Los argumentos contra la discriminación sustentaron ayer, en la Corte Suprema de Justicia, las presentaciones en la audiencia sobre la educación religiosa, tanto de los que están a favor como de los que están en contra.
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Los argumentos contra la discriminación sustentaron ayer, en la Corte Suprema de Justicia, las presentaciones en la audiencia sobre la educación religiosa, tanto de los que están a favor como de los que están en contra.
Héctor Manoff, de la Asociación de Abogados de Buenos Aires, planteó durante su exposición que enseñar religión en establecimientos estatales implica discriminar a chicos que deben quedarse afuera del aula si no quieren recibir este tipo de instrucción.
Manoff, que vive en Buenos Aires pero creció en Salta, también apuntó que "no es admisible" que en las escuelas se les ponga la calificación de creyentes o no creyentes en el legajo a los alumnos de acuerdo a si quieren o no aprender religión.
El abogado salteño Julio Argentino San Millán planteó, en cambio, que los que verían vulnerados sus derechos son los chicos de familias que quieran enseñanza sobre los credos si se suspendiera por orden de la Justicia.
"Nunca existió una ley que excluya la religión porque refleja la cultura. Hay alumnos que viven a más de 10 kilómetros de la escuela en las zonas rurales", señaló San Millán, del Centro de Estudios y Formación Política Juan Domingo Perón.
Ángel Jorge Clavero, presidente de la Masonería Argentina, defendió la educación laica. "La Provincia obliga actualmente a que los estudiantes de las escuelas públicas deban estudiar religión católica como exigencia curricular y en horario de clases. Choca esa norma provincial con nuestra Constitución Nacional", aseguró Clavero.
El referente de la Masonería además consideró que "ningún establecimiento educativo estatal se encontraría en condiciones de garantizar la educación de otro credo que no fuera el preponderante en la provincia".
Contrapunto
"Dotar de una determinada directriz religiosa la formación de los ciudadanos es como podar en forma constante las copas de un árbol: sus ramas no serán libres, tendrán la forma de quien maneje las tijeras y cercene sus frutos. Un gobierno no puede interferir en el desarrollo de la conciencia ni "proteger' un culto determinado sin que genere una desprotección, al menos en una minoría de individuos", explicó Clavero.
En contraposición, Cosme María Beccar Varela, de la Corporación de Abogados Católicos, dijo que "el derecho a la educación religiosa es incontestable" y opinó que suprimirla es "de países totalitarios como los que defienden radicalmente el marxismo o los de extremo liberalismo".
El letrado cree que las políticas educativas de Salta deben seguir como hasta ahora para proteger la diversidad. "Si en un colegio reparten sándwich de jamón y queso y hay una minoría que es vegana, el colegio debe velar para que esa minoría sea respetada, pero no tiene que repartir sándwich de verdura para todos", comentó.
Beccar Varela consideró además que "la sociedad se debe cimentar en un sistema de valores de fundamento religioso" para garantizar la igualdad.
.“Sobre el culto válido”
Néstor Miguez, de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas, expresó que la escuela pública no debe enseñar religión porque “no puede convertirse en una instancia de discernimiento sobre qué culto es válido”.
“¿Cómo se califica a un niño en la materia de religión? ¿Por su adherencia al credo? ¿Por su comprensión?”, planteó Miguez. El evangelista dijo que las familias pueden recurrir a las parroquias para “educar en la fe”.
El abogado Beltrán María Fos opinó que la formación religiosa no tiene por qué dictarse en la escuela pero que es la única forma de hacerla factible. “Puede haber quien no quiera que se enseñe matemática, pero el pueblo no gobierna sino a través de sus representantes, que ya se han expresado al respecto”, dijo.