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La princesa que se transformó en dueña de su destino

Hoy se cumplen veinte años de su muerte y su recuerdo sigue más vigente que nunca. Su carisma y su compromiso social la convirtieron en el miembro más querido de la realeza europea.
Miércoles, 30 de agosto de 2017 21:36

Falleció trágicamente en 1997, en la ciudad de París y se convirtió en leyenda, como todas aquellas personas luminosas que murieron prematuramente. A Lady Di se la recuerda por su gran compromiso social, la cercanía con la gente y la crianza de sus hijos sin tanto acartonamiento. Además, fue un ícono de la moda inolvidable y aún vigente. 

Pero Lady Di también fue el ícono del fin del amor romántico y de las estrategias del poder que se tejen detrás de los “cuentos de hadas”. Pasó de ser la esposa ideal, virginal y tímida, a una mujer aguerrida que supo anteponerse a los obstáculos de la vida y desafió a una de las casas reales más poderosas de Europa. Ello junto a su dulzura y carisma la transformaron en el miembro real más querido de todos los tiempos: “la princesa del pueblo”.

Con breves pero contundentes gestos provocó enormes cambios: fue la primera en mostrarse estrechando la mano de un enfermo de sida en una época en la que hablar de VIH era tabú. También fue la primera royal en sacarse los guantes para estrechar las manos de aquellos a los que visitaba y una de las caras más visibles de la ayuda a los enfermos de lepra. Realizó viajes humanitarios con visitas a hospitales, escuelas y eventos de caridad en Asia, África y América. 

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Falleció trágicamente en 1997, en la ciudad de París y se convirtió en leyenda, como todas aquellas personas luminosas que murieron prematuramente. A Lady Di se la recuerda por su gran compromiso social, la cercanía con la gente y la crianza de sus hijos sin tanto acartonamiento. Además, fue un ícono de la moda inolvidable y aún vigente. 

Pero Lady Di también fue el ícono del fin del amor romántico y de las estrategias del poder que se tejen detrás de los “cuentos de hadas”. Pasó de ser la esposa ideal, virginal y tímida, a una mujer aguerrida que supo anteponerse a los obstáculos de la vida y desafió a una de las casas reales más poderosas de Europa. Ello junto a su dulzura y carisma la transformaron en el miembro real más querido de todos los tiempos: “la princesa del pueblo”.

Con breves pero contundentes gestos provocó enormes cambios: fue la primera en mostrarse estrechando la mano de un enfermo de sida en una época en la que hablar de VIH era tabú. También fue la primera royal en sacarse los guantes para estrechar las manos de aquellos a los que visitaba y una de las caras más visibles de la ayuda a los enfermos de lepra. Realizó viajes humanitarios con visitas a hospitales, escuelas y eventos de caridad en Asia, África y América. 

Una vida de desafíos
Diana Spencer nació en Sandringham, en el seno de un hogar marcado por la violencia y el alcoholismo de su padre. 

El linaje real de los Spencer y la personalidad dulce y tímida de Diana la convirtieron en la candidata ideal para el príncipe Carlos. Se casaron en 1981, a los 19 años. 
Pero la llamada “boda del siglo” nunca llegó a ser un matrimonio consolidado, debido a la relación paralela que el príncipe de Gales mantuvo con Camilla Parker Bowles. 
“Semanas antes del casamiento, me contó que había descubierto la relación de Carlos y Camila y que no se quería casar, pero que su padre le había dicho que no podía suspender la boda”, contó Roberto Devorik, diseñador argentino e íntimo amigo de Lady Di. 
Cuando tenía 20 años nació el príncipe William y años más tarde Harry.

La personalidad y el desamor de Carlos, la exposición mediática y la solitaria vida en el palacio afectaron tanto a Diana que llegó a padecer depresión y bulimia. Se dice que, incluso, tuvo varios intentos de suicidio.
De a poco y con ayuda terapéutica, logró superar sus trastornos y fue reinventándose hasta convertirse en la figura más amada de la realeza británica. Su temple le permitió atravesar tempestades. 

Se abocó a la crianza de sus hijos y su marcado compromiso social la llevó a realizar viajes humanitarios por todo el mundo. Los hospitales la convocaban para galas benéficas y ella iba gustosa. Visitaba guardias y salas de cuidados intensivos a los que llegaba de sorpresa. Los niños y los enfermos terminales solían contar con su palabra de aliento y su ayuda monetaria.

“Nuestra madre nos enseñó que fuera de palacio la gente vivía con problemas y por eso nos llevaba a sus visitas a los enfermos. Nos enseñó el valor de hacer el bien cuando nadie está mirando. Visitaba los hospitales por la noche para consolar a los pacientes y pasaba horas escribiendo cartas para apoyar el trabajo ajeno. Logró mucho ante las cámaras, pero trabajó aún más duro cuando éstas se retiraban”, contaron los príncipes William y Harry. 
En los eventos públicos, la gente ovacionaba más a Diana que a Carlos, lo que disgustaba a la Casa Real Británica. Diana ya brillaba con luz propia. 

El divorcio
Quienes la conocieron afirman que a Lady Di nunca le interesó el brillo de la corona y fue quien tomó la iniciativa de separarse, lo que escandalizó a los sectores más conservadores de la sociedad. 
En 1996 se divorció de Carlos. Conservó su residencia en el Palacio de Kensington e intentó siempre mantener buenos lazos con la familia real. 

Ícono de la moda
Después del divorcio, Diana se animó a looks más sexies, que destacaban su figura y la mostraban más segura de sí misma. Tanto que se convirtió en un ícono indiscutido de la moda. También fue precursora de la costumbre de repetir vestidos, que hoy sigue la camada más joven de la realeza. 

Su muerte
En 1997, Diana estaba en pareja con Dodi Al Fayed, hijo del millonario empresario Mohamed Al Fayed. El 31 de agosto sufrieron un accidente de tránsito en París, cuando intentaban huir de los fotógrafos. Ambos fallecieron.
No obstante, quienes conocieron a la princesa, señalaron que su gran amor fue el médico paquistaní Hasnat Khan, con quien estuvo en pareja dos años. La relación no prosperó por la intromisión de la prensa y el rechazo de la familia de él. Según trascendidos, la relación con Dody habría sido una estrategia darle celos a Khan. 

Lo cierto es que la muerte encontró de forma prematura a Diana. Hoy circulan teorías sobre el accidente que sufrió y que implican a la familia real y al servicio secreto británico. Hasta el momento, las causas del accidente no fueron esclarecidas. Pero el recuerdo de Diana es más fuerte que nunca.
 

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