¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

13°
18 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Porqué la izquierda fracasó en las PASO

Sabado, 19 de agosto de 2017 00:00

Algún día la izquierda argentina y sucedáneos tendrán que explicar, explicarse, por qué motivo el pueblo no la considera una opción de gobierno. Está claro que su descolorido pregón a favor de los desposeídos no cala en la gente. Durante la reciente campaña electoral sus dirigentes apuntaron a conseguir votos entre la juventud, el público femenino y obreros no calificados. Del magro porcentaje obtenido habría que ver cuántos lograron entre el total de jóvenes, de mujeres y de trabajadores que hay en el país. Hoy se escuchan voces provenientes del "campo popular" que sorprenden por el reduccionismo que evidencian al analizar el reciente resultado. Ya tendrían que convenir que es mejor dejar de victimizarse. Ese no es el camino para interpretar los sueños y los anhelos de una sociedad que cambió. Están atrasados en su manera de pensar y de actuar. Echarles la culpa a ""los medios dominantes'' equivale a decir que la gente es tan estúpida que se la puede llevar de las narices e inducirla a que se arroje al precipicio. También tendrían que repensar sobre los piquetes, los cortes intempestivos y las protestas violentas. Quemar gomas, taparse la cara con pañuelos palestinos, amenazar con palos y meter miedo no va más. A menos que quieran toparse de nuevo con el muro del desencanto y la frustración. La gente no quiere enfrentamientos, quiere paz y trabajo, nada más. La sociedad reclama nuevos aires. Amalia Granata, una recién llegada a la política, sacó 44.856 votos y ganó la interna del Frente Popular Santafecino, que logró 3,54% y superó el piso de las PASO. ¿Las cosas son como las ve la izquierda? Con otras ideas y otros dirigentes podría ser. Hoy por hoy ni siquiera es capaz de ganarse la adhesión de un pueblo que está sometido a permanentes incrementos de precios, de impuestos, que padece falta de trabajo y cuando el propio Gobierno ha dicho que para después de octubre está analizando un ajuste. La gente parece más inclinada a pensar, con razón, que este Gobierno recibió un país en llamas y que trata, con fallas, de encaminarlo. Ven a los dirigentes del PRO como seres humanos que pueden equivocarse. No son los que tienen la verdad revelada que salvará al mundo de los males que lo acechan. En todo caso, dentro de dos años le harán saber a Macri si están conformes o no. Así de simple.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Algún día la izquierda argentina y sucedáneos tendrán que explicar, explicarse, por qué motivo el pueblo no la considera una opción de gobierno. Está claro que su descolorido pregón a favor de los desposeídos no cala en la gente. Durante la reciente campaña electoral sus dirigentes apuntaron a conseguir votos entre la juventud, el público femenino y obreros no calificados. Del magro porcentaje obtenido habría que ver cuántos lograron entre el total de jóvenes, de mujeres y de trabajadores que hay en el país. Hoy se escuchan voces provenientes del "campo popular" que sorprenden por el reduccionismo que evidencian al analizar el reciente resultado. Ya tendrían que convenir que es mejor dejar de victimizarse. Ese no es el camino para interpretar los sueños y los anhelos de una sociedad que cambió. Están atrasados en su manera de pensar y de actuar. Echarles la culpa a ""los medios dominantes'' equivale a decir que la gente es tan estúpida que se la puede llevar de las narices e inducirla a que se arroje al precipicio. También tendrían que repensar sobre los piquetes, los cortes intempestivos y las protestas violentas. Quemar gomas, taparse la cara con pañuelos palestinos, amenazar con palos y meter miedo no va más. A menos que quieran toparse de nuevo con el muro del desencanto y la frustración. La gente no quiere enfrentamientos, quiere paz y trabajo, nada más. La sociedad reclama nuevos aires. Amalia Granata, una recién llegada a la política, sacó 44.856 votos y ganó la interna del Frente Popular Santafecino, que logró 3,54% y superó el piso de las PASO. ¿Las cosas son como las ve la izquierda? Con otras ideas y otros dirigentes podría ser. Hoy por hoy ni siquiera es capaz de ganarse la adhesión de un pueblo que está sometido a permanentes incrementos de precios, de impuestos, que padece falta de trabajo y cuando el propio Gobierno ha dicho que para después de octubre está analizando un ajuste. La gente parece más inclinada a pensar, con razón, que este Gobierno recibió un país en llamas y que trata, con fallas, de encaminarlo. Ven a los dirigentes del PRO como seres humanos que pueden equivocarse. No son los que tienen la verdad revelada que salvará al mundo de los males que lo acechan. En todo caso, dentro de dos años le harán saber a Macri si están conformes o no. Así de simple.

Cuando la izquierda argentina haga un análisis riguroso de la realidad, quizá logre más adhesiones que las que tiene hoy y así supere la capacidad de la cancha de River. Césped incluido.

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD