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"Esto recién empieza, voy a seguir luchando por la verdad"

Mónica Morales, madre de Paola Álvarez, sigue firme a pesar del profundo dolor.
Viernes, 18 de agosto de 2017 00:00

Los deseos de volver a verla, de saberse sola pero fuerte a la vez gracias al amor que una madre puede tener por su hija, condujeron a Mónica Morales a luchar desde el primer minuto por Paola Álvarez, su hija de 21 años que desapareció el viernes 5 de mayo. Desde ese momento la mujer nunca bajó los brazos, solo se permitió sufrir en el silencio de su intimidad. Ayer la peor noticia retumbó en su corazón. Un cadáver hallado a metros de la ruta nacional 9, pasando la cornisa de La Caldera, tenía la ropa de su hija.

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Los deseos de volver a verla, de saberse sola pero fuerte a la vez gracias al amor que una madre puede tener por su hija, condujeron a Mónica Morales a luchar desde el primer minuto por Paola Álvarez, su hija de 21 años que desapareció el viernes 5 de mayo. Desde ese momento la mujer nunca bajó los brazos, solo se permitió sufrir en el silencio de su intimidad. Ayer la peor noticia retumbó en su corazón. Un cadáver hallado a metros de la ruta nacional 9, pasando la cornisa de La Caldera, tenía la ropa de su hija.

Profundamente acongojada, dolorida y sin saber muy bien por qué a veces las cosas pasan de determinada manera, la madre de Paola Álvarez expresó que más allá del hondo penar por lo ocurrido en la jornada de ayer, seguirá peleando y luchando por su hija en aras de la verdad y la justicia. "Esto recién comienza, voy a seguir luchando y buscando la verdad", sostuvo llena de dolor en su corazón por la presumible pérdida de su hija, una joven de 21 años madre de una beba de dos.

"Estoy muy dolida por todo esto, esperando los resultados de la autopsia", apuntó la mujer ayer por la tarde tras el hallazgo de un cadáver cerca del mediodía en el kilómetro 1.640 sobre la ruta nacional 9, unos 5 kilómetros antes de llegar a Jujuy. "Hasta el momento nadie me explicó nada, ni cómo encontraron el cuerpo ni quién lo encontró", agregó la madre de Paola Álvarez.

"Hoy -por ayer- fue un día terrible porque en el fondo nunca perdí las esperanzas de encontrarla con vida, tenía una luz de esperanzas de que mi hija pudiera estar en algún lugar, con vida". Mónica nunca bajó los brazos, desde un primer momento tuvo la esperanza de hallar a Paola viva, un impulso y deseo maternal la mantuvieron hasta ahora firme en su lucha.

Paola, sin servicios

En medio de la maratónica lucha que Mónica Morales llevó a cabo desde que su hija desapareció el viernes 5 de mayo en esta ciudad, nunca imaginó que tras el macabro hallazgo del supuesto cuerpo de Paola tendría que pensar en un servicio de sepelio. Esa luz de esperanza que mantuvo hasta el último la mantuvo ajena a ese tipo de trámite.

Desesperada y sin saber qué hacer, la mujer estuvo ayer en la morgue de la Ciudad Judicial esperando tener novedades acerca de la autopsia del cuerpo hallado y, en caso de confirmarse la peor noticia, esperaba la entrega del cuerpo y también de la solidaridad salteña, dado que hasta el cierre de esta edición no contaba con un cajón para sepultarla. "Hoy no tendría cómo ni dónde sepultarla", expresó la mujer en diálogo con El Tribuno.

Esa esperanza la llevaron a no pensar en una escenario como el que hoy debe afrontar. El cuerpo hallado tenía la ropa de su hija y todo parece indicar que se trataría de Paola Álvarez.

El femicidio, la hipótesis latente

Desde la desaparición de Álvarez, la investigación giró en torno del novio de la joven, Santiago Zambrani, quien habría sido el último que estuvo con ella. Desde ese momento la hipótesis de un femicidio fue la principal sospecha. El fiscal penal Ramiro Ramos Ossorio, de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, se hizo cargo de la investigación y también detuvo a los padres del presunto femicida, Alfredo Francisco Zambrani y Amelia Inés Huergo.

Cerca de un mes pasó y el fiscal decidió liberar al padre del principal acusado, sin embargo las sospechas de un homicidio siguieron firmes. Más de 40 días habían pasado cuando El Tribuno pudo saber que la reconstrucción y peritaje de los celulares de Santiago y su madre en Buenos Aires arrojaban información acerca de una presumible desaparición forzosa de Paola Álvarez. Según la fuente de este medio, esos chats revelaron la comprometedora charla entre hijo y madre tras la desaparición de la joven de 21 años.

Desde ese momento y tras haberse impuesto un secreto de sumario en la causa, el hallazgo del cuerpo se hacía inminente. Una vez más, la fuente confirmaba que un homicidio podría haberse consumado. Con solo 21 años, la víctima había asumido el rol de madre y padre tras el cuidado y amor por su beba de 2 años. Estaba terminando estudios secundarios en un BSPA.

El sonado caso de la desaparición y presunto femicidio de Paola Álvarez fue uno de otros tantos hechos que este año conmocionaron a los ciudadanos salteños.

 

 

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