Las trabajadoras sociales de la provincia que desempeñan sus labores en diferentes ámbitos del Estado se autoconvocaron el jueves en la plaza 9 de Julio para reclamar por la situación de vulnerabilidad y precariedad en la que trabajan: sin herramientas, con cantidad insuficiente de profesionales y sin el respaldo necesario por parte del Estado. "Fue una autoconvocatoria de un grupo de trabajadores sociales frente a las continuas vulneraciones que hay en el ejercicio de la profesión", dijo Viviana Aguirrebengoa, quien se desempeña en el Ministerio de Primera Infancia y tiene 22 años de experiencia en la profesión.
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Las trabajadoras sociales de la provincia que desempeñan sus labores en diferentes ámbitos del Estado se autoconvocaron el jueves en la plaza 9 de Julio para reclamar por la situación de vulnerabilidad y precariedad en la que trabajan: sin herramientas, con cantidad insuficiente de profesionales y sin el respaldo necesario por parte del Estado. "Fue una autoconvocatoria de un grupo de trabajadores sociales frente a las continuas vulneraciones que hay en el ejercicio de la profesión", dijo Viviana Aguirrebengoa, quien se desempeña en el Ministerio de Primera Infancia y tiene 22 años de experiencia en la profesión.
Las trabajadoras afirman que el ejercicio está afectado y debilitado. "Las políticas públicas actuales están muy lejanas de implementar programas en territorio, que es el lugar en donde se generan las problemáticas sociales", dijo Aguirrebengoa.
Las profesionales expresan que actualmente se está trabajando sobre la urgencia, en situaciones complejas y difíciles, en las que se encuentran con personas y familias con un acentuado déficit. En muchos casos, incluso, las posibilidades de resolución son pocas.
El conflicto de las trabajadoras sociales visibiliza la situación de fragilidad de sectores populares de la sociedad, a donde el Estado está llegando cuando los problemas, como las adicciones y la violencia, ya están instalados.
Las trabajadoras sociales reclaman elementos básicos, como un escritorio, una computadora y un lugar donde realizar las entrevistas para garantizar la reserva profesional. "Para trabajar en territorio necesitamos movilidad y no la tenemos. Nos movemos en nuestra propia movilidad o en colectivo". Después de que se realiza el diagnóstico y se establecen los tratamientos, "los recursos para atender las problemáticas muchas veces tampoco están", agregó.
Agobio
La autoconvocatoria también fue para visibilizar los niveles de cansancio y estrés que sufren. Son muy pocas las trabajadoras sociales para un contexto social en que se incrementó la cantidad y complejidad de las problemáticas.
En la ciudad de Salta hay 63 centros de salud y solo 5 trabajadoras sociales; para los gabinetes psicopedagógicos de las escuelas hay dos trabajadores sociales.
En hospitales generales con alta demanda y de referencia en la provincia, como es el caso del San Bernardo, hay 3 profesionales. En el Hospital del Milagro, que trata patologías como VIH y enfermedades infectocontagiosas, son solo 2.
"No solo se vulnera nuestro ejercicio de la profesión sino que se atenta contra el derecho a la asistencia que tienen las personas", agregó. Hay problemáticas de desintegración familiar, de violencia de género; problemas con los adolescentes como el bullying en la escuela o el inicio del consumo de sustancias.
"Se perdió lo que es atención primaria de la salud, que es básicamente trabajar los problemas en donde se originan, con un alto grado de actividades técnicas y actuaciones preventivas. Los centros de salud están debilitados porque concentraron el recurso en los hospitales generales", dijo la profesional.
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