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Llegó Alvaro, el chico que vivía enjaulado en Alto la Sierra

Fue trasladado junto a su familia en el helicóptero de la Provincia hasta el Hospital Materno Infantil.
Lunes, 07 de agosto de 2017 16:30

Eran las 14.30 de ayer cuando la nave aterrizó en el helipuerto del Hospital Materno Infantil, procedente de Alto La Sierra, el lejano paraje en Rivadavia Banda Norte.
Traía como pasajeros al pequeño Álvaro y a su padre, dueños de una particular historia que en las últimas horas se viralizó en las redes y que pronto fue noticia en el país y en el mundo.
Álvaro Dante Gaby, el chico que vivía en una jaula, en una comunidad wichi desde hace por lo menos 4 años, cuando sus padres, sin saber cómo responder a una cruel enfermedad mental, decidieron recurrir a una prisión de palos para contenerlo. Una meningitis al nacer se le fue profundizando hasta desbordar a la familia y a la propia comunidad. El menor llegó bien a Salta. Reía y miraba con atención al personal médico que lo trasladó desde la localidad ubicada a 700 kilómetros al noreste de la ciudad, en pleno Chaco salteño.
Los médicos observaron que se encontraba en perfectas condiciones sanitarias y lo derivaron a las áreas correspondientes para los chequeos del caso. Hasta anoche se esperaba un parte médico al respecto, pero las autoridades del hospital señalaron que eso ocurriría recién en la jornada de hoy.
Su historia tuvo una altísima repercusión social luego de conocida la noticia a través del periodista Brian Salazar. Entre los capítulos de esa historia, un entretelón dejó a la familia desamparada.
Para evitar que se escapara del hogar debido a sus problemas mentales, sus padres que trabajan fuera de la casa se vieron obligados a encerrarlo en la jaula donde permanecía durante las horas del día, hasta el retorno de sus progenitores.
En el caso intervino la jueza de Violencia Familiar y de Género de Tartagal, Elba Susana Menéndez, quien ordenó el traslado inmediato del adolescente a un centro de salud, lo que inicialmente fue rechazado por el entorno familiar, que en un primer momento se había negado al traslado, ya que Álvaro sufre graves trastornos y no puede controlar esfínteres.

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Eran las 14.30 de ayer cuando la nave aterrizó en el helipuerto del Hospital Materno Infantil, procedente de Alto La Sierra, el lejano paraje en Rivadavia Banda Norte.
Traía como pasajeros al pequeño Álvaro y a su padre, dueños de una particular historia que en las últimas horas se viralizó en las redes y que pronto fue noticia en el país y en el mundo.
Álvaro Dante Gaby, el chico que vivía en una jaula, en una comunidad wichi desde hace por lo menos 4 años, cuando sus padres, sin saber cómo responder a una cruel enfermedad mental, decidieron recurrir a una prisión de palos para contenerlo. Una meningitis al nacer se le fue profundizando hasta desbordar a la familia y a la propia comunidad. El menor llegó bien a Salta. Reía y miraba con atención al personal médico que lo trasladó desde la localidad ubicada a 700 kilómetros al noreste de la ciudad, en pleno Chaco salteño.
Los médicos observaron que se encontraba en perfectas condiciones sanitarias y lo derivaron a las áreas correspondientes para los chequeos del caso. Hasta anoche se esperaba un parte médico al respecto, pero las autoridades del hospital señalaron que eso ocurriría recién en la jornada de hoy.
Su historia tuvo una altísima repercusión social luego de conocida la noticia a través del periodista Brian Salazar. Entre los capítulos de esa historia, un entretelón dejó a la familia desamparada.
Para evitar que se escapara del hogar debido a sus problemas mentales, sus padres que trabajan fuera de la casa se vieron obligados a encerrarlo en la jaula donde permanecía durante las horas del día, hasta el retorno de sus progenitores.
En el caso intervino la jueza de Violencia Familiar y de Género de Tartagal, Elba Susana Menéndez, quien ordenó el traslado inmediato del adolescente a un centro de salud, lo que inicialmente fue rechazado por el entorno familiar, que en un primer momento se había negado al traslado, ya que Álvaro sufre graves trastornos y no puede controlar esfínteres.

Fuerte repercusión en los medios 

 El caso de Álvaro replicó rápidamente en los medios nacionales que reprodujeron las imágenes del niño dentro de la jaula. Esas imágenes también llegaron a la prensa internacional; en una nota que se publicó ayer en su sitio digital, El País señaló al caso como emblemático sobre la situación que viven las comunidades originarias en Argentina.
“El caso extremo de este adolescente, residente en una comunidad con mayoría de etnia wichi, muestra el abandono que sufren algunas comunidades indígenas en el país austral. La comunidad del menor, Alto La Sierra, está en un paraje aislado, mucho más cercano a la frontera con Bolivia y Paraguay que a la capital provincial, de la que le separan 700 kilómetros. Y sus habitantes sufren importantes carencias en el acceso a servicios básicos, vivienda, educación y sanidad”, señala la nota. 
“Las autoridades -señala el artículo- descartan retirar a los padres la custodia del menor y creen que en todo momento su intención era protegerlo. ‘Físicamente está bien, está bien cuidado. Encerrarlo fue su forma de reacción ante una realidad que los supera, para evitar que huyera. Lo que hay que hacer es trabajar con las familias para transformar estas prácticas’, señalan desde Primera Infancia”. 

 

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