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“Alvarito” Durán, un nombre grabado en la historia del automovilismo

En Rosario de Lerma, Alvaro Durán Guasch tiene 71 años y su vida está marcada por las proezas deportivas.
Sabado, 05 de agosto de 2017 22:25

Entre los tapaditos que Rosario de Lerma puede revelar al mundo está la historia de “Alvarito” Durán Guasch, un apellido con mucha historia y un nombre signado por el éxito en el automovilismo.

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Entre los tapaditos que Rosario de Lerma puede revelar al mundo está la historia de “Alvarito” Durán Guasch, un apellido con mucha historia y un nombre signado por el éxito en el automovilismo.

Automovilista de ley. De aquellos que llevan el deporte tuerca en la sangre. Alvaro Durán Guasch hoy tiene 71 años. Su vida está marcada por las proezas deportivas. Pero su apellido también está ligado con una familia servicial y de profunda solidaridad para su provincia.

“Alvarito”, como es conocido popularmente, es hijo de Carlos Durán, intendente de Rosario de Lerma en los años 50, gestión en la que se hizo la infraestructura para que esta localidad años después se convirtiera en ciudad; sobrino también de Ricardo Durán, aquel gobernador de Salta del año 55 del siglo pasado. Pero la política nunca le llamó la atención. Como su familia tenía lazos comerciales con marcas automotrices de renombre, un día apareció en su vida el inolvidable Juan Manuel Fangio. Tantas historias como oportunidades tuvo “Alvarito”. Hasta que el amor se le cruzó en el camino.

“Corrí dos años en Europa. Estaba en la Fórmula 3, era la antesala de la Fórmula 1. Pude participar de los grandes premios de Monza en Italia y Paul Richard en Francia. Cuando me faltó sponsoreo me pegué la media vuelta a Salta. Tenía grandes expectativas. Pero el amor pudo más en esos años”. 

Nació en Viña del Mar, Chile. Ahí inicio su carrera en el deporte motor. A los 11 años fue campeón juvenil de motociclismo en Chile. A los 19 años, con un Volvo, ganó el TC del país trasandino. Su ascenso en este deporte lo llevo a codearse con los mejores del país en esta disciplina. En Salta por aquel entonces se corría en una pista improvisada en el Aero Club, supo conducir un Torino 380w. Participó en la categoría Anexo “J” en los circuitos de Jujuy y Tucumán. Cuando empezó a ganar todo, a los 27 años de edad partió a Europa en el 69, a probar suerte en el automovilismo.

“Llegue a Europa gracias a Fangio. Tenía una muy buena relación con mi familia y un socio amigo de mi padre. En varias oportunidades no visitó en Chile, en Viña del Mar, y un día recurrí a él para este sueño que tenía”.

Cuenta “Alvarito” que Fangio le dijo “aprovechá la edad que tenés para hacer lo tuyo en Europa”. Corrió con un Brabham durante dos años. No hizo podio en el tiempo que estuvo en la Fórmula 3. Sin embargo acumuló tanta experiencia que su destreza lo puso en la mira de varias escuderías de peso.

“Me volví porque me quedé sin dinero. No tenía sponsor. Y por esas cosas se me cruzó el amor en el camino. Se diluyó la idea de volver al Viejo Continente. Así que me quedé en Salta, corriendo”.

No fue lo mismo, compitió en sus últimas carreras cuando el autódromo Miguel Martín de Güemes ya estaba construido. Se acuerda de su gran rival tuerca el “Coya” D’abate y otros grandes amigos del automovilismo de Salta, Jujuy y Tucumán. Hoy, a sus 71 años, recorre las calles de Rosario de Lerma como cualquier vecino y cuenta sus coloridas y llamativas anécdotas. 

“Alvarito” sigue siendo tuerca. Es sus venas corre la pasión por los fierros.

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