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“Al distribuir más el impuesto al cheque, seguirá la presión fiscal”

Viernes, 18 de agosto de 2017 01:46

¿Son posibles los cambios en materia fiscal que anuncia el Gobierno? ¿Quiénes pierden y quiénes ganan? ¿Habrá ajuste? ¿Puede la administración de Macri equilibrar el gasto público? Nadín Argañaraz respondió a algunas de esas inquietudes ante el empresariado salteño que espera que se achique la presión tributaria. En diálogo con El Tribuno, el doctor en Economía analizó los puntos fiscales que se vienen en la Argentina. 

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¿Son posibles los cambios en materia fiscal que anuncia el Gobierno? ¿Quiénes pierden y quiénes ganan? ¿Habrá ajuste? ¿Puede la administración de Macri equilibrar el gasto público? Nadín Argañaraz respondió a algunas de esas inquietudes ante el empresariado salteño que espera que se achique la presión tributaria. En diálogo con El Tribuno, el doctor en Economía analizó los puntos fiscales que se vienen en la Argentina. 

En la reforma tributaria la Nación quiere eliminar ingresos brutos, la principal fuente de ingresos propios de las provincias. ¿Cómo se puede compensar ese desfinanciamiento? 

En primer lugar hay que encarar la reforma fiscal en la Argentina con cuatro ejes. Uno es la responsabilidad fiscal: si bien puede crecer el gasto debe ir en línea con la inflación y perder peso en términos de la economía. Segundo, una reforma tributaria nacional tiene que focalizarse en la eliminación de los impuestos más distorsivos como el impuesto al cheque. El tercer aspecto es discutir la distribución de recursos y de gastos en la Argentina. Hoy tenemos un reparto, básicamente, la coparticipación federal de impuestos. No obstante hay una distribución de subsidios que es muy inequitativa para el interior del país. Estos están concentrados básicamente en Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El cuarto punto es una reforma tributaria provincial, donde vuelvan a recuperar participación impuestos como el inmobiliario. De todo eso, hay que encontrar la manera de sustituir ingresos brutos. No se podría sustituir por un IVA provincial, es muy complejo, ya que lo tienen que hacer todas las provincias a la vez. Todo cambio que se haga en ingresos brutos tiene que tener el objetivo de visibilidad. Hoy la alícuota que tenés de ingresos brutos es de 11 puntos del IVA.

¿Es viable la implementación de un sistema de recaudación para el impuesto que sustituya a ingresos brutos sin que los fondos pasen por la Casa Rosada?

Hay distintos mecanismos como el IVA destino o de origen. Nosotros tenemos estudiadas alternativas. Claro que hay flujos interprovinciales de bienes, por eso hay que armar un sistema bueno para que no se generen distorsiones. Pero ante todo sería una recaudación de las provincias. Algunos hablan de un IVA mochila que, en ese caso, sí sería la Nación la que cuelga el tributo y después devuelve a las provincias. Hay muchas opciones... Si el impuesto se visibiliza sería muy bueno para el contribuyente para que vea lo que está pagando. Si no sabemos cuánto pagamos de impuestos, no sabemos cuánto nos cuesta el Estado. 

¿El 2018 debe ser clave para el Gobierno para reducir el déficit fiscal? ¿Eso implica un ajuste?

Creo que ese año es relevante en materia fiscal. El gasto público tendrá que crecer de una manera moderada, en línea con la inflación o menos para que cuando se mida como peso en la economía vaya bajando. El año que viene es clave el desafío porque tenés que bajar un punto el déficit más 0,4 que este año hubo por el blanqueo.

¿Cómo afectará la reducción del gasto en la economía de la gente? 

Se deberá priorizar gasto social. 

¿Ve una salida al planteo de los gobernadores tras el reclamo judicial de Vidal por el Fondo del Conurbano?

Es una decisión de la Corte Suprema de Justicia, los gobernadores obviamente tienen que dar su posición, de hecho se les ha pedido que hagan la presentación, lo que está claro es que no están dispuestos a ceder ese excedente de los 650 millones de pesos del Conurbano. En promedio para las 22 provincias, implica un 9 por ciento de la coparticipación. Para Buenos Aires implicaría aumentar casi un 40 por ciento. Las provincias en absoluto quieren eso, pero es una decisión de la Corte. A su vez viene la discusión por el vencimiento del impuesto al cheque. El análisis que uno hace, y que está fundamentado, es que de coparticiparse plenamente el impuesto al cheque, las provincias lograrían lo mismo que resignarían en el caso que la Suprema Corte dictamine que dejen de recibir ese excedente del Fondo del Conurbano. El riesgo es que al hacer más abierta la distribución de la recaudación del impuesto al cheque, disminuye la probabilidad de bajar la presión tributaria. 

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