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En la muestra “Sintético”, Federico Kirschbaum presenta paisajes que son rincones de su mente. No son geografías exploradas, por el contrario, son territorios por conocer. Sus obras son, al mismo tiempo, resultado de un íntimo “big bang” y de un pacto con el azar.
El artista salteño sabe que, además de las analogías que se suelen establecer entre el proceso creativo y la ciencia o la filosofía, el arte se relaciona con otra importante actividad humana: el juego.
La serie que Federico Kirschbaum presentará a partir del 16 de agosto, a las 20, en la Casa de la Cultura (Caseros 460) está realizada con acrílico, óleo y esmalte sintético.
“Sintético hace referencia, por un lado, al material que utilicé y, por otro, al hecho de que esta serie es más despojada, más simple que las anteriores -explica el artista-. Me propuse sintetizar los gestos al pintar, lograr el mejor resultado con menos acciones aunque más precisas. Sintético tiene que ver con la idea principal de comunicar ciertas emociones con menos recursos. Y tiene que ver, además, con ser más sincero y dar menos vueltas para ir a los ‘lugares’ a los que quiero llegar”.
Las obras que integran “Sintético” no son representaciones de espacios naturales, sino expresiones del mismo autor, posibles gracias a una experiencia de introspección. Es a partir de esa especie de estado meditativo que Kirschbaum deja fluir sus paisajes ilusorios.
“Pintar se vuelve un proceso meditativo -explica-. Por algunos momentos logro abstraerme de lo que está sucediendo alrededor y me conecto solo con el lienzo en blanco que, a través del material, se llena de colores. Es un proceso lúdico porque me conecto con el placer de la acción, dejando de lado por algunos momentos la presión de la mirada externa. Y también porque, por un lado, me pone en contacto con mi lado más creativo y, por otro, sucede algo con el azar: yo juego a controlarlo. El material tiene cierta autonomía que procuro dirigir hacia ciertos lugares de la tela”, señaló el artista.
Las topografías de Kirschbaum están hechas de serenas colinas, hondonadas boscosas, volcanes amenazantes, playas desiertas y lagunas quietas. En algunos casos, si se agudiza el ojo, hasta pueden intuirse paisajes estelares: “Quizás no fue mi intención pero, inevitablemente, al pararme frente a algunas de las obras de esta serie se me venía a la cabeza la imagen de El Principito en algunos de sus viajes por distintas galaxias”, confesó el pintor.
Federico Kirschbaum es licenciado en Administración de Empresas. Su vínculo con la pintura comenzó hace alrededor de diez años, a través de su participación en algunos talleres. Formó parte de varias muestras colectivas y esta es su tercera exposición individual. En 2014 se presentó en el Salón Provincial de Artes Visuales de la Provincia y fue seleccionado con su obra “Navaratri”. En el mismo certamen, en 2012, obtuvo una mención por su obra “Érase una vez”. “El arte apareció en mi vida un poco por casualidad y paulatinamente fue ganando espacio. Pintar me genera la sensación de poder crear belleza. Obviamente que es una sensación ficticia y relativa porque posiblemente no todos coincidimos con el concepto de belleza. Y en cuanto a mi vida profesional, siempre pienso que el arte me permitió equilibrar los dos hemisferios cerebrales”, resumió el artista.
“Sintético” podrá visitarse en el hall de la Casa de la Cultura, con entrada gratuita, hasta el 30 de agosto.