Si se mira las inferiores en Juventud, es poco lo que se encuentra, casi nada y algo pasa. Entonces, más vale echar mano y sumar en el armado del equipo a jugadores de otros lados.
La visión debe cambiar y el entrenador de turno tiene el reto de fortalecer el crecimiento de estos juveniles para beneficio institucional, que tanta falta hace y que los mismos logren trascender.