Pronto se cumplirán diez años de la muerte Miriam Gabriela Luchini y su esposo aseguró que aún no se hizo justicia.
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Pronto se cumplirán diez años de la muerte Miriam Gabriela Luchini y su esposo aseguró que aún no se hizo justicia.
Se trata de la joven docente que falleció electrocutada el 10 de febrero de 2008. La mujer tenía 34 años, trabajaba de maestra de catequesis y era madre de tres hijos de 12, 9 y 7 años.
La mujer había llegado con su esposo Ernesto Omar Farfán en su automóvil particular a su casa de calle Esteco al 900. Al descender trastabilló y se sostuvo a un poste de luz que estaba electrificado. Nadie pudo hacer nada.
Ese suceso trágico fue un domingo y conmocionó a toda la opinión pública salteña. Desde el jueves anterior, Ernesto había estado denunciando la situación de electrificación. Como una paradoja trágica, fue su mujer la víctima de una denuncia que nadie atendió.
Primero llamó al Servicio de Emergencia 911, quienes derivaron la denuncia correspondiente a LuSal y posteriormente a Edesa.
Todo está documentado y fue presentado luego en el juicio que se desarrolló tras la muerte de Miriam.
En ese debate se halló culpable a estas dos últimas empresas por la muerte de la joven mamá. También estuvo la Municipalidad de la Ciudad de Salta en el banquillo de los acusados, pero la Justicia finalmente la liberó de culpas.
El viudo se acercó hasta El Tribuno para dar a conocer la situación actual de la causa.
"El 29 de diciembre del año pasado recibimos la notificación de la Justicia que dictaminaba la culpabilidad de Edesa y LuSal en la muerte de mi esposa. Se abrieron entonces los canales para solicitar la demanda civil. Se dictó que la fecha del 25 de mayo me debían indemnizar y también figuraba ahí el nombre de la aseguradora La Meridional. Fueron muchos los artilugios legales que se utilizaron y se puede decir que ya a casi 10 años de la muerte de mi mujer aún sigue sin justicia", dijo Ernesto.
El viudo dijo que la empresa aseguradora estuvo dispuesta a pagar la indemnización, pero que las empresas Edesa y LuSal se lo impidieron.
A casi 10 años, su esposo y ahora los hijos siguen recorriendo los tribunales.
“Quieren apelar ante la Corte Suprema”
™Para Ernesto Farfán la estrategia de Edesa y LuSal es poner la mira en una instancia judicial más alta para ganar tiempo.
“Yo estoy seguro de que quieren apelar el fallo ante la Corte Suprema. Esto es lo que hablamos con mi abogado y, según él, se extenderían los tiempos procesales a más de 10 años. Con el poder económico pueden ganar hasta 5 años más”, dijo.
“Ni toda la plata del mundo va a devolver a mis hijos a su mamá. Pero yo no quiero que la muerte de mi mujer quede en la nada y que estas empresas sigan como si nada. Como están las cosas, en cualquier momento puede haber otros muertos”, concluyó Farfán.