El 13 de agosto de 1989, en James Craik, un pueblito perdido en el centro de Córdoba, nació Diego Gerbaudo, un base que pasó de vivir entre 5 mil habitantes, a emigrar en la adolescencia nada menos que a Madrid, donde fue parte de la filial del famoso Real.
Antes, tuvo su debut en la Liga Nacional con Gimnasia y Esgrima de La Plata y un año más tarde jugó para Regatas de San Nicolás, en el TNA. Después dejó su huella en Quimsa, La Unión de Formosa, 9 de Julio, Bahía Basket y Atenas, club donde tuvo su último paso antes de desembarcar en Salta Basket, en la primera incursión de los infernales en la LNB.
Horas después de haber sido anunciado oficialmente, el base que dentro de dos domingos cumplirá 28 años, dialogó con El Tribuno sobre lo que espera para la temporada 2017/18.
Te convertiste en el primer refuerzo, solo horas después de la llegada a la Liga, ¿cómo llegás a este nuevo proyecto?
Con muchas ganas, el miércoles a la tarde llego, así que estoy expectante. Cada vez arreglo con un club, me gusta viajar un mes antes del inicio de la pretemporada, pero en este caso como el anuncio fue más tarde, voy a estar en las próximas horas ya instalado en Salta.
En la previa, mucho se habló del canje, o no, de la plaza con Libertad de Sunchales. En todo ese tiempo, ¿ya habías hablado con los dirigentes de Salta Basket o recién negociaron cuando se hizo el anuncio?
Antes ya habían hablado con mi representante, pero cuando confirmaron la plaza, cerramos el contrato y hablamos bien de todo lo que restaba por definir. Estoy muy contento de poder arribar, mi hermana vive en Salta y es una ciudad que me encanta.
Firmaste el contrato sin saber cuáles jugadores llegarán, ¿te había pasado en anteriores equipos?
Sí. En Bahía Basket me pasó de llegar a un equipo nuevo. Hay muy buenos jugadores para contratar, aunque el equipo entró al mercado de pases tarde, por la compra de la plaza.
¿Es un arma de doble filo no tener una base de jugadores o figuras ya contratadas?
Es relativo porque en Atenas teníamos muy buenos jugadores, pero no supimos hacerlo bien como equipo.
Creo que aún armando un buen plantel, hay incertidumbre siempre. Los partidos hay que jugarlos, es una plaza muy linda. Salta puede hacer las cosas muy bien y los jugadores que vayamos tenemos que defender la camiseta al 100%.
¿Ya dialogaste con el entrenador (Ricardo De Cecco), y qué es lo que pretende de tu juego?
Con el entrenador todavía no tuve la oportunidad de hablar. Si lo hice con el presidente Luis Lenti y con el jefe de equipo.
Todavía no me dijeron cuando arrancan los entrenamientos, pero ya estoy preparado.
En las redes sociales, los hinchas de Atenas te despidieron con tristeza, ¿por qué te fuiste?
Siempre trato de dejar una buena impresión, ser amable y buena persona, como me enseñaron mis padres. La gente tenía muchas ganas que me quede, pero entrenador estaba buscando otra característica de base. Decidieron que no continuara.
¿Cuál es tu forma de juego?
Me gusta tomar mucha responsabilidad. También ordenar el equipo, ascender duro, dejar todo. Por ahora firmé por una temporada.
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El 13 de agosto de 1989, en James Craik, un pueblito perdido en el centro de Córdoba, nació Diego Gerbaudo, un base que pasó de vivir entre 5 mil habitantes, a emigrar en la adolescencia nada menos que a Madrid, donde fue parte de la filial del famoso Real.
Antes, tuvo su debut en la Liga Nacional con Gimnasia y Esgrima de La Plata y un año más tarde jugó para Regatas de San Nicolás, en el TNA. Después dejó su huella en Quimsa, La Unión de Formosa, 9 de Julio, Bahía Basket y Atenas, club donde tuvo su último paso antes de desembarcar en Salta Basket, en la primera incursión de los infernales en la LNB.
Horas después de haber sido anunciado oficialmente, el base que dentro de dos domingos cumplirá 28 años, dialogó con El Tribuno sobre lo que espera para la temporada 2017/18.
Te convertiste en el primer refuerzo, solo horas después de la llegada a la Liga, ¿cómo llegás a este nuevo proyecto?
Con muchas ganas, el miércoles a la tarde llego, así que estoy expectante. Cada vez arreglo con un club, me gusta viajar un mes antes del inicio de la pretemporada, pero en este caso como el anuncio fue más tarde, voy a estar en las próximas horas ya instalado en Salta.
En la previa, mucho se habló del canje, o no, de la plaza con Libertad de Sunchales. En todo ese tiempo, ¿ya habías hablado con los dirigentes de Salta Basket o recién negociaron cuando se hizo el anuncio?
Antes ya habían hablado con mi representante, pero cuando confirmaron la plaza, cerramos el contrato y hablamos bien de todo lo que restaba por definir. Estoy muy contento de poder arribar, mi hermana vive en Salta y es una ciudad que me encanta.
Firmaste el contrato sin saber cuáles jugadores llegarán, ¿te había pasado en anteriores equipos?
Sí. En Bahía Basket me pasó de llegar a un equipo nuevo. Hay muy buenos jugadores para contratar, aunque el equipo entró al mercado de pases tarde, por la compra de la plaza.
¿Es un arma de doble filo no tener una base de jugadores o figuras ya contratadas?
Es relativo porque en Atenas teníamos muy buenos jugadores, pero no supimos hacerlo bien como equipo.
Creo que aún armando un buen plantel, hay incertidumbre siempre. Los partidos hay que jugarlos, es una plaza muy linda. Salta puede hacer las cosas muy bien y los jugadores que vayamos tenemos que defender la camiseta al 100%.
¿Ya dialogaste con el entrenador (Ricardo De Cecco), y qué es lo que pretende de tu juego?
Con el entrenador todavía no tuve la oportunidad de hablar. Si lo hice con el presidente Luis Lenti y con el jefe de equipo.
Todavía no me dijeron cuando arrancan los entrenamientos, pero ya estoy preparado.
En las redes sociales, los hinchas de Atenas te despidieron con tristeza, ¿por qué te fuiste?
Siempre trato de dejar una buena impresión, ser amable y buena persona, como me enseñaron mis padres. La gente tenía muchas ganas que me quede, pero entrenador estaba buscando otra característica de base. Decidieron que no continuara.
¿Cuál es tu forma de juego?
Me gusta tomar mucha responsabilidad. También ordenar el equipo, ascender duro, dejar todo. Por ahora firmé por una temporada.