Fernando Giagante tiene 30 años y hace 12 meses que vive en Barcelona, España. En agosto de 2016 este joven salteño decidió probar suerte en tierras catalanas. Luego de recibirse de abogado, en mayo de ese año, armó sus valijas y se fue. En diálogo con El Tribuno, contó que estuvo lejos de donde ocurrió el atentado de esta semana, pero que lo sucedido se siente en el clima de la ciudad.
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Fernando Giagante tiene 30 años y hace 12 meses que vive en Barcelona, España. En agosto de 2016 este joven salteño decidió probar suerte en tierras catalanas. Luego de recibirse de abogado, en mayo de ese año, armó sus valijas y se fue. En diálogo con El Tribuno, contó que estuvo lejos de donde ocurrió el atentado de esta semana, pero que lo sucedido se siente en el clima de la ciudad.
El jueves, día del atentado terrorista que sacudió el corazón de Barcelona y dejó como saldo 14 muertes y un centenar de heridos, Fernando estaba lejos de La Rambla; el lugar donde una furgoneta ocupó el carril central y atropelló a decenas de personas. El ataque se convirtió en el más grave que sufrió España desde el 11-M y conmocionó a la población.
Aunque a no estuvo en la zona ese día, Fernando ahora vive en carne propia las consecuencias de esa situación extrema.
“Después de los atentados hay muchos policías custodiando los lugares más turísticos. Esto dejó un poco triste y consternado a todo el mundo”, relató.
“Yo, gracias a Dios, estaba a 4 kilómetros de donde sucedió. Incluso me enteré por la televisión. Sé que si hubiese estado en ese momento y en ese lugar la impresión hubiese sido otra”, agregó.
“Probar y conocer”
Ayer al mediodía, Fernando estaba a una cuadra la Sagrada Familia, la icónica basílica diseñada por Antoni Gaudí, comprando carne para hacer un “asadito”.
“Primero me recibí de abogado, era una meta que tenía, algo que me propuse. Después, se dio la casualidad de que tenía un primo en Barcelona y, como no conocía Europa, decidí venir a probar un poco y también a conocer. Se dio justo esa casualidad, así que vine a trabajar con él y a conocer el Viejo Mundo”, explicó.
A Barcelona llegó con la intención de trabajar, crecer y viajar. Durante este tiempo, ayudó a su primo en un negocio, y con el dinero que ganó pudo visitar otros lugares de Europa. Es así que durante este año recorrió lugares como París, Roma, Múnich, Brujas, Mallorca, Sevilla y Santiago de Compostela.
“Mi primo se dedica a la venta de brillantes y relojes; aprendí un poco cómo es el negocio y traté de ganarme la vida haciendo eso. Viajo de vez en cuando, ya que es muy accesible conocer otros lugares. Trataba de ganarme unos pesos y a la misma vez hacer vida de turista”, relató Fernando.
Messi y el Barcelona
La gran pasión de este joven metanense es el fútbol y llegar a Barcelona fue la gloria para él. Durante años jugó en el club San Cayetano de Metán.
“Fui más de una vez a ver al Barça, en partidos de la Champions, la Liga y la Copa del Rey. Me di el gusto de ver al mejor equipo del mundo y a Messi, gracias a Dios. Es algo increíble porque soy extremadamente futbolero. Me gusta mucho el fútbol y juego bastante”, expresó.
Pero ver al Barcelona no es algo que pueda hacer todas las semanas. “No siempre se puede desde lo económico. Las entradas más bajas están en los € 70 y las más caras 350. Si vas a ver un partido contra el Real Madrid podés pagar más de € 1.000”, aclaró. Y agregó: “La cantidad de turistas que lleva el fútbol es una cosa de locos. Gran parte del turismo que tiene Barcelona se lo debe al club. La gente va a ver un espectáculo”.
Por el momento, Fernando vive en un departamento con un amigo. Alquilar en Barcelona para alguien que no tiene un trabajo formal es un poco inalcanzable. El costo de rentar una vivienda por mes no baja de los € 1.200.
“Barcelona es la ciudad más cara de toda España, pero a nivel sueldo, yo creo que el nivel de vida es muy bueno”, comentó. Dijo que salir a comer afuera es un poco caro en comparación con lo que cuesta en Argentina, pero la diferencia se nota más si se va al supermercado.
Hay dos cosas que extraña de Argentina. Como todo buen futbolero, la primera es jugar a la pelota con sus amigos y la segunda comer un rico asado.