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Los niños de la escuelita de paraje El Colgao necesitan ropa y juguetes

Los voluntarios de la Caravana Solidaria, que este año cumple 45 años, se preparan para partir el próximo mes a ese establecimiento del Chaco salteño. Reciben donaciones en Independencia 748.
Domingo, 09 de julio de 2017 00:00

En El Colgao, cada vez más adolescentes varones se van del pueblo a cursar sus estudios secundarios en Morillo. Algunos terminan, otros no, pero a partir de allí, no regresan. Las más perjudicadas son las niñas que se quedan en el paraje, porque a los 14 o 15 años ya son madres y no tienen posibilidades de ir a estudiar. Muchas tienen un gran potencial que finalmente no se desarrolla. Terminan cobijadas en sus familias cuidando a sus hijos.

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En El Colgao, cada vez más adolescentes varones se van del pueblo a cursar sus estudios secundarios en Morillo. Algunos terminan, otros no, pero a partir de allí, no regresan. Las más perjudicadas son las niñas que se quedan en el paraje, porque a los 14 o 15 años ya son madres y no tienen posibilidades de ir a estudiar. Muchas tienen un gran potencial que finalmente no se desarrolla. Terminan cobijadas en sus familias cuidando a sus hijos.

"Si tienen suerte por ahí consiguen alguna changuita en la Municipalidad y si no se quedan a cuidar sus animales. Son muy pocas las que se van a estudiar", contó a El Tribuno Lalo Atenor, alma mater de la Caravana Solidaria que hace 45 años visita todos los agosto la escuelita albergue 4.590 de El Colgao. Allí conmemoran el aniversario de la muerte de San Martín, festejan el Día del Niño y llevan atención odontológica y médica para los chicos de la escuela y para todos los pobladores. Este viaje siempre culmina con asado, música y obras de teatro para los chicos.

Historia de solidaridad

El Colgao es un pequeño paraje ubicado en Rivadavia Banda Norte, y para llegar hay que recorrer 450 km hasta Morillo y desde allí 60 km más por caminos de tierra, que cuando llueve se transforman en tierra jabonosa y cuando no, parece talco. "El único modo de llegar es con camioneta", dijo Atenor. El viaje se completa en unas cinco horas. El grueso de las donaciones ya lo tienen, pero les está faltando ropa para chicos de entre 4 y 12 años y juguetes que estén en buen estado. Este año, la fecha de viaje será el 18 de agosto, por eso con tiempo los voluntarios de esta caravana solicitan la donación de ropa y juguetes.

Las prendas para adultos también son bien recibidas. "Como ya tenemos los datos de las familias, sabemos cuántos son y las edades que tienen, les preparamos un bolsón de ropa y calzado para cada una de ellas", agregó Atenor.

El origen de la Caravana

El grupo de voluntarios que integra esta caravana es de alrededor de 15 profesionales, entre odontólogos, médicos, técnico de laboratorio, técnico odontológico, carpinteros y herreros, y siempre se suman otros espíritus solidarios más cerca de la fecha.

La mayoría va acompañado de sus familias. Este compromiso con la escuela y con los habitantes del paraje comenzó hace 45 años, cuando un grupo de pescadores quedó atrapado en medio de una gran tormenta y fueron acogidos en la escuela, que por esos tiempos era tan solo un ranchito que albergaba a unos cuantos chicos y a la maestra. "No había forma de salir de ahí, todo era barro, había que esperar a que se oreara para poder retornar" contó Atenor. Allí les dieron un lugar para guarecerse de la lluvia y la maestra, entre mate y mate, les contó las necesidades que tenían sus alumnos. Cuando retornaron a Salta, sintieron que tenían que hacer algo por esos chicos y su maestra. Se comprometieron a volver todos los agostos a darles una mano y, hasta hoy, siguen cumpliendo.

Al principio iban en calidad de pescadores y les llevaban frutas mercadería, alimentos, carne, ropa y juguetes. Luego vieron que sus dientes estaban en mal estado, entonces realizaron gestiones y comenzaron con la atención odontológica, y también iban obstetras y bioquímicos con sus familias.

"En un principio atendíamos debajo de los árboles", cuenta Alcira Bertoni, odontóloga, quien fue la primera mujer en ser voluntaria en El Colgao. Ella iba junto a su marido, Alberto Abudi, también odontólogo, sus tres hijos varones y embarazada de su hija menor. Hace solo 6 años que dejaron de ir. Ambos ya pasan los 80 años. El más antiguo es el doctor Pedro Peñalva, quien continúa cumpliendo con este acto de amor y solidaridad.

Dónde colaborar

18 de agosto es el día de partida hacia El Colgao. Las donaciones de ropa y juguetes en buen estado se reciben en Independencia 748, o comunicándose al teléfono 4230140

 

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