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La Pukhuna, pequeños músicos apasionados por sikus y charangos 

El taller, que se creó en San Antonio de los Cobres, está integrado por sesenta alumnos, la gran mayoría niños y adolescentes. Participan en todas las celebraciones de la región y ya actuaron en Salta en varias oportunidades.
Miércoles, 16 de agosto de 2017 10:06

María Belén Zannier
“Pukhuna” significa en quechua “soplido”, ese soplido creador que emana de las entrañas de la Puna misma y se transforma en acordes que dan vida a sikus, charangos y guitarras. Ni el fuerte sol ni los intrépidos vientos que caracterizan la región andina amedrentan a aquellos que descubren la música, junto con su capacidad creativa y, por qué no, también sanadora. Es que la música también es una vía para enseñar y fomentar los valores. Los sesenta chicos que integran el grupo de sikuris La Pukhuna, de la localidad de San Antonio de los Cobres, vibran cada vez que deben realizar alguna presentación, sea el desentierro de la Pachamama, en Cachi o en ámbitos urbanos, como la ciudad de Salta, donde ya actuaron en varias oportunidades.
Además de los sikus, los chicos ejecutan guitarras, charangos y bombos. “Cuando toco el sikus siento mucha emoción, estoy en el taller desde hace un año. Me gustaría volver a viajar a otros lugares para tocar y también hice varios amigos en el grupo”, contó José, que tiene 10 años.
“Yo toco sikus y también el charango, no sabría cuál de los dos elegir porque me gustan los dos por igual”, agregó Elvio, de 9 años.
Por su parte, Simona Taritolay, de 64 años, es parte de la comisión de padres y alienta las actividades del grupo, porque les dan un marco de contención a los chicos. “Es muy hermoso el trabajo que realizan con los más chicos desde la música”, dijo.
De los 60 integrantes dek taller 45 son “sikuristas”y 15 ejecutan guitarras y charangos. El taller se creó hace tres años, por iniciativa de un docente, Sandro Martínez.
Empezaron siendo un grupo reducido y, ante la cantidad de alumnos que se fueron sumando, pasaron a formar parte de la Municipalidad local. “El taller, que es totalmente gratuito, creció mucho en estos años. Comenzamos solo con treinta alumnos y hoy se duplicó esa cantidad. Lo más costoso son los instrumentos y los insumos musicales. Los chicos construyen sus propios sikus, pero no ocurre lo mismo con las guitarras, charangos”, señaló a El Tribuno Héctor Choque, que actualmente se desempeña como coordinador de La Pukhuna. Choque contó también que el taller recibe ayuda de varios artistas, que colaboran gentilmente con la agrupación, entre ellos el reconocido folclorista jujeño Bruno Arias.

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María Belén Zannier
“Pukhuna” significa en quechua “soplido”, ese soplido creador que emana de las entrañas de la Puna misma y se transforma en acordes que dan vida a sikus, charangos y guitarras. Ni el fuerte sol ni los intrépidos vientos que caracterizan la región andina amedrentan a aquellos que descubren la música, junto con su capacidad creativa y, por qué no, también sanadora. Es que la música también es una vía para enseñar y fomentar los valores. Los sesenta chicos que integran el grupo de sikuris La Pukhuna, de la localidad de San Antonio de los Cobres, vibran cada vez que deben realizar alguna presentación, sea el desentierro de la Pachamama, en Cachi o en ámbitos urbanos, como la ciudad de Salta, donde ya actuaron en varias oportunidades.
Además de los sikus, los chicos ejecutan guitarras, charangos y bombos. “Cuando toco el sikus siento mucha emoción, estoy en el taller desde hace un año. Me gustaría volver a viajar a otros lugares para tocar y también hice varios amigos en el grupo”, contó José, que tiene 10 años.
“Yo toco sikus y también el charango, no sabría cuál de los dos elegir porque me gustan los dos por igual”, agregó Elvio, de 9 años.
Por su parte, Simona Taritolay, de 64 años, es parte de la comisión de padres y alienta las actividades del grupo, porque les dan un marco de contención a los chicos. “Es muy hermoso el trabajo que realizan con los más chicos desde la música”, dijo.
De los 60 integrantes dek taller 45 son “sikuristas”y 15 ejecutan guitarras y charangos. El taller se creó hace tres años, por iniciativa de un docente, Sandro Martínez.
Empezaron siendo un grupo reducido y, ante la cantidad de alumnos que se fueron sumando, pasaron a formar parte de la Municipalidad local. “El taller, que es totalmente gratuito, creció mucho en estos años. Comenzamos solo con treinta alumnos y hoy se duplicó esa cantidad. Lo más costoso son los instrumentos y los insumos musicales. Los chicos construyen sus propios sikus, pero no ocurre lo mismo con las guitarras, charangos”, señaló a El Tribuno Héctor Choque, que actualmente se desempeña como coordinador de La Pukhuna. Choque contó también que el taller recibe ayuda de varios artistas, que colaboran gentilmente con la agrupación, entre ellos el reconocido folclorista jujeño Bruno Arias.

Identidad
El grupo interpreta todo tipo de ritmos andinos, como sikuriadas, huaynos, carnavalitos y sayas. Pero, siempre bajo la premisa de que las letras de las canciones posean una letra que refleje la identidad y la cultura andina. “Buscamos revalorizar lo nuestro. Las sikureadas, por ejemplo, son una pasión para nosotros, que nos engancha y nos moviliza, de la misma manera que el cuarteto a los cordobeses”, destacó Choque. Y agregó: “Los chicos empiezan en el taller a los siete u ocho años, cuando ya aprenden a leer, y hay hasta gente de 45 años. Todos se esfuerzan para transmitir a través de la música pasión por lo que se hace”.

Música y valores
Además de la ejecución de instrumentos autóctonos, mediante la música se pretende transmitir valores y generar un espacio de contención para niños y adolescentes. “Los papás están muy contentos, porque buscamos educar sobreb el valor del saludo, de dar las gracias y de saber pedir disculpas cuando es necesario. En el pueblo está instalado el alcoholismo. Queremos inculcarles a los chicos que se puede salir de ese ambiente y que la música puede ser una salvación para ellos”, contó Choque. En este sentido, el joven docente contó que realizan varias charlas para prevenir las adicciones. “Hay niños que, en muchos casos, se encuentran muy solos y la música es algo que los inspira y los hace felices”.
 
Encuentro internacional
Lo que más aman los chicos es compartir su música con toda la gente, por eso participan en cada festejo que se realiza en el pueblo y sus alrededores. Este año recibieron una excelente noticia: fueron invitados a un encuentro internacional de sikuristas, que se realizará el próximo 28 de agosto en Buenos Aires. “Estamos trabajando para poder viajar y, en caso contrario, igual estamos invitados para el año que viene. Es un gran orgulloso representar al mundo andino”, finalizó Choque.
 

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