River deleitó y brindó un digno espectáculo, aunque quedó la impresión que no pudo brillar como lo hizo el estadio Padre Martearena con la presencia de 22 mil personas.
El pueblo millonario no defraudó, tiñó con un gran colorido en mundialista. No es habitual observar a familias completas asistir a la cancha, al menos no en el fútbol local, salvo algunas excepciones.
Desde muy temprano, mucho antes que se habilitaran las puertas del estadio, hubo movimiento en las inmediaciones. Los fanáticos comenzaron a llegar para admirar a sus ídolos y las tribunas se empezaron a poblar.
La algarabía y devoción de la gente nubló el pensamiento de muchos, ya que se había anticipado que no está permitido ingresar con banderas de un tamaño mediano.
Esto llevó a la confusión y al fastidio de algunas personas porque la Policía retuvo los pequeños trapos, eso sí, al finalizar el partido los devolvieron.
Retomando el maravilloso colorido rojo y blanco, el primero en recibir el cariño de la gente fue Germán Lux cuando ingresó a hacer el precalentamiento. Luego salió al campo de juego el resto del plantel y llovieron los aplausos. La salida de los equipos fue extraordinario, el Martearena parecía infectado de luciérnagas por la cantidad de fanáticos que buscaban retratar con sus celulares un momento único, que quizás no vuelvan a repetir.
El amor incondicional de los hinchas sobresalió cuando la voz de estadio citaba la formación de River, por lejos ganó Marcelo Gallardo, quien recibió un caluroso aplauso y toda la ovación de la gente. En segundo lugar fue para Leo Ponzio y luego Jony Maidana.
Con respecto a seguridad se implementó el operativo Tribuna Segura, hubo 26 detenidos, 12 de la barra los Borrachos del Tablón y dos salteños con pedido de captura.
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River deleitó y brindó un digno espectáculo, aunque quedó la impresión que no pudo brillar como lo hizo el estadio Padre Martearena con la presencia de 22 mil personas.
El pueblo millonario no defraudó, tiñó con un gran colorido en mundialista. No es habitual observar a familias completas asistir a la cancha, al menos no en el fútbol local, salvo algunas excepciones.
Desde muy temprano, mucho antes que se habilitaran las puertas del estadio, hubo movimiento en las inmediaciones. Los fanáticos comenzaron a llegar para admirar a sus ídolos y las tribunas se empezaron a poblar.
La algarabía y devoción de la gente nubló el pensamiento de muchos, ya que se había anticipado que no está permitido ingresar con banderas de un tamaño mediano.
Esto llevó a la confusión y al fastidio de algunas personas porque la Policía retuvo los pequeños trapos, eso sí, al finalizar el partido los devolvieron.
Retomando el maravilloso colorido rojo y blanco, el primero en recibir el cariño de la gente fue Germán Lux cuando ingresó a hacer el precalentamiento. Luego salió al campo de juego el resto del plantel y llovieron los aplausos. La salida de los equipos fue extraordinario, el Martearena parecía infectado de luciérnagas por la cantidad de fanáticos que buscaban retratar con sus celulares un momento único, que quizás no vuelvan a repetir.
El amor incondicional de los hinchas sobresalió cuando la voz de estadio citaba la formación de River, por lejos ganó Marcelo Gallardo, quien recibió un caluroso aplauso y toda la ovación de la gente. En segundo lugar fue para Leo Ponzio y luego Jony Maidana.
Con respecto a seguridad se implementó el operativo Tribuna Segura, hubo 26 detenidos, 12 de la barra los Borrachos del Tablón y dos salteños con pedido de captura.