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“Venimos de no valorizar el recurso energético y por eso es que necesitamos un cambio cultural”

Andrea Heins, Subsecretaria Nacional de Ahorro Energético.
Domingo, 09 de julio de 2017 01:53

Andrea Heins, subsecretaria Nacional de Ahorro Energético, llegó a la provincia para participar de la jornada de eficiencia energética que organizó el Copaipa junto a la Secretaría de Energía de la Provincia. En diálogo con El Tribuno, la funcionaria detalló cuáles son los programas que lleva adelante su cartera para concientizar sobre el uso responsable de la energía. 

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Andrea Heins, subsecretaria Nacional de Ahorro Energético, llegó a la provincia para participar de la jornada de eficiencia energética que organizó el Copaipa junto a la Secretaría de Energía de la Provincia. En diálogo con El Tribuno, la funcionaria detalló cuáles son los programas que lleva adelante su cartera para concientizar sobre el uso responsable de la energía. 

Heins resaltó que para lograr que en el país se utilicen los recursos energéticos con responsabilidad se debe generar un cambio cultural en la ciudadanía. Además, la subsecretaria criticó con dureza la política energética que desarrolló el gobierno anterior. 

¿Qué trabajo realizan desde la subsecretaría?
Nosotros tenemos varios programas en marcha para el sector industrial. Contamos con una línea de financiamiento para los sectores productivos. Es una línea de financiamiento para pymes, para cooperativas y asociaciones civiles, donde se les facilita un crédito de hasta cuatro millones de pesos para implementar modificaciones en las instalaciones para un uso más eficiente de la energía. La ventaja de este crédito es que tiene una tasa de 9% anual en pesos y un plazo de pago en 84 meses, con doce meses de gracias. Son condiciones muy blandas para que las empresas puedan implementar mejoras en las instalaciones y reducir su consumo.

¿Y en el sector residencial?
Estamos trabajando junto con el IRAM (Instituto Argentino de Normalización y Certificación) y otras organismos, como el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), la Secretaría Energía de Santa Fe y la Conea (Comisión Nacional de Energía Atómica) en el desarrollo una normativa de etiquetado de viviendas. Esa normativa está próxima a salir a discusión pública y el objetivo es contar con una herramienta que después permita a los usuarios empezar a decidir la compra o del alquiler de una vivienda en función del consumo energético de esa vivienda en la vida útil. 
Además, tenemos varios programas de educación. En la primera mitad del año capacitamos a 1.500 docentes de 12 provincias en los temas de energía, ambiente y eficiencia energética, como una de las contribuciones a mitigar el cambio climático. Nada de lo que hagamos en los próximos años no va a ser sostenible sino apuntamos a generar un cambio de cultura y para eso estamos trabajando. 

¿Cómo?
Por un lado con lo que es educación formal, a través de la formación de docentes para que lleven al aula estos contenidos y, por otro, lo que es concientización ciudadana apuntando a un publico más masivo. También estamos trabajando con el sector de transporte con capacitaciones. Manejando de un modo más eficiente se puede ahorrar entre un 10 y 15% del combustible del vehículo. Es una medida que no requiere inversiones, sino un cambio de conducta que a veces cuestan más trabajo que una gran inversión. 
Estamos trabajando en el etiquetado de vehículos livianos junto con el IRAM.

¿Cuál es el objetivo de etiquetar los vehículos?
El objetivo es el mismo que en todos los etiquetados. Es tener un instrumento para que el consumidor pueda decidir a la hora de comprar un vehículo y pueda tener en cuenta el consumo de combustible como una variable más a la hora tomar la decisión. No es que esperamos que todos elijan el más eficiente, sino que esperamos que tengan en cuenta la eficiencia energética como un factor más, así como tienen en cuenta el precio o el tamaño.

¿Cuál es la radiografía que pudo hacer en este tiempo que estuvo respecto al uso eficiente de energía en el país?
La situación es que no hubo una política clara en los últimos años. Si bien hubo un decreto en el año 2007, donde se declara de interés nacional el uso racional y eficiente de energía, no hubo políticas efectivas y claras que digan ‘vamos por este camino’, o ‘el objetivo en el mediano y largo plazo es este’. Venimos de muchos años donde el costo de la energía que se pagaba era muy poco, no reflejaba el costo real que tenía generarla y producirla. La verdad que la energía es un recurso caro y escaso pero venimos de una desvalorización de ese recurso, no se valoraba como tal porque no nos costaba casi nada en términos económicos. En términos generales, venimos de no valorizar el recurso energético y por eso es que necesitamos un cambio cultural en ese sentido. Hay que entender que la energía es un bien escaso y caro para el país, además, de ser un recurso necesario. 

¿Qué es hacer un uso eficiente?
Cuando nosotros hablamos de un uso eficiente de la energía no estamos diciendo dejar de consumir por dejar de hacer, no hablamos de que las industrias dejen de producir, no hablamos de estar a oscuras en la casa, sino al contrario. Cuando hablamos de eficiencia es generar los mismos bienes y servicios o mantener la misma calidad de vida consumiendo menos. Y ese es el gran desafío.
Recién remarcó que la energía es costosa. ¿La producción de energía renovable también es costosa?
En la energía renovable vos tenés un costo de operación muy bajo, no es nulo, pero tenés un costo de inversión mucho más alto, es capital intensivo. Entonces, si hacemos la cuenta del costo de toda la vida útil no importa de qué recurso energético estemos hablando, sea renovable, gas o petróleo, siempre es costoso. Cuando digo que es cara, no significa que es cara solo acá en Argentina, los es en el mundo. Es una realidad que es escasa y cara. Hay países que hace 30 años que vienen implementando políticas de eficiencia energética y gracias a eso han podido crecer muchísimo casi sin la demanda de energía a nivel país, cosa que nosotros hoy no tenemos un diagnóstico. 

¿Argentina es uno de los países de latinoamérica que más energía consume en el sector residencial?
El sector residencial, en realidad, es uno de los consumos que más creció en los últimos años cuando miramos el consumo eléctrico residencial por habitante. En ese caso sí. En términos globales, debe estar entre los que más consume. Argentina es un país que tiene gas, petróleo, potencial hidroeléctrico, de energías renovables sobre todo en lo que es solar y eólicas, pero que tengamos todas esas fuentes de energía disponible no nos habilita a que hagamos un uso irracional.

¿Ese uso irracional fue una de las consecuencias para llegar a esta emergencia energética que fue declarada en diciembre de 2015?
Sin dudas (interrumpe). 

¿O esa coyuntura está más ligada a la falta de política que tuvo el gobierno anterior para la generación de energía?
Lo que pasa es que está todo muy relacionado. Vos tenés un precio que no refleja lo que cuesta, entonces las inversiones se retraen y ninguna empresa va a invertir si después no lo recupera con la tarifa. A su vez, el usuario final si la energía no le cuesta no va a hacer nada para cuidarla. Entonces tenés un efecto contrapuesto. Por un lado se debilita la infraestructura porque las empresas no invirtieron por un tema de tarifas y, por otro, la demanda, como era barata creció indiscriminadamente. Entonces, las dos cosas hicieron que lleguemos a una situación de emergencia en particular en el sector eléctrico que fue la emergencia que se declaró en diciembre de 2015.

Entonces, ¿qué pasa ahora?
Es como que cada uno tiene que recuperar su rol. El Estado tiene que promover las inversiones, que en la mayoría de los casos esperamos que sean del sector privado. El Estado tiene que promover también reglas caras para que estas inversiones ocurran, pero también del lado de los usuarios tenemos que pagar por la energía lo que vale, salvo aquellos sectores que indefectiblemente no lo pueden pagar y para eso se generó la tarifa social, tanto en gas como en electricidad. La idea de que el subsidio en energía vaya solamente a los que realmente la necesitan y que el resto sea un mercado donde se consuma de manera responsable, se pague por lo que ese consumo vale pero también se generen la inversiones que hacen falta. 

¿Utilizar electrodomésticos que están etiquetados con la letra A hace realmente la diferencia?
Hace diferencia. El 80% de los usuarios residenciales en promedio consumen 300 kWh/mes. Entonces si yo tengo electrodomésticos estándares, heladeras, calefones, televisores sin etiquetar o de una etiqueta de una eficiencia muy baja y lo cambio por electrodomésticos eficientes con el mismo patrón de uso podemos llevar casi a la mitad el consumo de energía eléctrica.

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