Con el objetivo de "llegar a todos y en diferentes tiempos", autoridades referentes de la educación para jóvenes y adultos de la provincia de Salta se acercaron a El Tribuno para invitar a quienes desean terminar el nivel primario o secundario a que se anoten para cursar este cuatrimestre en los núcleos educativos o en los bachilleratos salteños para adultos (BSPA).
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Con el objetivo de "llegar a todos y en diferentes tiempos", autoridades referentes de la educación para jóvenes y adultos de la provincia de Salta se acercaron a El Tribuno para invitar a quienes desean terminar el nivel primario o secundario a que se anoten para cursar este cuatrimestre en los núcleos educativos o en los bachilleratos salteños para adultos (BSPA).
En 2015 comenzó a gestarse un cambio en estas instituciones, que buscaron adecuarse a lo que exige la Ley de Educación Nacional 26.206, la Ley 7.546 de Educación de la Provincia y a las propuestas del Consejo Federal de Educación. Las asignaturas se reformularon y organizaron en seis módulos cuatrimestrales Ädos por añoÄ para que, quienes por alguna razón deben interrumpir el cursado, no esperen hasta el año siguiente para continuar sus estudios. Salta es pionera en esta reforma y brinda sugerencias a las provincias que están en el proceso de transformación.
"Antes, cuando los alumnos tenían inconvenientes, se ausentaban, quedaban libres y perdían el año", explicó María Soledad Bustos, directora general de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos (EPJA), área trabaja con planes de alfabetización, educación a distancia y en contextos de encierro, entre otras. "La estructura curricular modular deja de lado la secundarización en que habían derivado los BSPA. Estamos convencidos de que esto responde a una necesidad actual de jóvenes y adultos".
Cada módulo comienza en marzo o agosto y termina con un coloquio integrador, consensuado entre todas las disciplinas. "Basamos la adquisición de aprendizajes en capacidades que esperamos que las personas que están en nuestras instituciones puedan dar a la sociedad". Este es el segundo año de implementación y la propuesta está en un proceso continuo de autoevaluación. "En cada pasito que damos, acompañamos a todos los docentes y directivos porque ellos son los líderes educativos por excelencia de esta transformación y nuestros estudiantes, los protagonistas", dijo Bustos.
El próximo desafío es avanzar sobre educación y trabajo, es decir que todos los estudiantes puedan certificar sus estudios y un oficio o capacitación laboral. "Vamos a comenzar en algunos institutos este cuatrimestre para implementarlo el año que viene en la mayoría", manifestó.
Estructura y contenido
En el nivel secundario el esquema de cursado se organiza en seis módulos cuatrimestrales, que tienen cierto grado de autonomía entre sí pero una relación secuencial anual para respetar los contenidos que se abordan. Están organizados en dos ciclos: el primero incluye cuatro módulos de la formación básica y el segundo, dos de la formación orientada. En el nivel primario hay tres ciclos: alfabetización, formación integral y formación por proyectos, que articula con el nivel secundario.
Si bien la mayoría de los contenidos de la escuela secundaria están presentes, el modo de trabajo es diferente y se incorporan nuevos contenidos, más significativos para el estudiante. "Se busca que interpelen, que sea útiles para la vida, para el trabajo y para la continuidad de los estudios en el nivel superior", explicó Enrique Fabián, técnico docente curricular de la Dirección General de EPJA. "El marco general es el mismo pero el tema desde el cual se parte puede cambiar a partir de la realidad de los estudiantes. Requiere una planificación y hasta algunos contenidos diferentes".
El docente ya no está solo en el aula
Uno de los cambios que introdujo la reforma es la interdisciplinariedad.
La transformación de los institutos de educación para adultos involucra a los docentes, quienes ya no están solos frente a la clase, sino que trabajan con uno o dos colegas más. “El propósito táctico de mejora de las clases va de la mano de no trabajar en soledad. En mi colegio ya no trabaja el docente solo en el aula, sino que lo hacen de a dos o de a tres. Así, se hacen más animadas las clases y se evitan las horas libre, un problema que hay en toda la educación”, señaló Martín Lagoria, director del BSPA 7065.
El profesor destacó que la interdisciplinariedad incrementa las posibilidades de mejora de lectoescritura, de cálculo y de matematización y hace a las materias agradables e interesantes. “Propuestas de reforma hubo pero solo a nivel pedagógico y no también administrativo. Por eso fracasó la Ley Federal: no se adecuaron las estructuras organizativas de las escuelas”, observó. El problema es que cambiar es difícil. Hay que tener valor para afrontar los cambios que se demandan, que son grandes y profundos. Por eso se plantean en un proceso escalonado de tres años. Es secuencial. Se reexamina y propone. La idea es hacer una educación clara y distinta del régimen común. Aportar insumos para que el resto de la educación examine sus próxima reestructuración”.
Hay casi 18 mil estudiantes en los BSPA y casi 7 mil adultos en núcleos educativos de nivel primario, según la Secretaría Técnica de la Dirección General de EPJA. “Esto es vital y políticamente muy importante. Nosotros educamos pensando en la próxima generación porque estos chicos tienen hijos o los tendrán muy pronto y la calidad de vida de esas criaturas dependerá en gran medida del clima educativo del hogar que las recibe”.
“Nunca es tarde para estudiar porque cuando uno vuelve a hacerlo, aun siendo grande, recupera la juventud. Si seguíamos haciendo lo mismo de antes, íbamos a seguir obteniendo lo mismos resultados. Los esfuerzos están concentrados en brindar las oportunidades mayores para que los chicos completen la educación: eso va a transmitirse a la próxima generación”.