La abuela venía cansada de tener que soportar a su nieto, identificado por la Justicia como Matías Fernández, de 23 años, quien además de pedirle dinero con frecuencia realizaba distintos desórdenes en su hogar. En julio la abuela decidió denunciar la situación para frenar a su nieto, quien vivía en situación de calle dado que no quería estar con ninguno de sus padres separados.
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La abuela venía cansada de tener que soportar a su nieto, identificado por la Justicia como Matías Fernández, de 23 años, quien además de pedirle dinero con frecuencia realizaba distintos desórdenes en su hogar. En julio la abuela decidió denunciar la situación para frenar a su nieto, quien vivía en situación de calle dado que no quería estar con ninguno de sus padres separados.
Decidida a terminar con el problema, la mujer llamó a la policía para que se llevaran detenido a su nieto. El hecho ocurrió cuando este último ingresó por la fuerza a la casa de su abuela, por arriba del techo, oportunidad en que también le volvió a pedir plata en efectivo. Como se negó a darle dinero, la mujer fue amenazada por el joven, situación que se agravó cuando ambos comenzaron a gritar. Tras el tenso momento llamó a la Policía, que envió efectivos al lugar y se llevaron detenido a Fernández.
Esa fue la primera vez que el joven fue trasladado bajo custodia por violencia en contra de su abuela. El muchacho, además, violó el domicilio, donde ingresó sin permiso y violentando el lugar, por lo que fue acusado de ejercer violencia psíquica contra su abuela. La mujer convive con su marido, quien está a su cuidado por una enfermedad, y con una hija. Al cabo de un mes el violento nieto volvió a la casa, pese a tener restricción.
En esta oportunidad la mujer volvió a llamar a los efectivos y se lo llevaron. Esta vez el fiscal penal Santiago López Soto decidió abrir un proceso sumarísimo por "desobediencia judicial".
Reincidente
Es la segunda vez que el joven Fernández viola la prohibición de acercamiento y introduce en la casa de su abuela, quien lo había denunciado por realizar desorden en su casa y amenazarla, no obstante haber sido advertido por la señora de que llamaría a los uniformados, advertencia que el acusado habría ignorado totalmente, sin temor a las consecuencias. "Llama a la policía", le dijo el joven a su abuela, y minutos más tarde fue trasladado nuevamente en calidad de detenido.