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“No hay género más antiguo que la poesía y aún sigue sorprendiendo”

Entrevista a Ruth Kaufman, escritora.Por Marina Cavalletti
Martes, 08 de agosto de 2017 22:33

Versos lanzados al aire en el espacio de un aula acogedora, jóvenes tímidos y no tanto que se entregan al juego de escribir. 
Ese es el planteo de Susurro y altavoz, un docu-reality que muestra las experiencias de quienes asisten a los talleres dictados por la escritora Ruth Kaufman, a partir de los cuales, estudiantes con o sin experiencia generan diversos materiales artísticos. Recientemente, el ciclo que prepara su segunda temporada por la pantalla de Canal Encuentro, fue reconocido en los Premios TAL en la categoría de mejor producción innovadora. TAL se define como la red de Televisoras Públicas y Culturales más importante de América Latina. En ese contexto, la Argentina obtuvo dos reconocimientos, pues al comandado por Kaufman se sumó “¿Qué piensan los que no piensan como yo?” como Mejor serie documental, también del canal Encuentro.
El Tribuno dialogó con la escritora, quien reside en Uruguay, sobre su labor, la actualidad de la poesía y este premio que, aseguró “no deja de ser paradójico”.

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Versos lanzados al aire en el espacio de un aula acogedora, jóvenes tímidos y no tanto que se entregan al juego de escribir. 
Ese es el planteo de Susurro y altavoz, un docu-reality que muestra las experiencias de quienes asisten a los talleres dictados por la escritora Ruth Kaufman, a partir de los cuales, estudiantes con o sin experiencia generan diversos materiales artísticos. Recientemente, el ciclo que prepara su segunda temporada por la pantalla de Canal Encuentro, fue reconocido en los Premios TAL en la categoría de mejor producción innovadora. TAL se define como la red de Televisoras Públicas y Culturales más importante de América Latina. En ese contexto, la Argentina obtuvo dos reconocimientos, pues al comandado por Kaufman se sumó “¿Qué piensan los que no piensan como yo?” como Mejor serie documental, también del canal Encuentro.
El Tribuno dialogó con la escritora, quien reside en Uruguay, sobre su labor, la actualidad de la poesía y este premio que, aseguró “no deja de ser paradójico”.

¿Cómo surge Susurro y altavoz?
Este programa nació a partir de una experiencia que desarrollé en Uruguay junto a Nicolás Pérez y Melisa Pozzo. Allí, con fondos concursables para la cultura, hicimos “Altavoz Poesía Parlante” durante tres años. El primero fue con poetas, el segundo, con niños y el tercero, con adolescentes.
En las dos últimas ediciones agregamos los talleres de poesía para que en ellos los participantes crearan los textos que luego grababan y que se difundían por la ciudad de Colonia en un autoparlante. La directora de Canal Encuentro, Fernanda Rotondaro, conocía la experiencia y los textos que los niños y los jóvenes de escuelas comunes creaban. La alegría con que escribían y leían. De ella fue la idea de llevar esta experiencia a la pantalla de televisión.

¿Y cuál es su concepto?
El programa tiene 26 minutos de duración. En esos minutos pasamos de leer intensamente un poema de un poeta consagrado, a leer los poemas de los jóvenes que vinieron al taller. Vemos cómo pasa la voz de uno a otros. La lectura del poema eje incluye un mural, una lectura gráfica (que además queda en algún lugar de la ciudad), un videoclip, una lectura en lenguaje audiovisual, nuestras lecturas silenciosas, nuestros comentarios y los nuevos poemas que pueden entenderse, también, si se quiere, como una lectura. Creo que la poesía avanza así, leyéndonos, pasándonos la posta de unos a otros.

¿Con qué criterio seleccionan los autores sobre los que van a trabajar?
La selección la hago yo y puedo decirte que es una de las partes más difíciles. ¡Hay tantos poetas excelentes y tengo que quedarme con ocho! Elijo teniendo en cuenta dos criterios: el primero es el poema. Que sea un poema que me permita crear una consigna de escritura. El segundo, que sea un poema de un autor cuya obra tenga relevancia. Luego, balanceamos (sin lograrlo del todo, obviamente): que haya poetas de distintos lugares de Argentina, de Latinoamérica, de diferentes generaciones, que sean mujeres y hombres, y que haya, al menos, un poema de otro idioma, traducido. En fin, quedan demasiados excelentes poetas fuera del programa. Pero preferimos la intensidad a la diversidad, por eso dedicamos todo el programa a un solo poema. 

¿Qué les enseñás a los chicos y qué te enseñan los chicos a vos?
Es difícil saberlo. Armo un dispositivo y la consigna, que pruebo varias veces, con diferentes grupos de jóvenes. Lo armo pensando que sea propiciador de una experiencia de escritura que conmueva a los jóvenes que vienen al taller. Que para ellos, lo que hacen, resulte verdadero, resulte interesante. Porque cuando escribís y te va bien, sentís que alguien te estuvo dictando, que algo se te fue de las manos. Intento que las consignas del taller permitan eso, tengan o no experiencias previas de escritura.

¿Cuál es el rol de la susurradora en este mundo en el cual se dice en voz alta? ¿Se piensa a la palabra poética como algo inicialmente secreto?
Celeste Agüero es una cordobesa que ha llevado al susurro lejísimo. ¡Acaba de volver del país vasco, donde estuvo dando talleres de susurro! Ella hace de esta actividad un arte, un mundo. Y nos gustó que estuvieran presentes dos modos opuestos de difundir la poesía: el susurro y el altavoz, la comunicación íntima, o, como vos decís, su dimensión más secreta y la propalación pública, la lectura en voz alta en el espacio urbano, un poco a prepo, como hace la publicidad que se realiza en autitos callejeros.

Ganaron el premio TAL, que “busca reconocer y promover la excelencia y la calidad en la producción de contenidos realizados por las televisoras públicas y culturales del continente”. ¿Cómo lo toman, qué impulso les dará al programa y a la poesía?
Puedo decirte que Canal Encuentro ya había decidido la segunda temporada pero, imagino, que este premio ha ayudado a afianzar esa decisión. Que un programa dedicado a la poesía reciba un premio a la innovación no deja de ser paradójico: no hay género más viejo que ella, es anterior, incluso, a la literatura.
Que justo sea ese el motivo por el cual Susurro y altavoz fue premiado me parece que es un buen argumento para discutir con quienes creen que la poesía ya fue, o con aquellos profesores de literatura que creen que a los jóvenes la poesía no les gusta. Quizás no sea culpa del género, sino de la selección de autores, de las formas de lectura propuestas, de la solemnidad sin emoción con la que algunos acercan la poesía a los jóvenes. Cuando eso cambia, todos nos sorprendemos.
 

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